martes, 28 de diciembre de 2010

0,0

Antes de escribir esto quería asegurarme que iba a pasar lo que está pasando en Gran hermano tras la salida de Yago. El líder de los tristes, el padrino, el titiritero de la casa salió expulsado y dejó la casa sumida en un extraño letargo. Ahora mismo, Gran hermano es similar a una cerveza sin alcohol, a un café descafeinado, a una coca-cola Light. Es un buckler 0,0. Un cero de emoción, y otro cero en sorpresa.

Con la caída de Yago podemos decir que definitivamente el grupo de los tristes ha sido extinguido, pese a que aún quedan dos elementos, uno de ellos con los días contados. La casa vuelve a estar unida, con la totalidad de los integrantes en un mismo foco y sin más objetivos a batir, esos objetivos que uno desea sacar fuera. Vale que aún queda Chari, pero los de fuera sabemos que la gaditana se reencontrará con su Rubén este jueves con casi total seguridad, y Marta, aún habiendo renegado de los alegres, ya empieza a ser uno de ellos. No le queda otra si quiere tener un mínimo de relación el tiempo que le quede en la casa (Que puede ser mucho. Personalmente no la veo saliendo de Gran hermano como regalo de Reyes), y ahora por fin empieza a descubrir los matices en sus compañeros que los hace menos malos.

Tras los dos últimos vestigios de los tristes está el grupo ganador: los alegres. Ellos saben que han tenido a la audiencia como cómplice en sus juegos nominatorios. Ellos han ejecutado sus votos y nosotros hemos ido expulsando a sus enemigos, allanándoles el camino hasta el punto, el momento exacto de iniciar una nueva guerra. La guerra civil de los alegres, la que determine cómo de unidos están y quién realmente ha estado unido o simplemente era una persona que sindicaba votos para salvar su culo.

Tal vez por eso estamos ahora mismo ante un gran hermano descafeinado. Es la calma que precede a la tormenta, la que seguramente estalle este jueves cuando el primer alegre se sienta más triste al ver cómo su grupo le ofrece en sacrificio a la audiencia. La gala pasada fue un poco la antesala de esto mismo que digo. Patricia, Catha y Dámaso pudieron comprobar en sus carnes cómo su grupo apenas se acordó de ellos a la hora de votarlos positivamente, y ahora temerán que sí se acuerden de ellos en la próxima tanda de nominaciones, pero ahora negativamente. Esas nominaciones que se hacen de carrerilla: “3 a Marta, 2 a Anup y 1 a fulano por afinidad. No puedo dar más motivos porque no los tengo. A los otros los quiero conmigo”

Y ahí está. “A los otros los quiero conmigo” o lo que es lo mismo: “A ti te quiero menos. Eres prescindible”. ¡Qué palabra tan horrible, verdad! El momento de sentirse decepcionado, separado, y en definitiva, triste.

Aún no sabemos quién será el alegre más triste del grupo mayoritario, aunque los que menos votos tuvieron en positivo es una buena pista para empezar. Por otro lado, parece que entre los alegres ya empieza a resquebrajarse la unión y ellos mejor que nadie saben quiénes son los líderes, o lo que es lo mismo, los próximos enemigos a los que retar en duelo.

Mientras llega o no la guerra civil alegre, podemos entretenernos con sus líderes. La relación de Terry y Jhota es una de ésas dónde la amistad se confunde cuando el aburrimiento asoma, o tal vez cuando tienen de compañeros a la parejita del año dándose arrumacos. Terry ve a Laura a Marcelo, y les tiene cierta envidia. De la sana, que no se me mal interprete. Ella quiere tener algo así y su objetivo es, como era de esperar, su amigo Jhota. Nadie mejor que un amigo para tenerlo de follamigos, que diría Tatiana. Alguien que le dé cariño, besitos y con el que poder reclamar su parcela de protagonismo. Sin embargo, el retrorapero no ha accedido a la petición. Para Jhota, lo de follamigo no existe, y es que, bajo esas gorras grandes y ese pelo rata hay una cabecita más romántica de lo que él está dispuesto a reconocer. El perfil de Jhota no es el del típico ligón, y por lo que hemos podido ver, tampoco es un vacilón sexual. Se divertido, es orgulloso, está malcriado y es un consentido, pero no es un Don Juan que deje chicas en cada puerto. Jhota no folla por follar, y por supuesto que la amistad que tiene con Terry es más importante que un simple revolcón. Afirmación que ya ha dicho varias veces, y de dónde podemos extraer que para él, si se acostase con ella, todo sería diferente.

