martes, 25 de noviembre de 2014

El precio de las malas compañías

Yolanda, en la cuerda floja


Es una pena que en muchas ocasiones no podamos elegir quién nos defiende o apoya. Hay veces que tener a nuestro lado a ciertas personas, puede perjudicarnos más que otra cosa. Da igual que sus intenciones sean buenas. Cuando abren la boca, consiguen el efecto contrario al deseado. Porque no son influyentes, porque no caen bien, porque hagan lo que hagan o digan lo que digan, al resto del mundo les gusta llevarles la contraria.

Nadie dijo que fuera fácil es la frase que Lucía se tatuó en el brazo, y no… no es fácil para Yolanda seguir en esa casa cuando Lucía y Omar, con la mejor de sus intenciones (o con la frustración de ver a Paula todavía dentro), piden públicamente el apoyo a las primas.

Cada vez que Lucía grita «¡Primas ganadoras!», me imagino a cientos de personas votando en contra de Yolanda (¡¡Ole tú, ole tú!!), cada vez que Omar habla de lo buena que es Alejandra, miles vuelven a votar en contra de la prima (Me van a comer los huevos)… También pasa con Vitín, y hasta con Alfredo. La impopularidad del clan de Carabanchel es tan grande que es muy probable que la gente quiera que Paula gane solo para darles en los morros a todos ellos, y del mismo modo quieran ver a Yolanda fuera.

Alguien que quiera a Omar, Lucía & cia. debería decirles que cierren la boca de una vez. Puede que avivar el conflicto con Paula estando todos fuera y ella dentro tenga un mínimo de sentido ante una posible repesca, pero de momento no hay noticias sobre ella… y empezamos a descartar que este año tenga lugar. Por lo que sería conveniente, de una vez por todas, que asuman la derrota y callen, que se callen todos, los cuatro, porque cada vez que abren la boca, Paula gana más adeptos, más fieles, mientras el resto de concursantes pierde más posibilidades de remontar. Es como en política… Cada vez que Inda abre la boca, Podemos sube en las encuestas.

La estrategia del odio no suele ser muy efectiva. Por norma, siempre suele retornar como un bumerán hacia aquél que la ha lanzado, devolviéndole justo lo contrario. Y puede que el clan de Carabanchel lo merezca, pero ¿Lo merece Yolanda?

Por extraño que parezca, esta semana peligra Yolanda en la casa. Forma parte del plan del bando de Paula (el bando que está fuera, la audiencia) y les da igual si con esta decisión son justos o incluso coherentes. Yo no digo que Yolanda sea una ganadora en potencia. Ha urdido tramas, principalmente con Jonathan, pero tampoco ha reclamado el protagonismo de la edición como es necesario para quien se alce el maletín (como sí ha hecho Paula). No obstante, aún tenemos concursantes, aún hay gente a la que podemos echar antes que ella… y más cuando a su lado, Fran también se la juega.

La gente que va en contra de Yolanda la acusa de varias cosas. La primera, y posiblemente la que no perdonen, es haberse expuesto ella cuando era el turno de Alejandra. Llevo dos semanas advirtiendo que tras la salida de Omar, los defensores de Paula irían a por Alejandra. Y así hubiera sido si Yolanda no se hubiera puesto en el lugar de su prima. Yolanda ha dado una semana más a Alejandra, pero a costa de su propia permanencia. Los hay que hasta afirman que deben echar a Yolanda, porque siempre se va a exponer ella para proteger a Alejandra, lo cual es mentira. Es una tergiversación de las palabras de Yolanda, que afirmó querer repetir porque había soñado que su prima salía la semana siguiente. Hablaba de exponerse esta semana… no de ponerse todas las nominaciones que resten de concurso.

El segundo error de Yolanda es el famoso «Yolapa» por el que pasará a ser conocida. Lo de ella con Jonathan no ha llegado a buen puerto, si bien ella se ha negado a aceptarlo y durante todo el concurso ha intentado asaltar al primo pequeño en múltiples ocasiones. Entonces, aquellos que se proclaman defensores de las mujeres para defender a Paula, esta semana han decidido echar a Yolanda acusándola de no dignificar a la mujer. En otras palabras, que es una arrastrada. No hay piedad para ella por las señales confusas que le da Jonathan. Puede que el primo sea muy claro cuando está con sus compañeros, pero no lo es cuando está a solas con ella. De hecho, tras la llegada de Lidia, Yolanda optó por separarse de él y éste le reclamó su sesión de besos y abrazos. Ella recibe señales confusas mientras por otro lado creo que Jonathan se ríe de ella. Se aprovecha sabiendo que se derrite por sus huesos —o sus músculos—. Y por eso, los defensores de la mujer reclaman su cabeza. La de ella, no la de él. Muy coherente todo.

