miércoles, 20 de abril de 2011

¿Quedan 8 días?

La noticia sobre el estreno de 'Supervivientes' para el próximo 5 de mayo (dentro de dos semanas) ha abierto una cuestión importante de cara la reality que actualmente está emitiendo Telecinco ¿Cuándo acabará el reencuentro? Parece casi una broma, o imposible que en el punto álgido de  la convivencia, ésta cese dentro de tan sólo ocho días pero todo apunta que así será.

No hay que olvidar que esta nueva edición del reencuentro se planteó como una transición entre la final de Gran Hermano y el inicio de Supervivientes, tiempo que la parrilla de Telecinco quedaba abandonada de un reality debido al fracaso de Operación Triunfo, que cerró sus puertas en poco más de un mes. Así pues, el reencuentro estaba en emisión solamente hasta que todo quedase preparado para la nueva edición de robinsones.

Al principio parecía que sería más tiempo, y es que la fusión de Telecinco con Cuatro (O mejor dicho, la compra de Cuatro) y su posterior desembarco de presentadores a la nueva cadena del grupo hizo que Supervivientes no tuviera alguien al frente. Jesús Vázquez se había trasladado a Cuatro para presentar "Allá tú" e inicialmente, la política de la empresa era no mezclar a los profesionales entre las cadenas para que cada una tuviera una imagen independiente (Política que posiblemente se salten con Mercedes Milá, que ha pasado a Cuatro con "Diario de" -a menos que tengamos sorpresa y abandone Gran Hermano en la decimotercera edición, que por su despedida en la última gala, cualquier cosa podría pasar: "GH seguirá mientras vosotros estéis"-). Sin embargo, todas las cuestiones que retrasaban la emisión del concurso de convivencia/supervivencia en una isla ya han encontrado solución. Jorge Javier Vázquez pasará a presentar en plató, Raquel Sánchez Silva hará lo propio en la isla, los famosos ya han sido elegidos y los anónimos ya estarán en camino como quién dice. Dicho esto, todo está listo para empezar. La transición entre los dos principales realities podía acabar, es decir, este concurso popurrí de todos los emitidos en estos 10 años de telerealidad.

El reencuentro ha cumplido por tanto su misión, manteniendo el liderazgo entre las cadenas comerciales en la noche del jueves, y por eso ahora toca despedirlo para dar paso al concurso que sí se ha preparado para estas fechas. El problema es que se nos va en poco más de una semana cuando aún tenemos abiertos tantos frentes que nos quedará una sensación extraña, como si nos cortasen la película a mitad del argumento, como si viésemos una serie a la que anticipan su final porque la actriz abandona su papel, resolviéndose en un capítulo la trama de toda una larga temporada al más puro estilo Ally McBeal. 

Mañana, en la gala que probablemente menos audiencia tenga debido a la Semana Santa, será la antesala de la final del jueves 28, dónde las seis parejas habrán de luchar para ser los finalistas. ¿Expulsión doble? ¿triple? La bruja de Natalia y el déspota David, la loca Lara y el gentil Jorge, la solitaria Sofía esperando un reemplazo para una sola semana, la odiada Marta y el inadvertido Coyote, el vago Iván y la planta de Loli y la amistosa Yola con su colega Juan Miguel. Mucha tela que cortar para estos 8 días, tela que puede cambiar de color en función de quiénes sobrevivan a la gala de mañana, pues a día de hoy, casi todos podrían tener opciones a ganar.

Me apena que tengamos que decir adiós a este reencuentro que me está gustando más de lo que esperaba, pues reconozco que me desencantó la idea de concursantes de todos los realities, pero el reencuentro ya ha cumplido su cometido. Ahora sólo queda saber qué pasará en la casa en las últimas jornadas, decisivas para cualquier conclusión respecto a los merecedores del precio de 60.000 euros. ¿Hacemos apuestas?

lunes, 18 de abril de 2011

La malvada mayoría


¡Oh, pobrecitos que nadie los quiere!