Por otro lado tenemos a los nuevos amantes de Teruel, los de este año. Marcelo ya ha empezado a cantarnos para que nos creamos eso de “Amo a Laura” aunque él no ha esperado al matrimonio. Se ha puesto en una situación aún más complicada de la que ya tenía. El chico guapo y joven se ha convertido en el secundario en la gran película de Laura. Por que nadie se equivoque. Ella es la protagonista, la chica que entró con novio, la que se empezó a encaprichar del guapo de la peli, la que se debatió entre lo que tenía fuera y las emociones que estaban por vivir en caso de querer dar un cambio a su vida, la que recibió señales de alarma cuando a su madre le subió la tensión por lo que estaba haciendo, la que pese a ello decidió continuar. Laura fue la chica que rompió con su novio por televisión y se entregó a los placeres que Marcelo le ofrecía, la que recibió el castigo familiar que no le envió ni un simple ‘te quiero’ por Navidad… Si tomásemos todas estas cosas y lo adaptásemos a la vida real, estaríamos ante un guión típico de las películas que Katherine Heigl protagoniza, una comedia romántica de gran inversión publicitaria y galardonada con un puñado de premios.

Laura es la protagonista indiscutible de esta edición, como lo fue Indhira el año pasado. Y lo mejor de todo es que se empieza a perfilar como una posible ganadora, obviando por una vez la espada moral que la audiencia clava cuando los concursantes hacen cosas políticamente incorrectas. Y ella ha hecho lo suyo, más que suficiente para que estuviéramos frotándonos las manos para iniciar nuestra caza. Sin embargo Laura nos encanta y muchos ya piden su victoria. Nos hemos vuelto adictos a todo lo que le pasa a esta chica, tal vez por que somos conscientes de, lo que le ha pasado a ella, podría habernos pasado a cualquiera. Y eso nos encanta. Laura es la primera de esta edición que ha atravesado la pantalla y nos ha tocado.

martes, 21 de diciembre de 2010

De ganar a perder



Llevo varios días sin poder entrar por aquí. Cosas de la Navidad, las comidas, los compromisos y las miles de vueltas que ya me estoy dando para encontrar el regalo perfecto. Está difícil la cosa, la verdad. Y aunque me ha quitado tiempo para poder poner el blog al día, he podido continuar viendo el programa con la misma frecuencia. He leído al Gato, a Balzac, los blogs amigos, minutado… y he seguido los resúmenes y el debate. Vamos, que la cobertura sigue siendo la misma pese a los días de infierno que nos toca vivir.

Pero empezaré dónde me quedé la última vez, momentos antes de la expulsión de Rubén, el nuevo patrón de los mártires, santificado ahora que ya está fuera de la casa. Los comentarios acerca de los motivos de su expulsión han estado tronando estos días en mi cabeza. Muchos creen que el 60% que le votó lo hizo para que dejara de hacer el tonto, para que viera los vídeos de su Chari jugando con feroces de poca monta y azafatos ávidos de popularidad. Sin embargo, seguidor acérrimo de este programa, yo no veo que su expulsión fuera un acto de buena voluntad de la audiencia. Ni tan siquiera por el morbo que produjera su cara desencajándose ante unos vídeos más sacados de “Confianza Ciega” que de GH (¿Os acordáis de ese programa? Lo emitió hace años en la cadena triste dónde tres parejas se separaban para vivir en una casa llena de tíos y tías despampanantes. Entonces sabían que habría montajes de sus parejas fornicando en las casas playboys, que a lo mejor quién salía en el vídeo no era su pareja. Tenían que tener “confianza ciega”) Yo soy de los que piensan que Rubén se fue porque mecería irse.

