martes, 30 de abril de 2013

Poco que rascar



La gala que pudimos ver anoche fue una de éstas previsibles, tranquilas, pausadas… con contenido, pero tampoco con un contenido muy apetecible. Las salidas de puntales como Igor o Miriam han convertido la casa en un reguero de habitantes nuevos con pocas tramas abiertas y de escaso interés, y un reducido grupo de veteranos, en los que destacan las matrimoniadas de Kristian y Sonia, la realidad paralela en la que vive Raki y el Susargismo en horas bajas. Por tanto, pasara lo que pasara, lo de ayer poco interés nos provocaba. En un hecho que fácilmente podemos contrastarlo con los datos de audiencia de esta última gala, más bajos que las anteriores.

Lo único así que puede agitarnos un poco es que se haya proclamado la tradicional repesca entre los once concursantes que ya están fuera. Ahora depende de nosotros si agitamos la coctelera con entradas potentes, como podrían ser las de Lorena, Noelia, Miriam o Igor; o si preferimos seguir convirtiendo la casa en un remanso de paz y sopor con el regreso de Giuls, para unirse al flowerpower de Raki; o de Juan Carlos, para que baile el agua a todo el mundo. También podemos liarla un poco más y aliñarla con una cucharada de asco metiendo a Iván Manero. Así podremos horrorizarnos una vez más cuando el esperpento empiece a discutir con todo el mundo y a realizar las tonterías habituales sacadas de un libro de la movida madrileña o sus insoportables imitaciones de los personajes de «La que se avecina». Vamos, para que apaguemos la tele directamente. Esa carga es muy difícil de llevar encima.

Salió Adrián con un abultado porcentaje, pero su entrevista tampoco es que levantara mucho interés. Fue casi más interesante el instante que estando aún en la sala de expulsiones pudo visionar junto con Nacho y Yesi algunos vídeos de lo que había pasado entre ellos. Es un gran recurso para contaminarlos un poco. Nacho y Yesi regresaron a la casa habiendo visto algunas imágenes y comentarios de otros compañeros. Aunque en un inicio dudo que tenga efecto, es posible que si mantienen este recurso, puede dar mucho de qué hablar con concursantes más espabilados que estos dos.

Nos vendieron que las nominaciones de esta semana iban a ser especiales. Más concretamente nos dijeron que se iba a nominar de un modo que jamás que había hecho. Y fue tan novedoso que aún no entiendo cómo no se les había ocurrido antes. ¡Ah, perdón! Sí ya se había nominado así en anteriores ocasiones…

En otras ediciones los concursantes tuvieron que votar en positivo pero este año, en un alarde de modernidad sin precedentes, les preguntaron con quién quieren llegar a la final: su final perfecta, como dijo Mercedes. Puede que el enunciado del ejercicio fuera distinto, pero en la práctica no pasó nada que no se haya visto con anterioridad. Votos positivos de toda la vida, dejando una terna de nominados muy amplia: Argy, Iván, Saray., Nacho, Yésica y Desireé. Todo concursantes nuevos contra una veterana, y aunque en un principio pensé que los añadidos podrían someter a Argy a la temida balanza, en seguida vi que no sería el caso. Más que nada porque Argy, a día de hoy, es la concursante más aventajada en la carrera por el maletín, que ayer llegó a casa de manos de Álvaro. Personalmente, hubiera preferido que el pollito hiciera entrega del maletín y después hubiera cogido el camino de vuelta, pero no hubo suerte. Álvaro se queda a concursar.

Pero volviendo a Argy. Creo sinceramente, aunque aún queda concurso, que ella será la ganadora de esta edición. Cumple reglas básicas que casi todos los ganadores han tenido. De un modo u otro no levantó las simpatías de sus compañeros, ha sido nominada en reiteradas ocasiones y salvada en todas ellas, al principio estuvo escondida tras la larga sombra de Lorena, y tras su expulsión, se recogió en la de Noelia. Pero al final, desprovista de sus dos principales aliadas, Argy empezó a reclamar una cuota de protagonismo. Ayudó en parte la llegada de los gemelos, que consiguieron el billete de entrada gracias al rollo que Gonzalo tuvo con ella. La entrada de ellos sirvió para que la conociéramos un poco más, y después la inquina de los dos por ella nos ha ido levantando nuestra simpatías. No es muy trabajadora, lo sabe ella, sus compañeros y nosotros, pero Argy sabe que no está ahí de ballerina, y aunque la Alcaide insista que Gran Hermano es también participar en las pruebas, en realidad a la audiencia nos importa un carajo lo que pase en ellas. Si se resuelven o no es cosa de ellos y les afecta nada más que a los que deben repartir la comida. A mí, como espectador, estar viéndolos como si fueran hamsters hacer una prueba ridícula me la trae sin cuidado.

