martes, 25 de noviembre de 2014

El precio de las malas compañías

Yolanda, en la cuerda floja


Es una pena que en muchas ocasiones no podamos elegir quién nos defiende o apoya. Hay veces que tener a nuestro lado a ciertas personas, puede perjudicarnos más que otra cosa. Da igual que sus intenciones sean buenas. Cuando abren la boca, consiguen el efecto contrario al deseado. Porque no son influyentes, porque no caen bien, porque hagan lo que hagan o digan lo que digan, al resto del mundo les gusta llevarles la contraria.

Nadie dijo que fuera fácil es la frase que Lucía se tatuó en el brazo, y no… no es fácil para Yolanda seguir en esa casa cuando Lucía y Omar, con la mejor de sus intenciones (o con la frustración de ver a Paula todavía dentro), piden públicamente el apoyo a las primas.

Cada vez que Lucía grita «¡Primas ganadoras!», me imagino a cientos de personas votando en contra de Yolanda (¡¡Ole tú, ole tú!!), cada vez que Omar habla de lo buena que es Alejandra, miles vuelven a votar en contra de la prima (Me van a comer los huevos)… También pasa con Vitín, y hasta con Alfredo. La impopularidad del clan de Carabanchel es tan grande que es muy probable que la gente quiera que Paula gane solo para darles en los morros a todos ellos, y del mismo modo quieran ver a Yolanda fuera.

Alguien que quiera a Omar, Lucía & cia. debería decirles que cierren la boca de una vez. Puede que avivar el conflicto con Paula estando todos fuera y ella dentro tenga un mínimo de sentido ante una posible repesca, pero de momento no hay noticias sobre ella… y empezamos a descartar que este año tenga lugar. Por lo que sería conveniente, de una vez por todas, que asuman la derrota y callen, que se callen todos, los cuatro, porque cada vez que abren la boca, Paula gana más adeptos, más fieles, mientras el resto de concursantes pierde más posibilidades de remontar. Es como en política… Cada vez que Inda abre la boca, Podemos sube en las encuestas.

La estrategia del odio no suele ser muy efectiva. Por norma, siempre suele retornar como un bumerán hacia aquél que la ha lanzado, devolviéndole justo lo contrario. Y puede que el clan de Carabanchel lo merezca, pero ¿Lo merece Yolanda?

Por extraño que parezca, esta semana peligra Yolanda en la casa. Forma parte del plan del bando de Paula (el bando que está fuera, la audiencia) y les da igual si con esta decisión son justos o incluso coherentes. Yo no digo que Yolanda sea una ganadora en potencia. Ha urdido tramas, principalmente con Jonathan, pero tampoco ha reclamado el protagonismo de la edición como es necesario para quien se alce el maletín (como sí ha hecho Paula). No obstante, aún tenemos concursantes, aún hay gente a la que podemos echar antes que ella… y más cuando a su lado, Fran también se la juega.

La gente que va en contra de Yolanda la acusa de varias cosas. La primera, y posiblemente la que no perdonen, es haberse expuesto ella cuando era el turno de Alejandra. Llevo dos semanas advirtiendo que tras la salida de Omar, los defensores de Paula irían a por Alejandra. Y así hubiera sido si Yolanda no se hubiera puesto en el lugar de su prima. Yolanda ha dado una semana más a Alejandra, pero a costa de su propia permanencia. Los hay que hasta afirman que deben echar a Yolanda, porque siempre se va a exponer ella para proteger a Alejandra, lo cual es mentira. Es una tergiversación de las palabras de Yolanda, que afirmó querer repetir porque había soñado que su prima salía la semana siguiente. Hablaba de exponerse esta semana… no de ponerse todas las nominaciones que resten de concurso.

El segundo error de Yolanda es el famoso «Yolapa» por el que pasará a ser conocida. Lo de ella con Jonathan no ha llegado a buen puerto, si bien ella se ha negado a aceptarlo y durante todo el concurso ha intentado asaltar al primo pequeño en múltiples ocasiones. Entonces, aquellos que se proclaman defensores de las mujeres para defender a Paula, esta semana han decidido echar a Yolanda acusándola de no dignificar a la mujer. En otras palabras, que es una arrastrada. No hay piedad para ella por las señales confusas que le da Jonathan. Puede que el primo sea muy claro cuando está con sus compañeros, pero no lo es cuando está a solas con ella. De hecho, tras la llegada de Lidia, Yolanda optó por separarse de él y éste le reclamó su sesión de besos y abrazos. Ella recibe señales confusas mientras por otro lado creo que Jonathan se ríe de ella. Se aprovecha sabiendo que se derrite por sus huesos —o sus músculos—. Y por eso, los defensores de la mujer reclaman su cabeza. La de ella, no la de él. Muy coherente todo.

Da igual que hace una semana argumentaran para defender la estancia de Paula en la casa que ella estaba disfrutando de la experiencia mientras Omar no. Para ellos con Yolanda, que sí está disfrutando, no se mantiene el argumento, aunque con ella esté Fran, un señor oscuro y ladino que no participa en las pruebas y que deambula por la casa como un alma en pena. Eso sin contar que estamos ante un personaje manipulador, mentiroso y ruin… hechos que hasta la propia Paula ya ha evidenciado.

Salvo milagro de última hora, en dos días Yolanda saldrá de la casa y pondrá fin a su aventura. Es una lástima, porque es una de las personas más nobles que he visto esta edición. Por supuesto que ha tenido sus cosas, pero ante todo ha sido una persona leal a su gente, educada con todos, que no ha dudado en disculparse cuando lo ha considerado oportuno y que se ha involucrado en las dinámicas de la casa como la que más.