La historia de Rubén en Gran hermano es una extraña historia. Una de ésas donde todo lo que la gente opinó de él estaba condicionado por Chari. De principio a fin. Es más, sin Chari, Rubén no tenía cabida en este Gran hermano. Empezó como flamante favorito gracias a su novia, quién desde la casa de al lado tonteaba con otros y aseguraba que lo suyo estaba más que muerto. Todo esto en un gran contraste de lo que veíamos en la casa vecina, dónde Rubén lloraba por las esquinas esperando a su Dulcinea, lleno de promesas de amor, matrimonio e hijos. Su favoritismo radicaba ahí, en ser la víctima en esta historia de amor retransmitida por televisión sin las piezas reales para que entendiéramos quién era cada uno en la pareja. Si todo se hubiera mantenido así, habríamos visto cómo Rubén ganaba adeptos conmovidos por lo que Chari le hacía, y al final podría haber ganado pero ¿Ganaría por méritos propios o porque Chari le pasaría el balón con tal perfección para que marcase gol? Su triunfo hubiera estado provocado más por las actitudes de Chari que por las suyas propias, quién hasta la unificación simplemente era como juguete de un niño que llora, come y hace caca.

La redistribución de las casas provocada por Pepa fue como si estuvieran jugando al “Allá tú”. Hasta la fecha era Rubén quién tenía la caja de los 300.000 euros, pero al juntarse con Chari la cambió por una con un simple calcetín o algún artículo de estos raros que ofrecían en el juego de las cajas. Y fue ya tras la unificación cuando el Rubén bueno y mártir cambió a otro mucho más reventado. Y nuevamente fue Chari quién hizo que esto fuera posible. De ganador a perdedor. Sin embargo, ¿Qué hubiera sido de Rubén si hubiera entrado sin pareja? Seguramente seguiría dentro del concurso, como todavía hoy está Dámaso, está Catha, está Lydia…

A Rubén no le echamos para que viera los vídeos. Le echamos porque como concursante con personalidad propia dejaba mucho que desear. Sus impactos en la audiencia estaban profundamente marcados a lo que hacía Chari. Si Chari le puteaba, él era bueno, si Chari se aliaba a él, era malo. Un pelele a todas luces, sin luz propia (Que diría mi odiado Iván Madrazo) sino con mala sombra. La de Chari, para ser más exactos.

Ahora tenemos nuevos nominados y por primera vez se la juegan Yago y Chari. Con ellos les acompañan un extraño Anup del cual pocos se acuerdan para apearlo del concurso, por que según dicen las encuestas la expulsión es cosa de éstos que se estrenan en la nominación. Cualquier voto a Anup parece una pérdida de tiempo –incomprensiblemente- y ya en esta dualidad propia de España, de nuestras dos Españas siempre dividida, parece que o Yago o Chari.

Yo me decantaría por la expulsión de Chari al considerar que su juego en Gran hermano ha llegado a su fin. Poco más podemos estirar los comportamientos de la choni-Chari (Que por cierto, a mí personalmente no me pareció tan grave lo que hizo durante los cuatro días, si no las confidencias que tuvo después. Y no olvidemos que ella jamás fue infiel en el sentido de consumar sexualmente). Chari estaba ahí como la gran titiritera de Rubén, pero sin él y sin feroces y azafatos, ella pinta poco, la verdad. Tampoco hay nadie en la casa con quién pueda tontear para que su novio rabie desde fuera, por lo que ¿Qué más nos puede ofrecer? Yago aún es un elemento desestabilizador importante, con luces y sombras de curioso análisis. Para mí no hay duda que estamos ante el verdadero malo de esta edición. Es frío, calculador, tiene cierto toque de cinismo… y sé que ya es odiado por muchos. Por eso, aunque las encuestas de masiva votación dicen que se irá Chari, creo que él tiene muchas papeletas. Más de lo que él se cree. Pero ¿Qué hubiera pasado si hubieran matado a Dark Vader en la primera película? Las historias necesitan de sus malos para que el final merezca ser recordado y Yago aún tiene mucho que dar a este juego.