Argy logró su cuota de protagonismo, y poco a poco las simpatías se han vuelto más potentes gracias a que, con el foco incidiendo directamente sobre ella, hemos reparado mejor en su manera de ser. Sus comentarios son graciosos, su manera de entender el concurso es acertada (aunque luego haya demostrado que no tiene ni puta idea de cómo jugar, lo cual la hace adorable al mismo tiempo), y sus reacciones en determinados momentos nos han demostrado que es un haz de luz entre tanta oscuridad. Solo hay que recordar cómo actuó cuando Susana, su mayor apoyo, inició el leve tonteo con Gonzalo. Susana sabía lo que había pasado entre ellos, lo que Argy sentía y llegado el momento, Argy le dice a las claras que no le gusta, pero que la entiende, que no se corte si de verdad está por Gonzalo y que adelante. Muy pocas personas hubieran reaccionado así, manteniendo después la misma relación de amistad que tenía con Susana.

Luego está el tema del maquillaje. El robo de Desireé durante ocho días era una prueba de fuego. Sinceramente no creí que Desi fuera a confesar la autoría del robo (Sí, Mercedes. Es un robo. Hurto para ser más correctos. Te pongas como te pongas). Argy simplemente se echó a reír y la ilusión por recuperar el material sustraído pudo con la necesidad de increpar a la ladrona por su fechoría. ¿Acaso no es estupenda?

Por desgracia para Argy, aunque lleva 77 días ahí encerrada, aún le queda concurso. Probablemente dos meses más, lo que aún tiene tiempo para acabar quemada y perder los apoyos que poco a poco ha ido ganando. No obstante, creo firmemente que de mantenerse así, y con el resto aún sin brillar, ella será la ganadora de esta edición. Será la historia de un concursante acusado de mueble que terminó cautivando a la mayoría.

De la terna de nominados, en un principio pensé que sería apropiado sacar a Saray. Más que nada para evitar que siga pajeando al gemelo de turno en el jacuzzi. Pero luego reparé en la presencia del otro Iván, del exnovio de la palillera. Sigue sin aportar nada, me aburre de un modo difícil de explicar y creo que su participación en el concurso será aún más anecdótica que la de Berta del año pasado. Saray al menos saca de quicio al personal con esa necesidad que tiene de reclamar una cuota de protagonismo, para bien o para mal. Yésica tampoco es que pinte mucho ahí, sobre todo sin Adrián, y Nacho… pues es lo que tiene llegar el último, aunque sí tiene un punto cotilla que me recuerda a Igor en algunos momentos. Lo dejaría de momento, sobre todo viendo que hay de dónde elegir. Por último está Desireé.

Con Desireé me pasa algo raro. Me hace gracia y me río mucho con ella. Creo que es única generando contenido, y probablemente de todos los nuevos, junto con los gemelos, sea la mejor aportación a esta edición. No obstante creo que es mala. Descarada, prepotente, chula, soberbia, intransigente e incluso intolerante, por lo que no me parecería justo que alguien así pudiera ganar. Pero tenemos tiempo… echarla sería un error. Así que, aprovechemos esta tanda y quitémonos a quien de momento sigue sin aportar. A lo mejor es injusto. Si hubiéramos echado a Argy en la segunda nominación, hubiéramos perdido a alguien que después nos ha ido enamorando. Pero el tiempo apremia en Gran hermano… y se acaba para uno de ellos. Tic toc tic toc…

martes, 23 de abril de 2013

Nos vendieron humo

Igor domina su entrevista dejando en evidencia a una presentadora claramente reventada.

Tras la, finalmente, inevitable salida de Igor, ayer pudimos tener la confirmación de lo que ya muchos sospechábamos en todo lo referente a la relación del vasco con Miriam. Gran hermano nos vendió, descaradamente, humo. Como lo hizo con la falsa expulsión disciplinaria del DJ por montajista tras haber participado ellos mismos en el supuesto montaje invitando a Eva a entrar en la casa. Nos vendieron algo diferente a lo que estaba sucediendo y ayer se vio claramente.

Yo no quería la expulsión de Igor aunque ya hace mucho tiempo que se cayó de mi lista de favoritos, mientras subía su paisana Argy. Pero el rol de este personaje aún tenía mucho que ofrecernos en la casa: su incipiente conflicto con Adrián, la tensión entre Sonia, la atracción con Yesica, y el apoyo que venía ofreciendo a varios compañeros; como Kristian o Argy. Por tanto, Igor aún tenía mucho recorrido aunque ya sabíamos todos que sus opciones de ganar se diluyeron al tiempo que se dejaba acariciar por Miriam. Aun así, el vasco ha sido expulsado  mientras dejábamos dentro a concursantes que aún no han sabido aprovechar su paso por la casa: como esa ex-pareja que entraba para darnos muchos momentos y hasta la fecha solo nos han dado sueño.