Hay que recalcar su empatía en los conflictos. Fue de las primeras que apoyó a Paula en la famosa noche de las cuatro putas horas, hasta la invitó a su cama para que no durmiera sola y los días después estuvo pendiente de ella en todo momento. No tuvo reparos a la hora de decirle a Omar que se había equivocado y hasta intentó asesorar a Paula para poder deshacerse de Omar y Lucía. Fue víctima de las manipulaciones de Vitín, quién quiso algo con ella (como ella con Jonathan), pero cuando vio que no lo conseguía, inició una campaña para desacreditarla, para hacerla quedar como alguien que había jugado con él, cuando Yolanda fue bastante clara desde el principio. Y luego tuvo que lidiar con Alfredo, quien no se atrevía a meterse con ciertos compañeros cuando le controlaban la comida, pero que no dudó en arremeter contra ella cuando le pidió mesura a la hora de echarse tomate. Seguramente la veía más débil.

En las últimas semanas Yolanda ha conseguido continuar en la casa sin muchos problemas. Gracias a Alejandra, acercó posturas con Vitín y Omar, mientras por su cuenta siguió tratando al resto, incluidos Luis y Paula. Probablemente el mayor error es Jonathan y ella lo sabe. Sabe que él no quiere nada con ella, aunque al final siempre termina cayendo en sus brazos. No es la primera concursante que le pasa. Indhira siempre regresaba con Arturo pese a las humillaciones que la hacía. Teniendo en cuenta que es Jonathan quien está jugando, lo justo sería expulsarlo a él para poder ver a Yolanda sin ese lastre que la hace quedar como una mujer que no se valora y no se quiere a sí misma. Y no lo veremos, si dejamos a Fran.

Pero no solo no veremos a una Yolanda liberada, una vez que pudiéramos echar al primo pequeño, sino que además perderemos muchas más cosas, porque Yolanda es vida en la casa mientras afuera seguimos polarizados en dos bandos incapaces de analizar individualmente a cada concursante.

Voy a intentar no ser tan negativo y voy a pensar que, pese a mis sospechas, el mayor porcentaje no es de Yolanda, sino de Fran. Este jueves podríamos tener una nueva entrevista interesante, con Fran viendo los vídeos donde se evidencia su doble juego. Seguramente alegará que es su estrategia y seguidamente podremos ver más vídeos en los que habla de no ir de estratega. Luego, en la prueba de mayor a menor se puso el mismo en el más estratega. Es una contradicción en sí misma. Todo él suena a mentira y manipulación y seguramente el clan de Carabanchel aprovechará la entrevista. Mal, pero la aprovechará.


Ya sea Fran o Yolanda el eliminado, ha llegado el momento de ver la recta final. Muchos dicen que el concurso acaba el próximo 18 de diciembre. De ser así, estamos ante un mes de concurso en el que deberán acelerar las expulsiones. Bien con doble sesión de Gran Hermano o con expulsiones dobles  ¡o triples! Después de este jueves, quedarían otros dos más para echar bien a dos en cada gala y llegar a la final con 4 finalistas, o dos y tres. Eso o el 18 no acaba esta edición y nos comemos el turrón en Guadalix.  

viernes, 21 de noviembre de 2014

Cuanto menos es curioso

Hoy no voy a excederme mucho, básicamente porque tengo muchas cosas entre manos, lo que me impide escribir todo lo que me gustaría de esta edición de GH (De hecho, desde que abrí el blog, ésta está siendo la edición que menos estoy comentando -y eso que me está gustando más que la del año pasado-).

Salió Omar, como estaba escrito en el guión (el de la audiencia, digo) y Paula se salvó en lo que ha sido la expulsión de la edición. Tuvieron buenas palabras para el otro, fueron correctos y educados. Pero tan solo fue por quedar bien. Era una función de cara a la galería, como la misma Paula terminó reconociendo según regresaba a la casa, aunque en la Web de Telecinco, aseguran que estaba "hablando de corazón".

Paula dijo "Voy a quedarme con lo bueno" solo para quedar bien, como ella misma reconoció más tarde.

Esta vez la organización se cuidó mucho de cualquier acusación que pudiera surgir en torno al duelo más esperado. Muchos temíamos que emitieran vídeos que ensalzaran el rol de víctima de Paula, que cerraran los teléfonos cuando quisieran y que Mercedes soltara uno de esos discursos que provocan votos en contra de Omar. Pero no pasó nada de eso. Los vídeos, en realidad, fueron más amables con Omar y según empezó a gala, Mercedes avisó que quedaban 40 minutos... por lo que, pasado ese tiempo, los teléfonos quedarían cerrados como estuvieran.  Hicieron las cosas bien, o al menos, procuraron fingir o ser justos con ambas partes, después de no haberlo sido durante las once anteriores. 

Me parece curioso que se utilice la "transparencia" de esta gala solo para dar validez a las formas de trabajar en las anteriores (y ediciones pasadas). La sospecha de los creadores de #timoGH15 eran reales, fundadas. Paula se ha beneficiado de la imagen que Gran Hermano ha querido dar de ella. No creo que fuera por ser Paula, porque tuviera algún contacto en Telecinco o alguna conspiración similar, sino porque iba bien para lo suyo, lo de generar polémica, audiencias y SMS's. 

Personalmente creo que ya daba igual ser ecuánimes. La figura de Omar ya había sido demasiado maltratada (principalmente por culpa de él y de Lucía, pero también por la propia organización, ávida de tener a un villano), mientras que Paula ya rozaba la santificación de cara a una parte de la audiencia, en parte gracias a gestos como ese "hablando de corazón" que subtitula hoy Telecinco a algo que ella misma dijo que fue por quedar bien. Que nadie se confunda. Entiendo que lo dijera... no era plan de ponerse a hacer leña del árbol caído... Pero que Telecinco vuelva otra vez a adornar hechos de la hawaiana...

La entrevista con Omar fue floja en realidad. A ratos parecía arrepentido, en otras volvía a ser altivo y en ocasiones se mostraba ausente. Entendí que no quisiera pronunciarse sobre su padre... al menos, dejad que se vean y hablen en privado antes de decir nada y estuvo especialmente acertado en la despedida, sobre todo con Paula, y eso lo agradecí.