Yo no quiero que gane, pero me divierte verlo. Ver cómo atrae a todo el mundo, como los hechiza. Como el mismo gato apunta en su escrito de hoy –algo que ya mencioné yo hace unas semanas- Yago tiene algo. Lo que Marta llama ángel, y que no quepa la menor duda. Es una gran manipulador por encanto, no por inteligencia, y eso desde fuera condena a muchos. Lo sé.

Respecto a los demás, ya he dicho que Rubén cambió la caja de 300.000 euros tras la unificación. Ahora la caja ganadora vaga por la casa seguramente bajo el brazo de alguno aunque aún no sepamos muy quién de quién. ¿Jhota? ¿Terry? Tal vez, pero estos dos chicos son concursantes suicidas y puede que pronto se inmolen con el premio cual Indira con su vaso de agua. Sus formas ganan fuerza y agresividad por momentos y al final puede derivar en una expulsión –de la audiencia o disciplinaria, quién sabe. Éstos no miden cuando se aceleran-. Otro que parece ganar papeletas es Marcelo, que tiene el privilegio de ese viaje que ya hizo el último ganador, ése cuyo nombre ya no recuerdo (De GH11 sólo me acuerdo de Indhira y del chico ése con el que mantenía relaciones). Y luego tenemos a Laura, que inexplicablemente ha conseguido salvarse de críticas que sí se están haciendo a Chari, cuando lo de ella es de libro (Ayer alucinaba viendo cómo se quejaba por lo que pudiera hacer 'el orejas' en su cama ¿Y ella qué, que lo hace ante toda la audiencia?) Aunque bueno, todavía pueden pasar cosas extrañas de aquí al final que derriben a cualquier nuevo favorito. Lo mismo hasta gana Lydia. Entonces nos diremos “Pero ¿Qué hemos hecho con Gran hermano?”  

jueves, 9 de diciembre de 2010

Los matones del recreo



Es un elemento que nunca falla, que siempre está ahí, en todos los colegios y en todas las clases. Hablo de ese tipo de personaje que comparte aula con todos los alumnos, el macarra, el malo malísimo que atemoriza al resto. Con el malo siempre estará el gracioso, el bufón de turno y una serie de secuaces que completan así ese grupo de matones que consiguen hacer cuanto quieran en sus clases pese a ser una clara minoría.

En algo así podríamos comparar el grupo de Yago. El modelo y toda su comparsa son una clara minoría, ésa que tanto nos gusta alzar al considerar que el grupo mayoritario ejerce un abuso de poder. Sin embargo, aunque estamos ante el grupo más débil de cara a las nominaciones ¿Por qué este año la audiencia no ha simpatizado con ellos? Posicionándose por primera vez torno a la mayoría. Pues precisamente por lo que decía al principio. Yago & cia no es el típico grupo minoritario que recibe las embestidas del contrario consciente que las matemáticas están a favor de la mayoría. No, el grupo de Yago es igual que aquel que atemoriza a los alumnos de una clase, el que se impone sin que nadie se dé cuenta que, si se juntasen podrían batirlos con suma facilidad.

Seguramente que Yago haya conseguido ocupar el puesto del malo de la clase, juntar a toda su comparsa y manipular desde su colchón todo lo que sucede sin que el resto se dé cuenta de quién es el verdadero malo de la historia, ha sido debido a la media de edad de este año. Los integrantes de la mayoría dejaron el colegio hace poco, y seguramente viven acostumbrados a este tipo de situaciones. Ninguno de ellos fue lo suficientemente habilidoso (Ni siquiera Marcelo) de descubrir que tenían puntos suficientes para poner a tres de los otros en la palestra, y por ello sólo aspiraban a subir a dos (Con el consiguiente riesgo de la balanza, aunque algo me dice que no hubiera funcionado esta famosa estrategia). El grupo de Jhota ha permitido que sus oponentes en clara minoría, minen la convivencia e incluso la manipulen a su antojo, siendo Yago quién decide lo que se hace, aunque con la habilidad extraordinaria de hacer pensar que es otro de sus compañeros quien asume las ideas.