La entrevista fue maravillosa. Pero no por Mercedes Milá, sino por el propio Igor que no tardó en empezar a merendarse a la presentadora con mucho estilo; manteniendo la calma, con sinceridad, con aplomo y logrando evitar fórmulas que le hubieran hecho perder la razón. Mercedes arreó una y otra vez contra él, casi a la desesperada, con el intento de hacerle quedar como un vil personaje, un golfo que se había aprovechado de una mujer en vísperas de su boda, que se había reído de su todavía esposa, y en definitiva de toda la casa. Igor hubiera hecho muy mal si no hubiese medido los tiempos y de primeras hubiera soltado lo que muchos ya hemos visto. Muchas imágenes y conversaciones están sacadas de todo contexto, adornadas y montadas para que la audiencia crea una historia completamente inventada por la dirección solo para generar más espectadores en las galas de los lunes. Porque ésa es la realidad. 

Las caras de Igor viendo los vídeos eran tan o más expresivas que los argumentos que fue dando. Incluso parecía divertido, al igual que pasó hace dos semanas con Miriam, al ver la que se había montado fuera por unos abrazos y unos besos en la mejilla, coloreado de comentarios inocentes, bromas y, si, el tal vez único fallo de Igor en la casa: compartir con resto de compañeros sus sospechas de estar jugando a un juego peligroso. Porque no hay duda que Miriam y él jugaron a algo peligroso y flanquearon en muchas ocasiones la línea de lo tolerable por Miguel, único damnificado. Aún sin hacer nada, él comprendió que Miguel podía estar ofendido y que Miriam, a lo mejor, podría estar confundiendo las cosas sin valorar lo que tenía fuera. Ya está. No había más de donde raspar a esta «relación».

De todas maneras, Mercedes siguió insistiendo en hacerle quedar mal para que el plató, como si de un circo romano se tratase, jaleara y gritara para que lo echaran a los leones. Cuando veía que no conseguía lo que quería, regresaba al mismo y manido argumento y a la misma mímica con las manos para decir que follar no habían follado pero que todo lo demás, sí. No sé por qué le cuesta tanto trabajo reconocer que Miriam no masturbó a Igor, que no se enrollaron nunca, no follaron… y que su máximo pecado está en dormir juntos, algo acaramelados y con las piernas entrelazadas. ¡Por supuestos que Miguel tenía derecho a enfadarse por esas imágenes! Pero era algo que le correspondía solo a él y el «castigo» solo a Miriam. Pero jamás a Igor.

Miriam ayer tuvo por fin lo que quería. La salida del vasco sirvió para que ambas versiones coincidieran al 99% y por tanto, ya que la cámara no capta lo que pasa debajo de las mantas y tampoco penetra en las mentes de los concursantes para saber qué piensan, nosotros debemos quedarnos con lo que sus dos protagonistas han dicho, por mucho que Milá quiera hacernos creer. Flaco favor, por otro lado, hizo Miriam a Igor durante las dos semanas que ha estado ella fuera. Si tan amigos eran y tanta estima le tenía, no debería haber aplazado muchas de las respuestas a la salida de Igor para que él se explicara. Con esas respuestas, solo alentó la expulsión de quien fuera su apoyo más importante en la casa, al tiempo que crecían las ansias de la audiencia en conocer las respuestas. 

En el intento de «quemar» a Igor en la hoguera para que sirviera de escarnio público, Mercedes dio tristemente varios pasos más allá. Primero arremetió contra la madre del vasco por algo que todos hemos visto. La semana pasada fue ella, y solo ella, quien alentó el aplauso del plató cuando le comunicó que estaba nominado. Esa manera de decirle: «Igor, ¡estáaaaas nominado!» fue clave para promover el aplauso de los presentes. Que después lo defendiera aludiendo a un acto de libre opinión cuando en otras ocasiones lo ha reprendido fue un episodio de soberbia e hipocresía. Luego arremetió contra Ainara porque, evidentemente Ainara fue invitada no en calidad de defensora de Igor, sino como su azote. Ya solo la manera de sentarla, al lado de la madre de Igor y a dos pasos de Miriam, lo decía todo. Es más, hasta nos vendieron por Facebook que Ainara y Miriam se verían las caras, como si fuéramos a asistir a una pelea en el barro. Ainara, brillante, no entró en ninguno de los conflictos que Mercedes tenía preparados. Ni se encaró con Miriam y ni mucho menos dijo nada fuera de lugar a Igor, lo que disgustó a Mercedes Milá e incluso llegó a decirle que si no iba a decir nada «de lo planeado», que se marchase. Y ya la gota que colmó el vaso fue cuando trataron el tema del asalto de la despensa de la madrugada del domingo, culpando a Igor de algo que el año pasado aplaudió a Pepe Flores… Contrasta mucho que arremeta contra Igor por comer a altas horas de la noche y sin embargo defienda a Desirée restándole importancia en el robo del maquillaje de Argy.