Paula me sigue sin caer del todo bien. En parte por su infantilismo, pero también por el trato de favor que está recibiendo y las opiniones de Belén Rodríguez, Frigenti y el gato, que este año maúlla destilando una crueldad tan solo comparable a la de GH10 defendiendo a su Iván Madrazo. Por supuesto que pueden y deben opinar lo que quieran, pero las faltas de respeto a los que opinan distinto a ellos son inadmisibles. Tal vez sin las opiniones de estos hooligans, Paula me caería mejor... porque tras su "muero de amoooor" sigo viendo autenticidad en ella. Mismamente ayer se salía de su guión para nominar a Fran, si bien aquella variación tampoco modificaba mucho la terna de nominados que todos imaginábamos.

Primas, toreros y Paula... otra vez. Paula dio un paso al frente al estar sola, Fran asumió su turno, pero la sorpresa nos la dieron las primas. Yolanda volvió a exponerse, posiblemente para proteger a Alejandra que tiene más conflictos con Paula o porque prefiere salir y zanjar su problema con Jonathan... cualquier cosa. No obstante, esta semana es inútil votar a Paula. La expulsión está entre Yolanda y Fran. Fran está siendo como Omar... Si se salva no es porque tenga apoyo, sino por la gente de Paula. Están haciendo balanza...

¿Queréis salvar a Yoli? Olvidad a Paula... habrá otra oportunidad más adelante. Ahora hay que centrarse en Fran.


martes, 18 de noviembre de 2014

Paradojas temporales: los finales alternativos

¿La hora de Omar?

La semana pasada hice una apuesta en firme sobre lo que resta de concurso, en la cual no me cortaba a la hora de asegurar que Paula sería la ganadora de esta edición, un predicción en la que hoy me sigo reafirmando, sobre todo tras ver cómo Vitín salía expulsado con un 65% de los votos, cuando compartía terna de nominados con un Fran manipulador y falso. No es que me hubiera extrañado mucho la expulsión de otra de las patas del clan de Carabanchel, ya en su día relacioné a Vitín como uno de los villanos de esta edición, junto con Alfredo, Omar y por supuesto, Fran. 

Vitín había hecho méritos propios para salir de la casa, sobre todo sus conflictos con sus mayores aliadas a las que nominaba sin reparo, habiendo otros concursantes a los que dirigir sus votos. Le vimos ser bastante cruel, sobre todo con Yolanda, a la que de manera torticera le daba la vuelta a los argumentos para hacerla sentir culpable. No obstante, las últimas semanas la relación Vitín/Primas se relajó y volvieron a encontrar ese punto intermedio donde ambas partes volvían a estar bien. Por eso, su expulsión se me antojó más como un daño colateral de la guerra Paula vs. Omar que un castigo contra él mismo. Ya a lo último, hasta empecé a recuperar la estima que le tuve al inicio del concurso. Pero bueno, es lo que tiene jugar este año con mochila, que cada una tiene un peso diferente.

Tras la salida de Vitín, llegó Lidia con un de esos juegos llenos de mentiras y paranoias que tanto nos gusta. No es la primera vez que sucede. Otros años los concursantes siempre se han montado diversas películas sobre sus compañeros, solo que este año el juego se abría a todos promovido por la organización y con un supuesto premio. El problema es que como estábamos ante un juego de mentiras, no sabemos hasta qué punto estaba mintiendo la propia dirección. Dijeron que aquél que adivinara la relación que tenía Lidia con uno de ellos, obtendría un pase a la final aunque en realidad Lidia no tenía nada que ver con nadie. 

Había varios problemas en el juego porque no quedó suficientemente claro. Sí, Lidia es una colaboradora del debate y entraba para que Yoli pensara que es la persona de fuera de Jonathan, Azahara que creyera que es la novia de Juanma, Paula que era la cuñada de Omar o la ex de Luis y que los demás pensaran lo que fuera. El modo paranoia iba a correr como la pólvora, sobre todo alentados por ese pase directo a la final, pero… ¿qué era mentira? ¿Que ella tenía relación con uno de ellos? ¿el premio? ¿Qué hubiera pasado si alguno hubiera pulsado el botón y hubiera dicho que no es nada de nadie? ¿hubiera bastado? O tendría que saber que era una colaboradora del debate… Por suerte el juego les salió bien y este domingo todo el debate giró en torno al engaño… mucho menos cruel que hacerles creer que estaban viviendo la falsa final que hubo en GH12+1. Pero podrían haber tenido un problema y de los gordos si alguien hubiera acertado. Y posibilidades las hubo. 

Alejandra y Paula recalcaron en varias ocasiones que Lidia podía no tener relación con nadie y que todo fuera mentira. Alejandra finalmente apostó por la exnovia de Luis, mientras Paula no apretó en ningún momento. Decía querer apearse del juego porque no le gustaba tener que desconfiar de nadie, culpando a Luis de jugar con ella. Era un tanto absurdo, porque si de verdad Lidia hubiera tenido relación con Luis, él tendría que haber disimulado como parte del juego. Los reproches que ella le hacía no tenían pies ni cabeza. Pero ¿si lo hubiera hecho, le habrían dado el pase a la final? ¿y si hubiera sido Alejandra? No estaba bien explicado el juego, por lo que daba la sensación de que podrían variarlo sobre la marcha según su antojo. Como siempre en Gran Hermano. 

Lidia no aportó mucho, la verdad. Pero no hacía falta que la muchacha participara más o menos con los concursantes. Ellos se bastaron solos para interpretar miradas, acercamientos o sonrisas. Llevan ya dos meses ahí metidos y cualquier cosa de fuera les sirve para hacer un mundo, divertido en este caso, aunque también los vi bastante desquiciados.

Ahora vamos a lo que me traía hoy, que como si me hubieran propuesto un juego paranoico, voy a traer tres finales alternativos a lo que decía la semana pasada. Como si pudiera crear una paradoja temporal y variar el curso del concurso. Tres finales en los que Paula no gana Gran Hermano.

Primer final: este jueves Paula sale expulsada frente a Omar.