Estos últimos días la situación ha vuelto a cambiar. De tener la guerra declarada a una reconciliación extraña justo en vísperas de nominaciones, y una vez más hemos visto cómo es Yago quien la provoca. Es el gallego quien decide lo que pasa en esa casa. Ahora se llevan a matar y después nos reconciliamos, todo en función de lo que este señor quiere. Él mismo nos lo mostró estando tumbado en el suelo y diciendo a Anup que si quería podía reconciliarse con todos. Y eso hizo. Yago es uno de los personajes más curiosos de este año. Desde luego que es el malo, el matón del recreo, pero uno de ésos que una vez fuera del colegio los profesores echaremos de menos. No tiene intención alguna de hacer amistades, todo lo que tiene es falso y efímero, pues tan sólo dura lo que él estima necesario, sin importarle mucho el daño que hace o lo que deja atrás. Y es que él no ha venido hacer amigos, eso se nota.

No obstante, qué pasa para que Yago cambie a dos días de la gala. La respuesta la tenemos en el minutado, dónde unas personas gritan desde fuera “Arturo a la calle”. Estos gritos fueron aplacados con la música que la dirección decidió pinchar, pero demasiado tarde para evitar que los gritos de los amotinados fuera no llegasen a la casa. Patricia y Terry los escuchan y estallan de júbilo. Es una pequeña muestra que afuera muchos le damos la razón a ellas y su grupo. La noticia, como todo, corre como la pólvora hasta que llega a oídos de Yago y éste, en un análisis silencioso, debe llegar a la conclusión que su grupo mermará el jueves. De seis pasarán a ser cinco y las posibilidades de salir nominado aumentan. El modelo ya considera a Arturo un cadáver andante, su bufón de imitación dejó de hacerle gracia y por tanto procede a un acercamiento. Y pese a que todos fuera deseamos que no den el brazo a torcer, los niños aceptan las disculpas y hasta empiezan a replantearse a quién nominar. Yago ya no está dentro de sus planes (Posiblemente gracias a la torpeza de Marta, Rubén y Chari, que dan verdaderas muestras de reventados).

Yo estoy convencido que Yago debe tener algo en las distancias cortas, algo que consigue enganchar a quién tiene enfrente. No hablo de si es guapo o no, ni si es atractivo. Es algo más intrínseco. Posiblemente su mirada, su tono de voz o quién no dice su olor. Es carismático en las distancias cortas y por eso consigue lo que quiere. Ayer mismo veíamos a Terry lamentarse porque quería ser su amiga, como si más que un deseo se tratase de una necesidad. Todo el mundo se lleva bien con él, ¿por qué no ella? La verdadera lástima es que eso que Yago tiene, sea lo que sea, no traspasa la pantalla. Ahí sería su verdadero acierto, hacernos sentir a nosotros lo que hace que sientan los demás, enamorarnos… y quién sabe si lo llegase a conseguir si no ganaría Gran hermano con nuevo récord de votos. Pero no lo consigue. El don de Yago es sólo en las distancias cortas y nosotros, con nuestra lupa de aumento, sólo podemos verlo como un ser frío, despreciable y sin ningún reparo de hacer cuanto sea por conseguir sus objetivos. De momento creo que otra semana lo va a conseguir y su nombre no saldrá en la terna de nominados. Su reconciliación, sus abrazos y tu parte de arroz ha llegado a tiempo ¿O tal vez no?

Mientras, en estas horas previas a la gala, Arturo anda por la casa como lo que es: carne muerta del concurso. Le quedan pocas horas para disfrutar del juego, aunque creo que se intenta convencer que conseguirá pasar la criba. Lastimita de bufón, no sabe que esta noche diremos eso de Game Over.

lunes, 6 de diciembre de 2010

¡Guerra!


Chari critica a Marcelo, éste aparece para que se lo diga a la cara y Rubén corre a socorrer a la novia.

