martes, 2 de noviembre de 2010

"No calientes la comida que no vas a comerte"



Con estas palabras Julio advertía a Flor para que se detuviera en el juego en el que ésta ha entrado, un juego que a él le encantaría si de verdad llegasen a finalizar la tarea. Mucho edredón, mucha lengua lamiendo literalmente el rostro del otro y mucho movimiento por los bajos, pero en realidad todo es una mentira. Sólo son vídeos que Flor protagoniza ante las cámaras, como una actriz de película que coge al otro protagonista de la historia, para besarlo y fingir masturbarlo… pero todos sabemos que es mentira. En realidad no está pasando nada entre los actores, aunque ninguno dudemos que hayan calentado una comida que no se están comiendo. Eso mismo hace Flor, que odia ser la secundaria en la historia. Lo vimos la semana anterior, con ella jugueteando con un tiburón sin dientes –como ella misma llamaba a Óscar-. Luego entró el lobo feroz, o la piraña, entrando en el juego que ésta le ofrecía, por eso molaba mucho más que el compañero que acababa de perder en la noche en la que se conocieron. Julio aceptó el juego que Flor le ofreció porque dicen saber qué es lo que quiere la audiencia y sin ellos, este GH se va a la mierda. El único problema es que mientras ella quiere protagonizar un film erótico, él se decanta por el porno y quiere meter a toda costa pues de otro modo no tiene gracia.

Qué lejos está esta relación a otras que ya hemos vivido en Gran hermano. Este programa ha unido a muchos concursantes que vivieron amores y/o pasiones de muchos tipos: fatales como el de Arturo e Indhira, platónicos como el de Ángel y Sabrina, enfrentados como el de Pepe y Ainhoa, de perseverancia como el de Desire con Nacho… y en GH12 nos toca el del montaje, el de Flor y Feroz. Vale que en ningún momento ellos lo han catalogado como relación. Simplemente se calientan debajo de un edredón o se lamen en el jacuzzi como perros en celo. Sólo están dando vídeos, como ese “Fin del guión” que Saray le dijo al Prager en mitad de la noche cuando nos vendieron su relación. Sus comentarios jocosos sobre la importancia que tienen ellos sobre el resto, sus susurros entre lameteos recordando al otro que “esto lo sacan en la tele”, o su por supuesto dedo levantado en señal de “Todo perfecto” después de haber acabado la relación sexual (Que más tarde feroz dijo que no se había producido). Dedo alzado que por cierto empezó levantando Flor, y que después continuó Feroz.

Es una pantomima, una falta de respeto a los que vemos Gran hermano, un embuste barato entre dos personas que, dicho sea de paso, se creen nominadas. ¡Qué casualidad! Aunque el mundo está lleno de casualidades, no lo dudo.

Mientras estos de actores fingen vivir su idilio sexual, el resto de concursantes de ambas casas parecen haber despertado del letargo al cual estaban sometidos. El hambre ya hace estragos y como era de esperar, las broncas han estallado. Y es curioso ver como sucede casi lo mismo en ambas casas, pese a que la situación es diferente. La casa 2 tiene menos comida que la casa 1, y además cuenta con el añadido de tener a gente mucho más prepotente y egoísta, un hándicap para la convivencia.

De todas las broncas que hemos visto durante este fin de semana largo, las que más me han llamado la atención son las de la casa 2, con un Jhota muy protestón que salta a la mínima, que se queja por todo hasta por el aire que respira, y que argumenta con poco tino para defender sus pensamientos. Curioso fue ver cómo le instaba a Joaquín lo cutre que le parece que la gente esté pendiente de lo que comen los demás, ante la queja del “dueño de la mina” por la cantidad poco equitativa para el reparto de magdalenas. Yo pienso igual que el colorista, que cada uno coma lo que quiera hasta satisfacerse, pero entiendo que esto sólo se puede dar en época de abundancia pues cuando la comida no sobra, ésta se revalora y se mide de otra manera. Joaquín se quejaba porque mientras algunos se habían comido siete magdalenas, él sólo había tenido tres, que todos son iguales, que todos desgastan y que por tanto se tendría que haber tenido un poco más de consideración con los demás, pues si alguien (que no dijo quién) no se hubiera acordado de él, ni siquiera hubiera tenido las tres magdalenas que se comió. Pues bien, según Urkel, Joaquín era un cutre por estar pendiente de lo que comen los demás. Supongo que sería porque, al menos él comió más de tres. A ver cómo le hubiera sentado si hubiese comido tres magdalenas frente a las siete de otros compañeros.

Jhota no sólo ha discutido con Joaquín, también con Mireia –la ballerina de la edición- y también con Terry, aunque con ésta última se disculpó más tarde. La discusión venía siendo por lo mismo; la comida, discusión que me parece que también provocó Joaquín, aunque una vez echada la bomba desapareciera de escena dejando a los demás quitarse la piel a tiras. Jhota se ha vuelto negro entre tanto color, tan protestón que fácilmente le veo nominado para este próximo jueves, y la nobleza que pudiera ver este espectador se ha disipado ante el poco aguante que ha demostrado.

Mireia sigue a lo suyo, pese a las broncas protagonizadas con Jhota. Ella sigue limpiando, ordenando, mandando, disponiendo… ayer mismo la veía en el confesionario explicando que la casa se dividía en dos departamentos, como si se tratase de su empresa de publicidad, y que mientras el suyo (evidentemente ella tenía que ser encargada de alguno) funcionaba, el de Marta no estaba cumpliendo sus funciones. Directamente me quedo sin palabras. Por otro lado, y sobre lo que da ella a este juego,  entiendo que si formase parte del grupo me podría interesar una persona así para que diese cierto orden y equilibrio en las tareas.  A lo mejor, ante una buena relación a parte iguales con todos, esto haría que no la tirase fuera del barco. Pero no estoy en el grupo, soy un espectador, y lo que ella ofrece desde mi sofá a mí no me interesa. Es más, sin ella es posible que la mesa cojee aún más. Por eso la prefiero a ella con Mercedes Milá este jueves, aunque me temo que no será así.

La casa uno tampoco ha estado tranquila este fin de semana. Julia no soporta a Patricia. La mala relación que tienen ya ha pasado el límite de lo que la gitana está dispuesta aguantar y ya todo es motivo de bronca. Además Julia sabe que juega con ventaja. Patricia no sabe encararse, se ve acorralada enseguida, lo que hace que salga corriendo entre sollozos. Al menos mientras llora no canta, pensará Julia, y por eso los encontronazos se han sucedido con más frecuencia. Pero no sólo discutieron ellas dos, Laura y Eduardo también han tenido de lo suyo hasta tal punto que se han prometido nominarse, que eso es como declarasen odio eterno hasta el fin de los días –en Guadalix-

Acabo con un último apunte que me acabo de enterar gracias al gato. Al parecer choni-chari tuvo ayer una conversación de sinceridad con sus compañeras con respecto a Rubén. Para Chari, la relación ya estaba rota desde hacía tiempo, sólo que no había encontrado el momento de ponerlo en manifiesto pues la cobardía a la hora de afrontar el instante de la ruptura le había llevado a aplazarlo con la promesa de retomarlo más adelante. Tal vez por eso hay días que no se acuerda de Rubén, que incluso echa de menos a otra gente de la otra cosa y no a aquél con el que lleva tres años... Mientras él, desde la casa de al lado, piensa en matrimonio ¡Vaya cuadro! Ahora, si no encuentra el momento para decírselo a su novio, que ya no se preocupe, pues Gran hermano se lo dirá por ella cuando Rubén salga pues, evidentemente, le enseñen la sincera confesión.

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