Cuando pensé en esta posibilidad, no conocía los porcentajes ciegos de cara a la expulsión. No creí que la diferencia entre  el más votado y el segundo fuera de tan solo dos puntos. Parecía muy improbable cuando Lucía salió con el 75% de los votos, Alfredo por otro 70 y pico y Vitín con el 65%. Con esa tendencia, pensé que Omar saldría este jueves con un porcentaje similar al de Lucía en una expulsión que para mí era cantada. Pero no parece que esté tan claro, o al menos eso nos intentan vender. 

Según todas las tendencias, Omar y Paula, antagonistas clarísimos de esta edición, son los que se reparten el 96,2% de los votos. En cualquiera de los casos, creo que Omar será el expulsado, bien porque ya sea el más votado de los dos o porque se dé la vuelta durante la gala del jueves. La expulsión crea expectación, por lo que no dudo que según empiece la gala encerrarán a los concursantes en la sala de expulsión y harán un careo con visionado de vídeos entre Paula y Omar, de forma similar al que vivimos el año pasado con Sonia e Igor. Paula pierde cuando parece haber respirado un globo de helio, pero gana enteros cuando discute con Omar. Es muy cuerda, concluye muy bien y, sin Luis haciendo de castrador de la opinión, Paula arrollará durante la gala a un Omar que seguramente se volverá chulo y prepotente. 

Pero estamos ante un final alternativo, ante la primera paradoja temporal que hoy planteo para no perder la esperanza de tener un Gh sorprendente. Habrá careo y Omar, quien nos enterneció cuando lloró a ver a Lucía y leer su mensaje este domingo, se disculpará con Paula, asumirá los errores y reconocerá que la situación que ha vivido le ha quedado demasiado grande, mientras ella, a su lado, empezará a ensañarse con él. El arrepentimiento de Omar y la soberbia de Paula harán lo imposible. Ella está convencida que se irá él… es más, ¿quién no lo pensaría? Solo hay que recordar cómo reaccionó ella cuando echaron a Vitín, soltando una arenga sobre que no debía haberse expuesto porque los votos que había tenido no eran suyos, sino de su amigo. Y entonces…

La audiencia (Omar), ha decidido (Omar), que debe (Omar), abandonar la casa (Omar)… ¡Paula!

El momento sería apoteósico, con la cara de Paula completamente desencajada, expulsada frente a Omar como si fuera una broma macabra del destino. Nadie entendería qué había pasado ¿Por qué echaron a Lucía entonces? ¿Y a Alfredo? ¿Vitín? Por supuesto que aquí podríamos hacer muchas lecturas sobre qué había pasado, basándonos en la fuerza de las primas y el movimiento anti-Paula antes que pensar en el apoyo a Omar, pero en la casa no entenderían nada. 

Cabe decir que no es que aplauda a Omar, o que no crea que deba salir por delante de Paula. Para mí, en GH debería primar el espectáculo, los espectadores deberíamos ser más «crueles» y echar siempre a los que no pintan nada para dejar que las tramas realmente importantes se desarrollen. Yo no echaría a ninguno de los dos, pero puestos a echar a uno, preferiría dar un giro a los acontecimientos y que suceda lo inesperado. Porque puede que Omar sea un villano, pero Paula no es una Santa.

No obstante, algo me dice que si eso pasa este jueves, la repesca se pondría en funcionamiento en el acto.

Segundo final: Paula traiciona a sus aliados en el último momento. Gana el torero, Hugo ¡o incluso Fran!

Este final no es que sea muy bueno que digamos. Casi que prefiero ver a Paula ganando que ver a Luis o Hugo (Y menos a Fran). Al menos Paula ha sido protagonista mientras los otros lo único que han hecho ha sido subirse al carro ganador, como en su día hizo Chiqui con Iván Madrazo. No obstante, quiero valorar este final porque ya pasó una vez.

Sería hacer “un Patricia” de GH3. Patricia era la protagonista indiscutible de aquella edición, la única no presentada por Mercedes Milá. Patricia discutía con todos, brotaba de malas maneras, era mal criada… no hablaba en plan telettubbie, pero también rozaba el infantilismo en ocasiones. No obstante, cayó en gracia en parte porque fue víctima de Raquel (Omar) y sus aliados. 

Patricia fue muy habilidosa durante el concurso gracias a sus dos únicos aliados, Kiko (Fran) que empezó como enemigo y acabó siendo su novio, y Javito (Luis) el único capaz de entender los brotes psicóticos que le daba.  Antes incluso de expulsar a Raquel, Patricia ya fue eligiendo a su nuevo enemigo, en ese caso Ness. Tras Ness, fue a por Elba, luego Jorge… Así hasta Carolina. Y cuando más feliz estaba Patricia, habiendo derrotado a todos sus enemigos, decidió enfrentarse a Javito. Nadie comprendió aquel ataque y esto, alentado al abandono voluntario de uno de los favoritos, hizo que parte de la audiencia la abandonara para apoyar a su amigo. 

Paula ha hecho cosas similares alterando cierto orden debido a la mecánica de este año. Omar ha podido retrasar su nominación gracias a sus amigos, pero eso no ha evitado que su grupo se haya ido deshaciendo. Ahora le tocará a él y Paula, como si fuera Patricia, ya ha señalado a Alejandra como nueva enemiga a batir. Tras ella, irá por Yolanda (seguramente alegará que Yoli la culpe de la expulsión de su prima y no la soportará)… y cuando más feliz esté, decidirá deshacerse de sus apoyos para poder ganar Gran Hermano.

En esta paradoja, Paula traicionará a Luis, porque espero que Fran salga antes, o tal vez a Hugo. Perderá parte de la simpatía y ganará alguno de su bando gracias también al apoyo de los anti-Paula, que no tendrán a otro a quién apoyar.

Tercer final: Paula asume que va a ganar… y va Azahara y se adelanta.

Este final requiere de ciertos ingredientes, si bien creo que tenemos materia prima para que suceda. 

Omar sale expulsado el jueves y por fin se cierra el victimismo y el protagonismo que Omar hace que ella tenga. Paula asumirá que es una de las favoritas, acertadamente, y proseguirá en la casa, pero sin ese aliciente de víctima que tan bien le funciona. Mientras, el resto de tramas continúan moviéndose, mientras Paula conseguirá sobrevivir gracias a las rentas de su historia con Omar (en parte porque él y su séquito ayudarán a ello metiéndose con ella desde fuera).