Por fin tengo un rato para poder continuar escribiendo mis impresiones sobre lo que está pasando en Gran hermano. Lo hago mientras aún no ha terminado el resumen de hoy pero hay mucha información a tener en cuenta, mucha tela por cortar.
Empecemos un poco por lo que nos dejamos en el tintero. La expulsión de Pepa y las nuevas nominaciones. Las últimas nominaciones divididas en dos casas, pues ya por fin tenemos la casa unificada, la de Gran hermano, la que nos gusta. De Pepa hay poco que comentar. Era una expulsión anunciada desde el momento de su nominación. Las posibilidades de la más mayor de este año en sobrevivir eran muy escasas, pese a competir contra las dos fantasmas a las que no logramos dar caza, Lydia y Catha que siguen viviendo en el concurso sin que éste pase por ellas. Pero la culpa fue completamente de Pepa. Ella se mostró ante la audiencia cómo algo que luego no fue. Fue una estafa. Ella tenía información del exterior que debía usar en su beneficio. Y empezó bien, arreando un golpe a la casa con cierto efecto, pero después todas las promesas que pusimos en ella desaparecieron en menos de siete días. Su mayor error fue ése; no saber complacernos. Por eso salió con récord de expulsión en la presente edición (Aunque me temo que ese honor desaparecerá este mismo jueves)
Las nominaciones en la casa uno fueron tan caóticas como siempre, aunque esta vez bajo el ojo avizor de Jhota que destapó la trampa de Anup escondiendo un dedo (Aunque luego lo negase) mientras en la casa dos volvían hacer el despliegue habitual de votos en función de los grupos establecidos. El resultado el que ya todos sabemos: Gerardo –digo, Arturo-, Anup, Marta y Dámaso.  A destacar de todo lo que pasó que Marta recibió votos de Yago y Gerardo, si bien ya vuelven a ser amiguitos.
La casa unificada provocaría importantes cambios en las relaciones entre los concursantes. El número de votos que pueden moverse en la próxima tanda nominatoria ha hecho que Yago haya desplegado sus nuevas estrategias para salir airoso. Esa extraña estrategia que personalmente no comparto (Si quieres ganar, necesitas salir nominado para que la gente te apoye). Y sabe que lo tiene especialmente complicado, pues su posición ya es más vulnerable. Todos le tienen más o menos calado, por lo que ganar un adepto parece algo más difícil. Lo primero sería recuperar al aliado que pensaban sacar del grupo: Marta. Lo segundo ganar uno nuevo, y ése sería Anup, uno de los más mayores pero con menos capacidad de análisis de lo que pasa en cada gala. Anup es muy torpe a la hora de entender por qué ha sido nominado. Su orgullo pesa por encima de todo y no da crédito a que su nombre pueda figurar en la lista de sus compañeros, pues considera que su papel de perfecto compañero lo está desempeñando correctamente. Sin embargo no valora la posibilidad de ser nominado para que los demás se salven. Es decir, al margen de sus actos, no contempla la posibilidad de que la gente le vote para salvar su culo. “Antes de marcharme yo, lo siento pero te vas tú”.
Aún así, los nuevos fieles de Yago no son suficientes para resolver la batalla del próximo jueves, y eso que no cuentan con que Gerardo tiene los días contados. Leñe, digo Arturo. No obstante, esto no está mal visto para ellos. Hoy mismo Chari se comparaba con lo que pasó en el inicio de GH11, siendo éstos los nuevos Arturo, Indhira, Hans y Saray ¡Qué ilusos!  Creen que la audiencia los salvará por nuestra tendencia a apoyar siempre a los “desfavorecidos”. Pero este año, las palabras que nos dijo Nagore sí tienen sentido: “No siempre la minoría es mejor que la mayoría”. ¨Éste sí es un ejemplo de eso.