David y Natalia están consiguiendo ser una de las parejas que más están dando que hablar en este reencuentro, y que más clamor están consiguiendo en Internet pese a ser unos concursantes que salieron de un ya olvidado concurso como fue “La casa de tu vida”. La popularidad de ambos personajes ya estaba extinta, y en un principio parecía imposible que pudieran competir contra pesos pesados como Yola Berrocal, Iván Madrazo, Sofía Cristo, Marta López o Lara Esteban, concursantes que estaban en el ojo del huracán televisivo momentos antes de entrar en el reality. David y Natalia, como pasaba con Vanesa y Verónica, ya estaban fuera del círculo mediático, sus cuentas pendientes tampoco cobraban gran importancia y su presencia en el juego se parecía más a la de un anónimo en supervivientes que compite contra famosos, que el propio al de un antiguo concursante de un reality de la cadena. Vanesa y Verónica salieron del juego enseguida, al carecer de un apoyo de la audiencia, pero David y Natalia han conseguido aquello que parecía imposible para ellos: un grupo de personas que los votan consiguiendo la inmunidad.

Semana a semana esta casi anónima pareja ha conseguido imponerse a caras populares, haciendo que hoy se perfilen como unos perfectos finalistas o ganadores del concurso gracias a una serie de estrategias puestas en marcha por cada elemento de la pareja, posiblemente sin ponerse de acuerdo en algún plan conjunto, pero que de carambola están consiguiendo ser protagonistas indiscutibles. Cada uno tiene sus formas y sus maneras de jugar, él siendo más limpio y honesto que ella, pero en conjunto se antoja algo casi perfecto.

Si hubiera un manual de cómo ganar un concurso de telerealidad, la primera norma sería: conviértete en víctima. Tenemos una larga lista de ganadores de realities que ganaron sólo por ser el centro de todas las críticas. Es más, en la propia casa tenemos a ganadores que cumplieron esa máxima (Yola en ‘Hotel Glam’ e Iván Madrazo en ‘GH10’). Pues bien esta máxima está siendo perfectamente ejecutada por David y Natalia, cada uno a su manera, de forma independiente, pero que puestas en conjunto está resultando muy efectiva, pues el mensaje que se atraviesa tras la pantalla es que existe una malvada mayoría que atenta contra ellos porque los ven favoritos, una percepción que retroalimenta a la audiencia que ve en los grupos grandes un peligro, exaltando siempre por defecto a la minoría sin plantearse cuánta razón ésta pudiera tener. Si además a las víctimas de este reencuentro sumamos su morboso pasado, tenemos la combinación perfecta para que al menos lleguen a la final, perdonando cuantas maldades pudieran hacer.

David ha demostrado ser un déspota en muchas ocasiones y un niño consentido en otras tantas. Sin embargo, sus continuos mensajes de amor a su esposa le dan esa aura de martirio, de hombre solitario que conmueve los corazones que desean tener a alguien que suspire por ellos como él lo hace por Vanesa. Una soledad provocada por la propia casa, pues fue la malvada mayoría quién apeó a su esposa del juego al considerar la unión de las dos parejas de la Casa de tu vida como una amenaza de cara a futuras rondas de expulsión. Se ha ganado varias enemistades y sus modos directos de plantear cualquier conflicto han hecho que no sea visto como falso, lo que hace que el villano sea visto en realidad como un héroe. Un David, nunca mejor dicho, luchando contra Goliat. Y es que a la audiencia le pirra estas historias, es muy fan de los 300 espartanos.

A la estrategia ‘limpia’ de David hay que añadir la de Natalia, una concursante con patente de corso por algo que pasa en su vida actual y que no sabemos muy bien qué es, pero que su amiga Verónica se ha encargado de soltar con sutileza para que la imaginación de todos nosotros vuele en busca de una compasión que luego puede ser ficticia. Pero esto da igual. Natalia ha sabido enemistarse con toda la casa para parecer la caperucita de este cuento.

Natalia es desesperante. No ayuda en nada de la casa, apelando a ese “mal” que no sabemos qué es, no coopera con las pruebas, es una tirana con la mayoría de sus compañeros, no sabe transigir y provoca gratuitamente hasta conseguir sacar de las casillas hasta al más pintado. Lo intentó primero con Iván y Loli, a quienes gritó con una falta de educación que ni siquiera Lara ha rebasado, chillando como una loca e insultándolos con los puños cerrados como una cría pequeña (Ese momento de “Gilipollas —A Iván—, y tú: gilipollas —volviéndose a Loli—”). Luego ha continuado con su tiranía con el resto de compañeros, imponiendo su criterio cuando éste no se ajustaba al de los demás, obligando al resto a tener que amoldarse a lo que le place a la señora.