Mientras, entre Tarifa y Nueva York, avanzado el concurso y con grandes posibilidades de que Azahara y Juanma ya sean expulsados, durante una noche de ésas en las que los ríos de alcohol fluyen, Azahara y Juanma se aproximan y se dan un beso. Nada de sexo… No hace falta ni un miserable edredonig… Un simple beso provocado por los días que llevan juntos, el alcohol y la contención de la que hacen gala. No lo han podido evitar y ella al día siguiente empieza a sentirse culpable. ¡Dios, Zoe lo ha visto! Qué va a decirle ahora, qué puede inventar… Nada, porque se ha enamorado de Juanma… La culpa, el remordimiento, la angustia… Azahara se convertirá en una víctima de su propia historia. 

La audiencia expulsará a Juanma, y él fuera reconocerá lo que todos queremos oír sin claves. Ya no las necesitan… La quiere… y ella dentro, sin él, terminará reconociendo que también le ama. Es una mezcla entre Sabrina y Laura. La misma historia de Laura de GH12, pero con la clase que tenía Sabrina de GH2. Solo habría que esperar que entrara Falacia (la gallina de Mercedes) para que se ahogara en el jacuzzi y Azahara corriera a hacerle el boca-pico. 

Llega la final y Paula convencida que va a ganar, mientras los últimos giros de la edición han hecho que todos estemos pendientes de Azahara. Y entonces…

La audiencia (Paula) ha decidido (Paula) que la ganadora (Paula) de Gran hermano 15 sea (Paula)…. ¡¡Azahara!!

Cara de vinagre de Paula, con brote psicótico incluido y posiblemente el personal de seguridad entrando en la casa para evitar que Paula se muera de frustración y agreda a la ganadora que, sin que ella se haya dado cuenta, le ha tomado la delantera.  Sería muy similar a GH2, donde todos pensaban que Fran iba a ganar, pero en el último momento, Sabrina se adelantó.

Esto solo son fabulaciones, y seguramente podría haber muchas más, como que haya un apocalipsis zombi y solo sobrevivan los que quedan el casa, con Paula de capitana. Veremos si se cumple alguno de ellos u otra alternativa y GH nos demuestra que, efectivamente, nada es lo que parece y que aún no hay nada escrito. No obstante, si tuviera que apostar dinero, seguiría apostando por la victoria de “MUERO DE AMOOOOR”, aunque confíe en una paradoja temporal y esta semana esté enviando GH Paula al 27450.

martes, 11 de noviembre de 2014

Y el ganador de Gran Hermano 15 es...

Paula.


Ya está todo el pescado vendido… o al menos ésa es la sensación que empieza a calar en una parte de la audiencia. Nunca ha sido buena esa anticipación con la que se ve el concurso. Aún nos queda la mitad, probablemente  un poco más, pero ya muchos asumimos la victoria de Paula, llegando a la final con Luis de la mano (por lo menos). Eso resta emoción al juego y crea resignación, haciendo que una parte de la audiencia empiece a apearse contribuyendo así a una brecha aún mayor entre los defensores de la hipotética ganadora y sus aliados frente a sus detractores. No es la primera vez que sucede… A decir verdad, ha pasado prácticamente siempre.

La victoria de Nuria, de Juanjo, de Pepe Herrero, de Iván, de Laura o de Pepe Flores… fueron victorias que se cantaron a mitad del concurso. Dejemos a Ismael por la inocencia de concursantes y audiencia del primer año, y a Sabrina por casi lo mismo. Javito ganó por discriminación positiva, mientras a Pedro, Naiala y a Judith lo hicieron por los giros de las últimas semanas de sus respectivas ediciones… Por último, Ángel y Susana, que ganaron gracias a los fallos de los verdaderos ganadores de aquellas ediciones. Indhira no arrojó un vaso de agua a Carol, sino que le tiró el maletín, mientras Argi… en fin, la competencia desleal del año pasado hizo que una broma se sacara del contexto hasta el absurdo y la sombra del complot de anunciantes se saldara con la expulsión disciplinaria más ridícula de la historia de Gran Hermano.

Más allá de esto, y atendiendo a la experiencia, la victoria de Paula empieza a ser una constante cada vez más real. Y no es extraño. La reconquista del corazón de Omar por parte de Lucía provocó esta situación de ventaja con respecto a Paula. Ya lo dije entonces. Aquella situación la catapultaba a la final, sobre todo si no espabilaban los demás. Y me temo que no lo han hecho.

El único que ha intentado hacer algo para no quedarse atrás ha sido Luis. Se ha subido al carro de la hawaiana con todo el descaro del mundo, pasando de no tener relación alguna con ella a decir que son hermanos con derecho a hacerse pajas. Yo sí me creo a Paula en la mayoría de las ocasiones (otra cosa es que la soporte cuando le dan los ataques de híper-felicidad), pero jamás me he creído a Luis (Y menos a Fran).

Desde el inicio del concurso, Fran y Luis se han postulado como los dos auténticos estrategas. No lo digo como defecto, siempre aplaudiré las estrategias cuando son lícitas. Fueron los primeros que plantearon atacar la cocina para no hacer indispensables a Mayca y Loli, buscaron apoyos con rapidez, se implicaron en los conflictos y participaron activamente en todo lo que se proponía. Por un lado es como si Luis tuviera en su poder algún tipo de manual del buen concursante, el cual lo sigue casi a rajatabla. El problema es que, aún siguiéndolo, me parece de mentira. 