Vamos, que simplemente, Mercedes ayer estuvo patética.

Si algo me sorprendió ayer de Igor fue su modo de despedirse. Este año parece que lo de no meter información del exterior es algo secundario. En realidad ya da igual tras la entrada de tantos concursantes de manera escalonada, conversaciones con novios y familiares por teléfono bajo el patrocinio de LINE, los del megáfono haciendo de las suyas en el exterior de la casa… Y mientras siempre se ha procurado que la despedida no introdujera más de lo que tenían que saber, este año la despedida se ha convertido en una especie de voto negro similar al que había en las primeras ediciones de Supervivientes. Igor soltó una buena a Sonia, dejándose guiar por los vídeos de hace un mes aproximadamente en el que los dos expresaron su desconfianza hacia el otro, aunque más tarde se arreglaron, sobre todo tras la salida de Miriam. Es de justicia reconocer que Sonia estuvo con él, al igual que Raki, apoyándole. No obstante, hubo algo que me mosqueó mientras Igor se despedía. Tras hablar con Kristian, le enfocaron a Sonia. Igor empieza a hablar a la doctora y de repente, titubea y dice «Me han pedido… bueno, que tenga que decir las cosas como las pienso». ¡¿Quién le ha pedido?! Y ¿qué puede pensar si apenas ha visto videos de Sonia? No sé… me huele a chamusquina. Y mira que Sonia no es santo de mi devoción. 

Ayer nominaron normal, sin que el azar entrase en acción, y nos dejaron unos nominados muy apetecibles: Adrián, Nacho y Yesica. Coincido con Susana en el análisis que hace de Adrián. Se ha convertido en el tercer gemelo. No me gusta su modo de actuar, las maneras que tiene de expresarse, ni como ha gestionado el rechazo de Yesica. Me parece un perfecto reventado que habría que indicarle dónde está la salida y bajarle los humos. Aunque si se va Nacho o Yesica tampoco es que perdamos mucho. Tal vez, si me decanto por Adrián, es simplemente por debilitar el grupo de los gemelos. Nada más.

martes, 16 de abril de 2013

Piedad





La piedad fue lo que frenó la mano de Bilbo. Luego, como todos bien sabemos, el papel de Gollum sería determinante en la historia de Frodo. El singular hobbit jamás habría logrado su misión si no llega a ser por la ayuda que le prestó aquella criatura poseída por el Anillo único. Gollum tenía una última cosa que hacer por la Tierra Media.

Pues bien, como si estuviéramos en el Señor de los Anillos, hoy vuelvo para posicionarme a favor de… Sí, de Igor.  Llevo tiempo manteniéndome que el vasco ya ha perdido el concurso, pero aún tiene una importante labor entre manos. Labor que no podrá hacer si la audiencia no se apiada de él esta semana. Nos hemos convertido en Bilbo Bolsón, sobre nuestras manos sujetamos a Dardo —la espada del hobbit— y ahora ¿nos apiadaremos de nuestro Gollum particular?

La casa está llena de gente nueva con tramas que aún no están cogiendo suficientemente fuerza. Es algo que ya pasó al inicio del programa, pero que por suerte se ha revertido con el paso de las semanas. Ayer ya tuvimos una gala aburrida y puede que se convierta en la tónica general si empezamos impidiendo que Gollum haga su papel. 

Si dejamos a Igor dentro, habrá motivo para repescar a Miriam… Si no lo hacemos, lo mismo entra Iván Manero ¡¡OMG!! Si le expulsamos daremos una satisfacción a este odiado y repelente personaje sacado de los años 70, que parece reclamar su cuota de protagonismo tras pasar a la esquina de los olvidados junto con… ¿Cómo se llamaba? Ah, sí, Guils…  Si dejamos a Igor dentro, podrá continuar guiando, cual Gollum por la Tierra Media, a las dos protagonistas del susargismo dentro de la casa, además de tener la oportunidad de, finalmente, dejar que Sonia y él, líderes y antagonistas en la sombra, copen el anhelado enfrentamiento.

Tranquilos. Igor no ganará Gran hermano, pero no lo olvidemos: ha sido y es un protagonista. Como Gollum, y nadie duda sobre su maldad y su merecido castigo al final en el Monte del Destino.

Para ello, para permitir que la audiencia pueda apiadarse de él, tenemos que hacer que la atención se fije en otra persona: ¿Y por qué no mirar a ése que no está aprovechando la experiencia?