La gota que colma el vaso lo hemos visto estos días con el inicio de la prueba dedicada a Operación Triunfo, dónde Natalia se quejaba por el sorteo del reparto de temas. Su queja era que Chiqui había hecho trampas, llegando a decir que la prueba se daba por perdida, así, por sus huevos. Por imposición amenazó a la mayoría con comer pan y agua la semana siguiente porque ella no estaba dispuesta a trabajar, dando la prueba por no superada. Así pues, procedieron a un nuevo reparto de temas pero sin conseguir que Natalia quedase plenamente satisfecha. Para ella el mal ya estaba hecho, y por tanto su crispación debía impregnar a todos los demás. Natalia comenzaba así unas nuevas jornadas dónde fue tensando la cuerda hasta que finalmente provocó una reacción en Chiqui que se saldó con su expulsión. La stripper la zarandeó en medio de la discusión dónde Natalia no dejaba de provocarla gratuitamente por el mero hecho de que las cosas no habían salido como ella quería, y eso que consiguió un segundo reparto de temas simplemente por satisfacerla.

Chiqui salió de la casa por no saber controlarse. Chiqui erró. Jamás debió empujarla, como ella misma reconoció reiteradas veces durante el debate sin que algún contertulio pareciera enterarse. Sin embargo, lo peor de todo ha sido ver cómo Natalia salía inmune a la situación, sin ningún tipo de represalia que castigase su provocación gratuita. Es más, fue la misma Natalia quien fue pidiendo la expulsión como hace un año hiciera Amor contra la Legionaria, luciendo su brazo enrojecido seguramente de las veces que ella misma emuló la supuesta agresión, pues no dejaba de agarrarse con la otra mano (Así a todos se nos pone ‘colorao’)

Sin embargo, la jugada ha salido perfecta para esta bruja. Chiqui está fuera y ahora la posición de Natalia en la casa es mucho más complicada, pues evidentemente sus compañeros no le han dado la razón. Todos han visto cómo Natalia era quien provocaba, todos entendieron que cualquiera de ellos podría haber sido Chiqui en ese instante, por lo que al final Natalia se queda más sola, únicamente apoyada por David, y esa sensación de víctima la eleva a la máxima potencia, haciendo de esta insustancial pareja una de las favoritas. Y es que la audiencia no se para a pensar en qué  han hecho para ganarse ese aislamiento, no analiza si son merecedores del rechazo que provocan. Hay una mayoría de la audiencia que está formada de grupos minoritarios, que se sienten identificados con estas situaciones, que hacen suyas los rechazos televisados sin analizar que, en algunas ocasiones (como en ésta), esos rechazos están más que justificados, pues los protagonistas se los han ganado a pulso.

David y sobre todo Natalia no han hecho por integrarse, posiblemente conscientes que el papel de los 300 espartanos conmueve a la audiencia, más ahora que han visto que Lara no es tan favorita como pudimos pensar al principio. Ahora ya se ven como más favoritos, saben que los próximos días tendrán el rechazo de sus compañeros, que serán el centro de todas las críticas y ellos serán alzados a lo más alto, porque es la historia que más nos gusta, en una nula capacidad de análisis.

Ojalá me equivoque, que la mayoría de la gente que pudiera apoyarlos, haya visto lo mismo que yo y que pierdan el apoyo de la audiencia. Por que lo que ellos hacen no es jugar limpio, no es saber convivir, no es trabajar en equipo. No están disfrutando y se están amargando a los demás, convirtiéndose así en los dos tiranos de este reencuentro, en los dictadores que imponen su criterio y amedrentan a la mayoría, que teme que fuera veamos cualquier abuso de poder. Por eso, para mí, después de lo de Chiqui, David y Natalia merecen estar fuera este mismo jueves. A Chiqui la castigó la organización, ahora nos toca a nosotros no dejar inmune a Natalia.

jueves, 7 de abril de 2011

El caos más absoluto


'Hardcore' El grito de guerra que metió a la casa en una batalla.

Reconozco que esta semana de atrás no tuve ni tiempo ni ganas para escribir en el blog. Los sucesos de la casa del ‘el reencuentro’ no eran muy sorprendentes que digamos, ni cuanto a expulsados como a nuevos concursantes, así como los sucesos de los días posteriores tampoco parecían demostrar un interés sobresaliente como para ponerme a escribir (Cosas de la -mala- cobertura informativa de este reality). No obstante, cuando me dispuse a escribir, la noticia saltó a la red sin más explicaciones que detallasen qué demonios había pasado. Gerardo abandonaba el concurso voluntariamente por una broma de Iván y Lara.