Por un lado su convencimiento de que los apoyaremos tiene una base sólida. Siempre nos conmueven aquéllos que deben luchar contra los cuatro elementos. Pero lo cierto es que esta minoría es para echarla de comer a parte. Empecemos con Marta, concursante veleta por antonomasia. Se acostó con Joaquín estando nominada, se alejó de él cuando no lo estuvo, se acercó a Yago, luego se alejó… y así constantemente. Tenemos a Rubén, el pelele de Chari. El chico carece de personalidad propia y así nos lo ha demostrado, juntándose a Yago sólo por indicación de su novia. Luego a Chari, desquiciada a cada día más, contradictoria y manipuladora de la verdad. Analiza los acontecimientos con diferentes varas de medir y ahora se ha aliado con Marta únicamente para usarla de preservativo. Me explico, se ha hecho súper amiga de la gallega para evitar que ésta se líe con Rubén. Anup también se estrena en el grupo con mucha torpeza y sin entender que en realidad le están usando, para finalizar con Yago, esa puta que maneja todo desde la cama para salvar su culo, y con Gerardo.
Gerardo, digo Arturo, ha demostrado ser lo más simple que podamos ver en Gran hermano. Eso o quiere venderse como el más malo del mundo, que en realidad todo lo que hace está pensando para que este jueves le saquemos con un nuevo récord de expulsión. Para el vasco son muy lícitos los insultos, la agresión verbal, el acoso y derribo, el mobbing, lo que sea con tal de ganar. Éste no conoce lo que es el juego limpio, ni lo conoce ni intenciones que tiene. Pero lo mejor es un extraño convencimiento en que nos lo estamos pasando en grande viendo su juego. Juego, que por cierto, parece copiar a Yago. Seguramente sentirá admiración por el gallego y de ahí que intente fotocopiarse pero con arrebatos que no tiene Yago. También está destacando por ser un inmenso bocazas, como Gerardo de GH11. Cada vez que este tío habla, sube el pan (O un controlador aéreo deja de currar). Dice que él devora, que esa es su estrategia, que es un lobo… lo que no sabe es que será devorado este mismo jueves y que su juego acabará pasando a la historia del programa como uno de los más torpes.
Pero ellos no lo ven y creen que Dámaso será el próximo expulsado, porque ellos son los molones, los que dan vídeos divertidos, los que queremos ver ¿No os suena de algo? Y por eso ya han empezado a sumar votos para el próximo jueves. Su objetivo es Jhota, convencidos que el grupo mayoritario labrará una estrategia similar lo que provocará que dos de ellos estén nominados con el rapero. Si aplicamos la teoría de la balanza, Jhota sería el expulsado. Pero volverán a fallar, seguro. Más que nada porque algo me dice que GH variará el sistema nominatorio para eliminar las sumas y restas hechas durante estos días.
No obstante estamos viendo una semana muy caldeaba. Vamos, la más caldeada de lo que llevamos de edición. La casa unificada ha hecho que ahora sí se separen en dos: los alegres y los tristes, como si de T5 y A3 se tratasen. Las broncas se suceden día a día y las cuentas que se piden se multiplican. Hemos visto a Rubén y Chari contra Marcelo, a todos contra Arturo y Anup, a Marta huyendo sigilosamente, mientras Yago intenta medrar para salvar su culo… y todo con Lydia y Catha como espectadoras privilegiadas.
Esto es Gran hermano, el unificado, el que queríamos y ya tenemos el grupo de reventados… Ahora ya sí, ¡estamos grabando!

domingo, 5 de diciembre de 2010

Estamos de puente

Estimados amigos,

Estos días estamos de puente, motivo por el cual no he podido actualizar el blog cómo se merece. Los compromisos familiares me hacen estar lejos del ordenador, aunque confío en poder actualizarlo entre hoy y mañana.

De momento, sólo apuntar que celebro la expulsión de Pepa, aunque prefería la de Catha. Esta semana tenemos nuevos nominados, aunque en realidad es como si sólo hubiera uno: Gerardo, digo, Arturo.

Este ser mezquino, vomitivo, asqueroso y repugnante merecería arrebatar el récord mundial a la actual reina negra: Nagore. Debe ser expulsado con la casi totalidad de los votos de la audiencia, para que vea y sepa el inmenso rechazo que ha provocado este Gerardo de veinte años en todos nosotros. Me da asco.

También celebro la nueva casa unificada, aunque hubiera preferido que se produjera en la casa 2. Pero qué se le va hacer. Feliz puente y pasarlo bien