En la terna de nominados tenemos a Iván, exnovio de Saray. Él no se equivoca, y no lo hace porque, para equivocarse hay que hacer cosas. Se pasa el día dormitando, tumbado en la cama o en el sofá. Interactúa muy poco con sus compañeros. Solo durante comidas y pruebas. El resto lo pasa hablando con alguno de temas insustanciales que no le comprometen. Dejarle en la casa solo nos hará que tengamos una convivencia muy tranquila, pero desesperantemente aburrida. Además, ni falta hace decir que la supuesta trama que se debía haber abierto con Saray —bien reconciliación con cuernos a su nueva novia o discusiones por doquier, con recriminaciones de asuntos del pasado—, no se ha cumplido ni por asomo.

Apiádate de Gollum, de Igor, que sí está viviendo la experiencia y echa a Iván. Seguramente la cama de su casa será más cómoda.

GH IVAN al 27450

La cerdita Peggy




Ayer volvimos a las galas aburridas del inicio de esta edición, aunque la audiencia que ya está enganchada a las tramas fue buena. Fue una gala en la que hubo poco que rascar, salvo la sorpresa  de la expulsión de Anabel y cuya entrevista tampoco es que diera mucho de sí, y unas nominaciones sacadas de la mecánica habitual (entiéndase por habitual a la forma antigua que había en otras ediciones de hacerlo) y dejándolas a una mezcla rara de habilidad y azar.

De la expulsión de Anabel no podemos entretenernos mucho. Sabíamos que el momento culminante sería cuando viera el video de todos sus compañeros riéndose por su falta de higiene. Burlas, mozas y exageraciones que evidentemente no le hicieron gracia, aunque tampoco se podía negar que en Guadalix alguien atufaba. A mí me daba bastante igual el olor de esta chica. La tecnología aún no está tan avanzada como para que el olor traspase la pantalla. Lo que sí traspasa es la agresividad y la mala baba que se gastan los gemelos (Que cruel que Dios hiciera dos —como diría Lucy Liu en Ally McBeal). Faltones, irrespetuosos, soberbios, machistas… les pilla de todo, aunque parece que sus gracias con acento andaluz han levantado más simpatías de lo que muchos habíamos previsto y ahí siguen, agarrados al programa como una garrapata. Ahora están más crecidos todavía, puesto que salvarse contra Miriam no era tarea difícil…. Pero estando en la lista con seres tan inanimados como Yessica o Anabel, lo más sencillo era pensar que su egocentrismo exacerbado terminaría pasándoles factura y se les expulsase. 

No fue así, por lo que coincido con el Gato en su análisis con respecto al «susargismo». Su potencia ha sido sobrevalorada desde fuera, hemos pensado que la unión de estas dos concursantes podía ser una réplica a lo que en su día lo fue la unión entre Pepe y Dairon (salvando las distancias). Pero no es así. Probablemente su poder haya tenido que ver más con un factor suerte que tarde o temprano perderán. Es más, ayer mientras nominaban, a falta de las canastas de Adrián, con Saray, Iván, Adrián y Argi nominados, veía con mucho peligro la permanencia de la vasca. Con esa terna de nominados provisionales, la balanza actuaría en su contra. El famoso «susargismo» se hubiera dividido entre los nuevos y sus detractores hubieran tenido opciones firmes de sacarla dejando a Susana sola para la siguiente baza.

Fue una suerte para Argi que Adrián pensara en Igor, y el azar o la habilidad del nuevo concursante, Nacho, hiciera que sus dos puntos entraran y pusieran en la lista al vasco. Porque si alguien ya ha perdido Gran hermano, ése es Igor. Su expulsión es algo que sabemos que llegará y que con Miriam fuera, el siguiente iba a ser él. Tan solo había que esperar que volviéramos a tenerlo a tiro. Durante todas las nominaciones el ojo de Sauron permaneció fijo en Argi, pero cuando Adrián nominó, se giró inmediatamente hacia su paisano. Argi se salva esta vez… pero empiezo a dudar que pueda aguantar mucho si la casa queda repleta de enemigos. Tenemos a los gemelos, está Desirée y Sonia no congracia mucho con ella, aunque de momento esté centrada en Susana.

Así pues, creo que la semana que viene nos enfrentamos a una expulsión muy previsible pero con una entrevista polémica. Con la expulsión de Igor, Miriam ya puede irse olvidando de la repesca, que ayer parecía empezar a tomar forma cuando Mercedes anunciaba que el casting estaba cerrado y que Nacho, con sus dos metros y doce centímetros, era el último concursante nuevo en entrar. Aun falta la llegada del pollito volador, aunque ya en su día no me gustó y yo ya lo dejaba para otra edición (A ver si con un poco de suerte se accidenta de nuevo y le volvemos a tener de baja).

Poco más puedo comentar de ayer… No fue una gala con un gran ritmo y que sucedieran muchas cosas. Fue tal el contenido insustancial que Mercedes tuvo que tirar de Miguel y Miriam para que la cosa se animase, hablando y sacando a relucir un tema que no pertenece a Gran Hermano… Un contenido más propio de Sálvame que de nuestro reallity. 