Intenté indagar un poco sobre los sucesos que habían llevado a Gerardo (con lo que le gusta la tele) a irse y en qué había consistido la broma del ganador de GH10, ése que bromeó con un mechero y un bote de disolvente con quemar a Mirentxu mientras la mujer dormía a altas horas de la noche. Con estos antecedentes, me podía esperar cualquier casi cosa de la «luz propia», pero no me quise bienaventurar a emitir un juicio hasta que no viera más. Y no fue hasta ayer cuando el resumen, única fuente de información, se hizo eco de lo sucedido el martes. El problema es que yo estaba viendo el final de Spartacus y hasta esta mañana no he podido verlo.

El resultado tras ver por fin lo que sucedió no era más extraño que el desconcierto inicial ante la noticia. Lara, esa chica tan tranquila, continuó con sus gritos de guerra como ha estado haciendo durante todo el juego hasta el punto que terminó cansando a sus compañeros, siendo Iván el único que intentó pararle los pies dándole una doble ración de su propia medicina. Sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con la actitud de Iván de enseñar un poco de modales a la hardcore de Leganés. Para nosotros, espectadores inmunes a sus gritos, es algo muy divertido pero entiendo que para aquéllos que han de convivir con ella no sea fácil. Por eso Iván avisó a todos de sus intenciones: enseñar a Lara lo molesto que puede ser un grito cuando uno está tranquilo. Entonces todos parecieron tan contentos y de acuerdo con darle una lección. Hasta la llegada de Iván la inmensa mayoría se limitaba a darle la razón para evitar enfrentamientos, pero desde que él llegó parecen haber encontrado ¿Un líder? No, más bien alguien un panoli a quien sacrificar para salir los demás de rositas. Iván esperó a los momentos más tranquilos de la niña, los pocos que deja al personal en paz, se acercó sigilosamente y: “¡¡HARDCORE!!”. Los primeros gritos fueron medianamente bien aceptados por Lara aunque cuando le gritó estando profundamente dormida, la cosa cambió. Ella aseguró que digiere mal ese tipo de bromas y que podía tener un fallo cardiaco ante un susto de ese calibre. Luego empezó a decir que se estaba poniendo mala hasta el punto que dijo irse a vomitar. Y digo que dijo porque no vimos las imágenes del servicio con la puerta del retrete cerrada y el sonido en off de lo que viene a ser vomitar. Simplemente es una información que llegó a nosotros por Jorge, medio lloroso y calificando la broma de muy, muy pesada.

Tras Jorge vimos como algunos compañeros que apoyaron inicialmente a Iván se pusieron en su contra, especialmente David y una enloquecida Natalia que gritaba cuan Legionaria en busca de Melania por meterse con su hijo (Sin que ésta dijera nada del pequeño), reiterando faltas de respeto a Iván y a Loli, que avisó a su compañero de lo que ésta decía a sus espaldas cuando al principio se mostraba encantada. Iván no comprendió muy bien a cuento de qué se cabreaban los demás ¿Acaso no aplaudieron la idea? Y sí, si que la aplaudieron. Pero Iván no ve más allá, se queda en la superficie de los motivos de este cambio de actitud de sus compañeros. Iván no se da cuenta que le han hecho la diez-once, que le han animado a inmolarse con la más conflictiva (Y querida de la audiencia) para luego dejarle solo y acusarle como el único culpable. Y es que más de uno tuvo que maldecir cuando le vio entrar el jueves en la casa, del mismo modo que maldijeron el año pasado cuando vieron a Pepe. Puede que Pepe e Iván tengan muy poco que ver entre sí, pero nadie duda de la capacidad de convocatoria de estos dos ganadores de Gran hermano. Pepe revalidó el título el año pasado y este año temen que Iván haga lo propio.

En medio de esta vorágine, Gerardo (Ups, iba a poner Marcelo. ¿En qué estaría pensando?) decidió abandonar por que no aguantaba más, pero ¿Acaso iba con él la historia? Más bien diría que no y que su salida prematura del juego sólo busca encontrar el protagonismo que no está teniendo y que sabe que no tendrá. Al fin y al cabo ya son dos semanas las que ha estado nominado.