Se ha aislado del grupo original, consciente de que las mayorías no caen bien y se ha aliado a la víctima. Ha buscado enfrentamientos con los antagonistas para mejorar la percepción que la audiencia tiene de él, mientras ha participado en las bromas de Paula como si fueran suyas. Sabe faltar al respeto con bastante mala leche, pero nunca lo hace con insultos…  Sin embargo, Fran es más torpe. Probablemente tenga mucho que aprender del aspirante a torero, y ha sido más errático que su compañero. Empezó con un evidente doble juego que jamás confesó a la audiencia, y cuando fue evidenciado por Alfredo, cambió la táctica. Prosiguió en busca de conflictos con los enemigos declarados de Paula, aliándose así con la chica a la que acusó de hacer un papelón. Todo esto rodeado de un tono chulesco y una prepotencia y soberbia bastante repugnante… y ahora que está nominado, se dedica a permanecer sentado como si fuera un buda en estado de meditación, mientras promete hacer actos benéficos con el premio en caso de ganar. Es aún más asqueroso que Luis durante la semana pasada, pidiendo sobrevivir a su nominación para enfrentarse a Omar, aunque luego no se haya atrevido (tampoco Omar), y comparable a ese Ángel de GH11 que prometía ayudar a los niños en caso de ganar. Ya puestos a donar, que done lo que le pagan por esta ahí. 

Puedo entender que Luis consiguiera salvar los muebles frente a Loli. Si Paula es la nueva Iván Madrazo, Luis es su Chiqui y bien entiendo que sus seguidores no quisieran dejar sola a su protegida. Sin embargo, me cuesta mucho pensar que Fran pueda salvarse. 

Durante semanas hemos estado pintando a Fran con rabo, dos cuernos y tridente. Era un demonio y hasta valoraba la posibilidad de que al fin alguien le quitara el récord que sigue ostentando Nagore al más odiado (¡Si ya nadie odia a Nagore!). No dudaba que Fran fuera a salir expulsado por la puerta grande. Por eso, ver cómo la gente está dirigiendo sus votos a Vitín hace que la sensación de que todo está vendido vaya en aumento. Ya nadie recuerda a ese Francisco chulo y falso que, entre copa y copa, buscaba alguna chica para hacerla llorar con el pretexto de quitarle la careta. No se está valorando que, con la excepción de Omar, Fran ha sido el concursante más dañino de esta edición.

La hipotética y previsible expulsión de Vitín tiene dos lecturas. La primera es el castigo por no darnos a Omar. Si bien hay que resaltar que el clan de Carabanchel se ha estado turnando desde el inicio. Primero fue Omar, luego Alfredo… y ahora le tocaba a Vitín, por mucho que a Mercedes Milá le jodiera. De salvarse, la siguiente ocasión sería el turno de Omar, nominación que se va a producir tarde o temprano. Que nadie crea a ésos que dicen que no saldrá más a la palestra… porque saldrá. No obstante, para asegurarse que no tendrá otro escudo, han empezado a concentrar su voto en él. 

La segunda lectura es casi más importante. Es una tremenda injusticia que salga Vitín (Que tampoco es santo de mi devoción) a favor de la permanencia de Fran. De conseguirlo, la horda de Paula está lanzando un mensaje de poder muy claro a los demás y por tanto consigue desmotivar al otro bando. Ellos dominan en concurso… Ahora será Vitín, luego Omar, Alejandra, Yolanda y Jonathan, Azahara, Juanma… dejarán a Fran para el último (que seguramente traicionará a la hawaiana) y dejarán la final entre Paula y sus dos alfiles: Luis y Hugo. ¿Acaso con ese panorama alguien duda de que Paula ganará con el 80% de los votos? O tal vez más.

Puede ocurrir algo que cambie el plan. Desde ya vaticino una traición de Fran a Paula según se acerque la final, e incluso no descarto que el predicador Luis intente tirarla por la borda… aunque ambas posibilidades solo ensalzarán más a Paula a la victoria. Solo un vaso de agua en un momento determinado podría provocar un cambio brusco de los acontecimientos, aunque los que quedan no los veo tan provocadores y los de fuera no son tan astutos como para hacerla saltar en caso de repesca. 

Por eso, a día de hoy ya podemos decir eso de: la audiencia ha decidido que el ganador de GH15 es… solo que aún nos queda un mes y medio para hacerlo oficial. Bibiana Fernández ya lo dejó claro en el debate: “¿No hay una cláusula para que podamos darle el maletín ya a Paula?” Y evidenció lo evidente: “hemos estado semanas poniendo a Fran como un demonio y ahora echamos a Vitín”.

Lo cierto es que este guión ya establecido termina provocando que muchos vean que todo es una gran estafa, un timo. Por eso, el domingo se convertía en TT mundial #TimoGH15 mientras #DBD6GH15 quedaba por debajo. Viendo esto, entonces ¿Paula de verdad cuenta con el apoyo de la mayoría?

Aquí pasa lo de siempre. Paula gana con la mayoría —que vota—, mientras tiene el rechazo de la mayoría —que ve— el programa. Cada victoria de los propaula desmotiva a los detractores, y a la gala siguiente la diferencia se hace mayor. El mejor ejemplo de esto fue con Pepe Herrero, que ganó con el 87% de los votos, aunque en realidad tenía más gente en contra que ese 13% que no le votó. Simplemente, se apearon del juego y dieron vía libre en su final. ¿Qué pasaría si pudiéramos votar gratis? Podrían probar una semana…

Otra cosa es la supuesta manipulación de la dirección a favor de Paula. Es evidente que ella mueve parte de las tramas, mientras que los demás se dedican a simplemente estar. Juanma y Azahara posiblemente estén protagonizando la historia de amor más bonita de la historia de GH, pero seamos sinceros. Esa trama no va a avanzar hasta que no estén fuera. Yolanda y Jonathan están en estado de bucle desde hace mes y medio, Hugo sigue admirando los conguitos de rubia, Omar esperando su sentencia… mientras Alejandra, por descarte, ha acabado haciendo migas con Vitín. Ya lo he dicho al principio, los demás no están espabilando.