En fin, hoy no me entretengo que tengo mucho que escribir… pero no por aquí, sino por otro lado. Voy por las últimas páginas del libro. Quien me conoce sabe de qué hablo

martes, 9 de abril de 2013

La letra Escarlata

Gracias, Miriam.



Ayer se celebró el juicio. Sacamos a Miriam de la casa, la llevamos al plató y al fin pudimos ponerle la letra Escarlata, aquella señal que se usaba en el siglo XVII para marcar a las mujeres adúlteras y que debían pasar por las calles con ese símbolo para que todo el mundo supiera su pecado. Sometida al escarnio público, a la humillación… Ya Miriam tiene su letra escarlata. Tranquilos, amigos de buen corazón y honorable honra. El buen nombre del noble Miguel ya ha sido limpiado. Cuando la veamos por la calle podremos escupirla, insultarla… Es una vil ramera que merece que la repudiemos. ¿Verdad? Y que suerte tuvimos que esta audiencia cargada de moral no expulsara a los gemelos, que han demostrado su agresividad verbal y contra el mobiliario de la casa. Entre la violencia y el adulterio ¡¡Qué bien que castiguemos esto último!!

La gala que vimos anoche fue una de las más emocionantes y más tensas que recuerdo de todo el programa. Yo ya llevo días empezando a dudar de todo lo que he visto, de lo que se dice en la casa y sobre todo de lo que realmente han hecho Miriam e Igor dentro de la casa. No puedo evitar dudarlo, y se me viene a la mente las palabras de Nacho en Gran Hermano 1, cuando tras salir expulsada María José le decía a Jorge: «Esto es tele». Exacto. Es tele, es un programa que este año ha tenido serios problemas de audiencia, aunque hoy ya ha remontado del todo y ocupa el lugar que merece. Pero no puedo olvidar que para conseguirlo, han tenido que echar toda la carne en el asador: metieron a la novia de uno, luego se inventaron una expulsión disciplinaria cogida con alfileres, luego entraron unos gemelos, un personaje pintoresco… y lo último una chica despechada que quiere que su exnovio la vea todos los días en televisión y resulta que detrás aguardaba el ex para compartir la experiencia con ella. 

En lo que respecta a Igor y Miriam, llevo tiempo pensando cuánta verdad hay y hasta qué punto son legítimas las acusaciones del ente supremo llamado audiencia. Aunque hay que decir que ella salió con un 41% de los votos, porcentaje no tan elevado en parte gracias a la mezquina actuación de los gemelos Montoya con Argy durante este fin de semana, y por el cual han sido merecedores de una nominación disciplinaria. 

En primer lugar es innegable algo que ni la misma Miriam es incapaz de negar. Las imágenes de ella abrazada a Igor ya son en sí mismas una falta de respecto a la persona que hay afuera. Puede que no hayan follado o que ni siquiera se hayan enrollado. Simplemente fueron encuentros nocturnos, cargados de mucha tensión en la que es muy complicado definir hasta qué punto se cruza la línea peligrosa. Hubiera sido preferible que aquellas imágenes jamás se hubieran producido, algo que solo los dos implicados pudieron haber hecho. Besos en la mejilla, en el cuello, conversaciones subidas de tono justificadas bajo la sombra de la broma… Da igual, Miriam. Ya solo eso ha faltado el respecto a Miguel. No hay infidelidad en el término estricto de sexo explícito pero sí la hay de otro modo.

Quiero pensar que Miriam, con todo lo que haya vivido antes de entrar aquí, llegaba al concurso con una vida atada, ordenada y programada de cara al resto de años de su vida. Su círculo era sólido y sus sentimientos hacia Miguel era una gran base en la que se había asentado el proyecto de boda que tenía fijado para dentro de unos meses. La casa le dio un auténtico vuelco. Desprovista de su novio, rodeada de gente desconocida, viviendo algo que solo estaba reservado para ella… Sinceramente, la situación pudo con ella, la confundió y se dejó llevar pensando que aún no había cruzado los límites peligrosos por los que se movían, aunque entendía que su prometido pudiera estar ofendido. 