Da igual que hace una semana argumentaran para defender la estancia de Paula en la casa que ella estaba disfrutando de la experiencia mientras Omar no. Para ellos con Yolanda, que sí está disfrutando, no se mantiene el argumento, aunque con ella esté Fran, un señor oscuro y ladino que no participa en las pruebas y que deambula por la casa como un alma en pena. Eso sin contar que estamos ante un personaje manipulador, mentiroso y ruin… hechos que hasta la propia Paula ya ha evidenciado.

Salvo milagro de última hora, en dos días Yolanda saldrá de la casa y pondrá fin a su aventura. Es una lástima, porque es una de las personas más nobles que he visto esta edición. Por supuesto que ha tenido sus cosas, pero ante todo ha sido una persona leal a su gente, educada con todos, que no ha dudado en disculparse cuando lo ha considerado oportuno y que se ha involucrado en las dinámicas de la casa como la que más.

Hay que recalcar su empatía en los conflictos. Fue de las primeras que apoyó a Paula en la famosa noche de las cuatro putas horas, hasta la invitó a su cama para que no durmiera sola y los días después estuvo pendiente de ella en todo momento. No tuvo reparos a la hora de decirle a Omar que se había equivocado y hasta intentó asesorar a Paula para poder deshacerse de Omar y Lucía. Fue víctima de las manipulaciones de Vitín, quién quiso algo con ella (como ella con Jonathan), pero cuando vio que no lo conseguía, inició una campaña para desacreditarla, para hacerla quedar como alguien que había jugado con él, cuando Yolanda fue bastante clara desde el principio. Y luego tuvo que lidiar con Alfredo, quien no se atrevía a meterse con ciertos compañeros cuando le controlaban la comida, pero que no dudó en arremeter contra ella cuando le pidió mesura a la hora de echarse tomate. Seguramente la veía más débil.

En las últimas semanas Yolanda ha conseguido continuar en la casa sin muchos problemas. Gracias a Alejandra, acercó posturas con Vitín y Omar, mientras por su cuenta siguió tratando al resto, incluidos Luis y Paula. Probablemente el mayor error es Jonathan y ella lo sabe. Sabe que él no quiere nada con ella, aunque al final siempre termina cayendo en sus brazos. No es la primera concursante que le pasa. Indhira siempre regresaba con Arturo pese a las humillaciones que la hacía. Teniendo en cuenta que es Jonathan quien está jugando, lo justo sería expulsarlo a él para poder ver a Yolanda sin ese lastre que la hace quedar como una mujer que no se valora y no se quiere a sí misma. Y no lo veremos, si dejamos a Fran.

Pero no solo no veremos a una Yolanda liberada, una vez que pudiéramos echar al primo pequeño, sino que además perderemos muchas más cosas, porque Yolanda es vida en la casa mientras afuera seguimos polarizados en dos bandos incapaces de analizar individualmente a cada concursante.

Voy a intentar no ser tan negativo y voy a pensar que, pese a mis sospechas, el mayor porcentaje no es de Yolanda, sino de Fran. Este jueves podríamos tener una nueva entrevista interesante, con Fran viendo los vídeos donde se evidencia su doble juego. Seguramente alegará que es su estrategia y seguidamente podremos ver más vídeos en los que habla de no ir de estratega. Luego, en la prueba de mayor a menor se puso el mismo en el más estratega. Es una contradicción en sí misma. Todo él suena a mentira y manipulación y seguramente el clan de Carabanchel aprovechará la entrevista. Mal, pero la aprovechará.


Ya sea Fran o Yolanda el eliminado, ha llegado el momento de ver la recta final. Muchos dicen que el concurso acaba el próximo 18 de diciembre. De ser así, estamos ante un mes de concurso en el que deberán acelerar las expulsiones. Bien con doble sesión de Gran Hermano o con expulsiones dobles  ¡o triples! Después de este jueves, quedarían otros dos más para echar bien a dos en cada gala y llegar a la final con 4 finalistas, o dos y tres. Eso o el 18 no acaba esta edición y nos comemos el turrón en Guadalix.  

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