No creo que Telecinco tenga espacial interés en que gane Paula de manera particular. Paula, Azahara, Juanma… quién sea. Lo que sí es cierto es que, por el bien del concurso, procurará mantener el interés todo lo posible y Paula provoca tramas… pero las provoca en parte gracias a Omar, y gracias a Lucía. De hecho, no hay que olvidar que esta edición no se levantó gracias a la relación de Omar y Paula, sino a la entrada de Lucía. 

martes, 4 de noviembre de 2014

Luis nos engaña

La dirección comunica la tarjeta amarilla a Omar y Luis

Esta semana lo más llamativo que ha sucedido en la casa, aparte de las no-relaciones de los primos con Yolanda y Azahara, ha sido el enfrentamiento de Luis con Omar. Omar vuelve así, tras dos semanas de descanso, al disparadero de la acción, a convertirse nuevamente en protagonista indiscutible de esta edición, y por enésima vez, es un protagonismo que el de Carabanchel no ha buscado, sino que le viene dado, en este caso, por el torero. 

Hace mucho tiempo que dejé de creerme al torero. Su acercamiento con Paula no fue fortuito, hacerse amigo y compinche de las infantilidades de Paula no es gratuito y que esta semana, estando nominado, haya buscado un enfrentamiento con Omar tampoco ha sido casual. 

Luis puede ser tan manipulador como lo es Fran. Ha tenido un buen maestro durante todo el tiempo en el que se conocen (dato que desconocemos, pero que asumimos que el suficiente como para que Fran haya aleccionado perfectamente a su pupilo) y prueba de ello es que ambos tienen un modo de proceder similar. Fran es más condescendiente con el grupo y su misión principal es la de agradar a la casa para evitar nominaciones, mientras Luis intenta engañar a la audiencia con sus discursos de falsa moral y aliándose con una de las favoritas de esta edición. En realidad es una estrategia muy clara. Fran se gana a la casa y Luis intenta hacer lo propio con los espectadores. Es como si Fran hubiera decidido allanar el camino para que Luis gane el concurso. Pero a la hora de la verdad podemos ver comportamientos similares. A los dos les gusta comer la cabeza a sus compañeros, siempre lo hacen en conversaciones a solas, sin testigos, y después siempre tergiversan lo que pasa para que los demás crean una versión que los beneficia. 

El plan parecía bueno, pero algo les ha salido mal. Dos cosas en realidad: la primera fue una pelota lanzada por el novio de Azahara en la que prevenía a la casa de la falsedad de Fran. La segunda fue la despedida de Alfredo hacia el apoderado. Fran intentó minimizar los daños todo lo que pudo con argumentos de lo más inverosímiles, pero al final el mensaje caló en la casa y se saldó con la nominación. Se expuso Luis, porque Fran ya lo había hecho durante la primera ronda de nominaciones, aunque seguramente la casa hubiera preferido que hubiera repetido Fran en la palestra (y nosotros también), e inmediatamente empezaron a decir que los habían votado porque los veían fuertes. Supongo que ese argumento debería satisfacer a las primas, que siempre han salido nominadas salvo las dos veces que fueron inmunes… solo que cuando nominan a Alejandra y Yolanda lo hacen porque se lo merecen… pero si los votan a ellos es por miedo. Curioso. 

Lo peor de todo para Luis era la lista de nominados. No le hubiera importado salir a la palestra si con él hubiera salido Omar. Todos saben que es un enemigo fácil de batir en este momento. Sin embargo, con él salió Jonathan y Loli. Algo había fallado, algo no encajaba en esa lista en la que faltaba el clan de Carabanchel o Paula. Y es que sin Shaima, expulsada esa noche, y las primas, inmunes, las votaciones salieron por donde menos lo esperaban.

Luis no se ha medido antes con la audiencia, a su compañero se le tacha de falso y el público aplaudió con Alfredo… Hay riesgos reales para que el torero asumiera que tenía que hacer algo para sobrevivir a esta expulsión y esperó paciente hasta la primera oportunidad para arremeter contra el más débil en cuestión de popularidad, porque buscar un conflicto con Omar es buscar el aplauso fácil.

Viernes noche y una vez más el alcohol hizo de las suyas. Empezó Omar con un comentario ridículo. Estaban haciendo el tonto en el confesionario, Luis pidió ayuda para que lo levantaran del suelo y Omar le recomendó que pidiera ayuda a Paula, ya que siempre está con ella. Llamémoslo pelusa, celos o lo que queramos. Es un hecho que Omar está pendiente de lo que pasa entre la extraña y repentina relación que une al torero con la protagonista de la edición. No obstante, que le diga que le ayude Paula entre risas tampoco me parece una gran ofensa. Aun así, Paula brota malamente con Luis, mientras Omar seguía en la fiesta con el resto de compañeros. Paula no quería consentir que Omar pronunciase su nombre, aunque sea para una nimiedad como ésa. Ella, que también está pendiente de él, no tolera nada que pueda salir de la boca de Omar y quiso discutir, porque discutir, al fin y al cabo, es una manera de comunicarse, cosa que hacen en muy rara ocasión. Era una manera de romper la guerra fría, hacerla caliente… y quién no nos dice que después de una bronca no llega la verdadera reconciliación. Sin embargo, Luis se lo impide, porque como ya hemos visto, Luis no quiere que la gente sea tal cual. Ahí empieza una vez más ese discurso que a mí me da mucha pereza. No puedo evitar acordarme de Pepe Herrero cuando este chico habla de crecer como persona. Castra a Paula, la cohíbe y durante un buen rato, los dos quedan apartados del grupo, con Paula queriendo buscar a Omar y Luis frenando sus intenciones.

El problema se agravó cuando Omar, que está tan pendiente de ellos, vio que había movida entre los hermanísimos, una movida porque Paula quería discutir con Omar y él no la dejaba, y quería discutir porque antes había dicho Omar a Luis que pidiera ayuda a Paula para levantarse del suelo. Muy absurdo todo.  Omar se acercó con su cuchillo de mentira y se lo ofreció para que se apuñalaran. Seguía siendo una broma mal hecha a personas con las que no debería bromear, ya que no tiene una buena relación con ellos. Aun así, no deja de ser una broma que deberían haber ignorado. Y aquí empieza la tergiversación.