Me molesta mucho que aquí fuera nos hayamos empecinado todos en obligar a Miriam a reconocer lo que queremos que reconozca. Ayer en la gala hubo comentarios de muy mal gusto y de dudosa utilidad. Más bien, escuchando a antiguos concursantes y a la propia presentadora, parecía que lo que le decían solo era para jalear el circo romano en el que se convirtió el plató ante una Miriam que estaba a punto de ser lanzada a los leones. Todos insistían una y otra vez en lo mismo: ella estaba enamorada de Igor y tenía que reconocerlo. Como si el hecho de haber visto unas imágenes y unos comentarios siempre descontextualizados y adornados con música, zooms y demás recursos audiovisuales  nos hubiera dado la llave al corazón de Miriam. Es como si nosotros supiéramos mejor que ella lo que siente. Especialmente grotesco fue el comentario de Laura Campos, la otra letra Escarlata del programa pero a la que aplaudimos en su día porque su familia la victimizó tras el bochornoso comportamiento que ella tuvo con Samu. Y estoy de acuerdo con algo que vimos en un video de Miriam, cuando sus compañeros le preguntaban tras hablar con Mike el jueves si ya era libre para echar un polvo. Miriam, para mí, estuvo soberbia: «No. Tengo que salir de aquí y hablar con él. Una relación de cinco años no se puede romper así». No hacía referencia a que no pudiera romperse, torres más altas han caído, sino que de romperse tenía que hacerse tras una conversación cara a cara, y no de una manera cobarde en un confesionario diciendo: «Es lo que hay», gesto que parece que honra a la de Parla que no tuvo inconveniente en arrojar piedras a la nueva letra Escarlata. Claro que con ella nosotros fuimos más generosos, porque en lugar de piedras le lanzamos el maletín. 

Miriam pudo equivocarse mucho, pero no puedo evitar quitarme el sombrero por la tremenda generosidad que tuvo para el concurso y la dirección. Hizo bien en remarcar que la conversación en la que decía que el cura no la iba a casar estaba completamente descontextualizada, haciéndonos creer que estaba diciendo otra cosa cuando en realidad hablaba del posible problema que podía tener al no finalizar los cursos prematrimoniales al estar todavía en el programa. Y aun así reconoció que las imágenes nocturnas las había protagonizado ella, sin cuestionar los excepcionales montajes de la dirección para hacerlos más vendibles a la audiencia. El año pasado vimos como Noemí no era tan generosa, y pese a ver todas sus mentiras editadas, siguió reconociendo que no lo había hecho. Miriam no ha sido así. Miró al frente y se reconoció… Otra cosa es que comparta lo que se haya vendido y eso es lo que tiene que hacer entender a Miguel. Como decían en Vertele hace unas semanas, el espíritu de Confianza Ciega hace tiempo que emerge en Gran Hermano (no en vano ambos programas eran de la misma productora).

El problema que tendrá con su novio ya no es tanto las imágenes… sino lo que ella misma ha dicho por su boca con el agravante de humillación pública. Si los dos quieren arreglar algo, aunque luego no quieran seguir su relación, deberían sentarse, poner la televisión y visionar cada una de esas imágenes. Miriam debe contextualizar a Miguel cada una de esas frases que sueltas y montadas mientras dormía con Igor, aliñaban la ensalada perfecta de infidelidad que han vendido a la audiencia. No debemos echarnos las manos a la cabeza porque diga: «Si yo no siento lo que tengo que sentir, no me caso» ¡¡Claro que no se casa!! Ni ella, ni nosotros… Solo un imbécil o alguien que va a dar un braguetazo se casa sin sentir lo que tiene que sentir. Puede que Miriam solo estuviera hablando sobre su decisión de casarse, convencida de que lo iba hacer por los motivos correctos, pero si cogen esa frase suelta y la alternan con las noches en la cama de Igor… Ya tenemos telenovela para rato.

Por suerte ella es fan del programa y creo que contaba con algo así. Por eso la vi al principio de la entrevista hasta casi divertida. Llevaba días intentando imaginar qué se había visto fuera y seguro que ya se imaginaba vídeos como los que vio, por el cual entendía el enfado de su novio pero por el que le era imposible evitar reír al ver cómo se había descontextualizado su realidad, a la que parece no tener derecho a defender. Sin embargo, mientras ella reía los demás en plató brotaban de ira. Querían verla llorar y no pararon hasta que lo consiguieron. Porque afuera Miguel ya ha llorado en la revista Sálvame… y «ahora debes llorar tú».

El peor momento probablemente fue cuando vio el vídeo de Igor. Las palabras del vasco han sido esenciales para crear esta historia. Nadie duda de que ella se sintió atraída por él, ella misma lo reconoció sin rasgarse las vestiduras, pero flaco favor le hizo el vasco cuando fue como un correveidile, como si el alma de Noelia le hubiera poseído, diciendo a todos que ella se estaba enamorando y confesando que había habido tocamientos. Pero yo creo a Miriam. Creo que Igor es el típico tío con la vanidad cargada, de ésos que comen una y cuentan veinte, que se jactó de decir por la boca lo increíble que es y como la tenía a ella… Lo que no sé es si este vídeo fue el detonante para que ella fuera así con él en la despedida, si lo hizo por recomendación de alguien o simplemente por la presión del circo romano que quería más sangre. En este caso la de Igor.