Hoy tenemos gala dónde despejaremos muchas dudas, la primera de ella ¿Qué pasa con Saray? Las normas del juego dicen que ante un abandono voluntario, el compañero de juego debe ir detrás. Sólo se buscan reemplazos ante situaciones concretas, como expulsiones disciplinarias o asuntos de salud o familiares. Por tanto Saray debería salir esta noche del juego. ¿Es injusto? Seguramente, pero las reglas las pusieron ellos y Saray debería haber hecho más equipo con Gerardo para evitar que éste se fuera. El juego iba de reencontrarse, de resolver las diferencias para jugar en equipo, y estos dos no hicieron mucho de eso. Aún así, cabe la posibilidad que la dirección dé el indulto a Saray y esta noche le asignen un nuevo compañero: Nagore, Ángel o Tatiana son nombres que adquieren fuerza a estas horas en mi mente, aunque tal vez la trayectoria del reemplazo de Gerardo sea igual que la de Cristal en el reencuentro del año pasado. Saray es muy posible que vuelva a salir nominada, y me atrevería a decir que le acompañarán Marta y Coyote y Yola y Juan Miguel, y es que en un juego dónde la audiencia vota en positivo, los más votados son los que más candela dan al juego. ¿Dónde han estado esta semana los del Hotel Glam? Gh Vip no se notaría si no fuera por Marta y Saray, en fin, el lastre lo ha tenido desde el inicio del juego. Lo que si que no me cabe duda es que Lara y Jorge, Iván y Loli y David y Natalia será los más votados esta semana, los protagonistas absolutos, que además enfrentados entre sí han provocado que la audiencia se incline a favor de unos y otros.

La pareja formada por Jorge y Lara está siendo la más equilibrada hasta el momento. Jorge da el punto de cordura y sensatez y ella el de locura y diversión. A mí me gusta más él que ella. Lara es muy divertida para verla en la tele, pero reconozco que sería incapaz de convivir con ella. Me desesperaría por momentos. La única virtud que veo en ella es que es trabajadora, no duda en ponerse a limpiar y cuando la caga, que es bastante a menudo, no tiene problemas en disculparse. El problema es que sus disculpas carecen de valor, a mí no me valen. De nada vale pedir perdón si no se aprende del problema que origina esas disculpas. Ella pide perdón como ese médico que a todo receta Ibuprofeno, sin la capacidad de tener una autocrítica. De hecho, dos gritos de Iván deberían haber bastado a Lara para entender por qué no puede estar todo el día jodiendo la marrana.

De David y Natalia puedo decir que me gustan como nuevos malos de este reencuentro, como en su día fueron Ainhoa y Nico. Él es un borde en las formas, aunque no falta jamás al respeto. Es bastante quisquilloso, se queja por todo y tiene un punto de soberbio que enerva hasta al más pintado. Ahora, la sorpresa está en la planta carnívora que tiene de compañera. A Natalia apenas se la ha visto, hasta la disputa que tuvieron donde temí por la integridad física de Loli, gritando como si fuera la niña del exorcista y con faltas de respeto completamente intolerables. Al fin y al cabo, Loli denunció una realidad. Natalia fue con un cuento por un lado y luego cambió el discurso por detrás para quedar bien con todos.

Los últimos protagonistas, los nuevos, no suponen una gran sorpresa para mí. Iván está siendo hasta la fecha como fue en la casa 1 de GH10, la casa del pasado. Sigue sin dar palo al agua, pero eso no nos sorprende a estas alturas. No obstante, todavía no ha despertado en mí el odio que le tuve en su día. Es más, hasta le he dado la razón en la primera gran bronca que ha protagonizado (Y que al parecer acabó con él llorando, aunque eso aún no lo hemos visto)

El resto se ha quedado en un segundo plano, menos Chiqui y Sofía y más Yola y Juan Miguel, que seguramente paguen esta noche con un apoyo insuficiente de la audiencia.

Ya para terminar,  hoy entra otra pareja. Algunos hablan de Karmele con no sé quién, pero yo confío en que llegue el turno a los de Operación Triunfo. Que fracasase la última edición no es motivo para renegar de todo lo que ha dado este reality a la cadena. A ver qué pasa.