Luis asegura que en un momento de la conversación Omar le falta al respeto, porque él le dice que no se va a poner a su altura y Omar le contesta que Luis jamás llegaría a su altura. Pues bien, según lo veo, el primero que falta ahí es Luis al presuponer que no está a la altura de Omar, que el de Carabanchel está por debajo. Omar lo que hace es defenderse del primer ataque directo. Y no es santo de mi devoción, pero al César lo que es del César.

La conversación queda ahí, pero Luis ya está viendo el cielo abierto para darnos otra lección de moral, ésa que tanto le gusta imponer. Y entonces el predicador se levantó, buscó de nuevo a Omar y quiso continuar con la conversación, pero a solas… Que nadie escuche lo que van a decirse es importante. Así siempre será su palabra contra la de alguien que ya está desacreditado. 

Lo que ya vino después fue aún más absurdo. Empezaron hablando en el servicio y luego en el vestidor, siempre buscando la más estricta intimidad. Luis es más cerebral mientras Omar es más visceral. Eso lo sabemos todos, incluso ellos. Por lo que no me cabe la menor duda que Luis estaba buscando que Omar le diera una hostia. Así de simple. Sus formas de hablar, de increparle, de retarle… incluso cuando el mismo Omar, consciente de que se estaba calentando, quería marcharse, el torero seguía atacando acusándolo de cobarde (Ahí era Omar quién quería dar un paso atrás, como más tarde aconsejaría el súper). Luis provocó constantemente esperando accionar el botón que hiciera saltar a Omar. Hasta que al final ¡PIN! Botón accionado y Omar empezó a perder la compostura. Me resultó llamativo cómo Luis le pedía que se sentara para hablar, y Omar le decía que se levantara, que no iba a ser siempre lo que él quería, e incluso le advirtió que se había levantado porque se estaba poniendo nervioso. Y pese a ello, el torero siguió.

Luis confiaba que la maniobra le saliera bien. Estaba discutiendo con el villano de esta edición, estaba sacando la cara por la favorita, se estaba arriesgando... Seguro que esperaba que la audiencia aplaudiera a rabiar por poner en alto cosas como “eres un maltratador psicológico”. Si conseguía que Omar le atizara, mejor. Y consiguió un empujón. Estoy seguro que si en ese momento alguien pasa con un vaso de agua, Omar se lo vacía en la cabeza. 
La última secuencia no la vimos, cuando el súper interviene para zanjar una discusión que se había ido de madre.

Más tarde pudimos ver a Omar en el confesionario reconociendo el empujón y que había perdido la compostura… Mientras Luis iba por la casa asegurando que la dirección estaba valorando expulsar a su enemigo por el dichoso empujón. Él era el bueno, que solo quería hablar y se encontró con un señor de «ideas desordenadas». Es curioso que él mismo no se hubiera aplicado la lógica que impone a los demás, sobre todo a Paula. Si veía a Omar en esa actitud, ¿por qué forzó la bronca en lugar de marcharse y dejarlo estar?

Se sentía victorioso y entonces empezó a decir que quería medirse con Omar en la siguiente nominación para ver a quién quería España. Primera conclusión: está diciendo que no le echemos el jueves para que pueda retarse con su enemigo. Y segunda conclusión: Luis prefiere retarse con Omar, que ya está visto para sentencia, para atribuirse la victoria. Pero aunque saliera nominado con él y echásemos al de Carabanchel (Algo cantado), no será por Luis. En todo caso, será por Paula. No obstante, él tergiversaría el significado de la expulsión y se anotaría el tanto con todo el morro del mundo.

El domingo llegó el momento de la represalia de la organización.  Los llamaron a los dos y tomaron la decisión más salomónica. Para mí también la más justa, porque si bien es cierto que Omar perdió las formas, creo que Luis estaba buscando precisamente que le agrediera. Tarjeta amarilla para los dos, si bien es más naranja para Omar que para Luis. No obstante, no era el resultado que esperaba el torero. Solo había que ver las caras de los dos. Omar parecía complacido, seguramente porque la dirección también había reconocido fallos en Luis, mientras Luis se avinagraba. No le parecía justo, porque él es el señor que custodia la moral y la integridad.

Ahora Luis teme que parte de la audiencia le culpabilice por el conflicto, justo en la semana que está nominado, así que ayer tuvimos una sesión de pinturesimo de cara a la galería. Ya lo he dicho al principio, Luis intenta engañar a la audiencia constantemente  y ayer volvió a demostrarlo. Juntó a la casa después de comer. Dijo que quería hablar, que era importante… y cuando los reunió a todos ¡Pidió perdón a Alejandra! Tiene cierto sentido. La semana pasada se la pasó criticando a la prima con Paula y Hugo y tuvo una conversación con ella en la que hizo gala de eso que tan bien se le da: coartar libertades. No obstante, el perdón no fue por querer imponer su moral  o por los critiqueos que tuvo durante horas con los otros dos, sino porque en un momento dado deseó que Alejandra fuera expulsada y se «fuera a tomar por culo», algo que consideró que podía doler a los familiares. Como Alejandra no se había enterado, tampoco tuvo mucho que disculpar. De todos modos, de qué sirve disculparse si luego sigues manteniéndote en lo mismo. Poco después de la disculpa, Luis coincidía con Fran y Hugo en el jardín y continuó poniendo a parir a la de Albacete. Supongo que esas críticas sí tienen que sentar bien a la familia.

Durante la falsa disculpa, Luis aprovechó para dirigirse a Omar. Le confesó que no serían amigos, pero que por el bien de la convivencia, mantendría un trato cordial. De nuevo se estaba vendiendo a la audiencia… Vomitemos todos juntos.

Será una pena que no salga este jueves. No es que me importe mucho la permanencia de Loli, pero creo que sería de justicia que Luis abandonara, precisamente porque él puede ser peor que Omar. A Omar se le ve venir, mientras Luis es mucho más ladino. Además, beneficiaría a la imagen de Paula, que podría ser ella sin este personaje castrador, y pondríamos en jaque a Fran… Sería una pena perder esta oportunidad.