Me gustaría comentar más cosas, pero creo que la entrada de hoy merece dejarlo aquí, en Miriam: una de las protagonista de esta edición Gran Hermano. Coincido con las palabras de Mercedes Milá al recibirla en plató. Probablemente haya perdido más de lo que ha ganado… O tal vez no, porque aunque no sea popular esto que voy a decir, tampoco me trago a la víctima de Miguel.

martes, 2 de abril de 2013

¡Dime que no va en serio!

Julia le dice a su hija que todo está bien. WTF!!!


La gala de ayer fue la primera gala con familiares que me ha interesado en toda la historia del programa. No fue la típica gala lastimera llena de sollozos y buenas palabras. Por primera vez los familiares entraban en juego para dar información del exterior, información vital de cara al concurso para que los habitantes pudieran continuar así o enmendar sus errores (Que se rompa el aislamiento es algo que a estas alturas poco debería importarnos, pues se ha ido rompiendo semana a semana). Además nominaron, cosa que tampoco es completamente novedosa. Ya el año pasado aprovecharon la visita de los familiares a la casa para dejar que fueran éstos los que dieran los nombres. Curiosamente el año pasado fue tomado con gran agrado por parte de los concursantes. Incluso llegaron a decir que, si de ellos dependiera, dejarían que fueran sus amigos de fuera quienes dieran los nombres para quitarse ellos el marrón. Algo así como un GH por equipos. Uno vive la experiencia y el de fuera analiza todo para proteger a su defendido dando los nombres en plató. Sin embargo este año no ha hecho tanta gracia dejar que los nombres los dieran los de fuera. Los gemelos se han despachado a gusto con este cambio de última hora.

Ya la semana pasada pedía que Gran hermano hiciera algo para romper sus esquemas nominatorios. Era casi evidente, de ser ellos quienes votasen, que Susana y Argi volverían a repetir en la terna de nominados y subirían a Desireé para someterla al juego de la balanza, por el cual Juan Carlos ha encontrado la salida. Por suerte, la dirección lo varió, rompió cualquier estrategia realizada desde dentro y dejó que los familiares fueran, por así decirlo, la voz de la calle. Todos los votos se concentraron en los gemelos, Igor y Miriam. Nadie votó fuera de éstos provocando la terna de nominados más interesante de toda la edición. Podemos decir tranquilamente que los tres ya han perdido Gran Hermano (Si bien hay que añadir que los gemelos y Miriam jamás fueron firmes candidatos a ganarlo) y son las tres candidaturas que más nos hubiera gustado ver en la palestra. Pues bien, ahí las tenemos.

La lástima es que hayan salido los tres a la vez. Cualquiera de ellos nos vale para seguir el ejemplo de Juan Carlos de esta semana y tomar el camino de regreso a su casa. Pero, al tener a tres concursantes potencialmente expulsados a la vez, no tendremos una decisión unánime de ésas que tanto nos gusta. Que abra la gala Mercedes y muestre en la pantalla del fondo del plató el gráfico de los expulsados, viendo que uno supera el 90%. La audiencia unida en casi su totalidad para echar a uno de los candidatos. No será esta vez e incluso puede que nos encontremos con un eliminado in extremis y con menos del 50% de los votos, lo que le hará creer erróneamente que se marchó por poco y que en realidad no es tan «odiado» (En el término aplicado a concursante de GH) cuando todos sabemos que los tres son nuestros eliminados favoritos. 

De todas las llamadas a los familiares que se hicieron me quedo, evidentemente, con las dos llamadas protagonistas: la de Igor y Miriam. Igor cogió el toro por los cuernos y no dudó en llamar a su exmujer, con la que tiene intenciones de volver, y Ainara le puso en su sitio con pocas palabras pero muy certeras. Ainara está encantada de la vida en Twitter. Ahí ha encontrado a muchas personas que le dicen lo estupenda que es y lo mal que debe estar pasándolo al ver al hombre que supuestamente quiere volver con ella tonteando peligrosamente con otra. En Twitter ha encontrado en lugar perfecto para ahogar sus penas y encontrar alegría con los ácidos comentarios que se leen habitualmente en la red social. Además, estoy convencido que de un modo u otro ha contactado con Miguel, que también usa Twitter como pañuelo de lágrimas. Son otro tipo de concursantes, que sin estar dentro y optar al premio, han logrado hasta tener un club de fans. Y encima tuvo el privilegio de poder participar en la ronda de nominaciones. Con su marido fue tajante. Se está equivocando y mucho. No vale con que se acerque a Miriam y le diga que debe frenarse, que no quiere alterar su vida o incluso decirle que nunca se enamoraría de ella. Además tiene que demostrarlo con hechos. Las palabras se las lleva el viento, tan solo son una declaración de intereses que todos hemos visto que no cumple después. Su mujer se lo dijo a las claras. Ha cruzado los límites más peligrosos y debe dejar de hacer el idiota. Personalmente fue el mejor mensaje de toda la noche, porque Igor si hubiera podido ganar este concurso hace un mes… hoy no.

Más decepcionante fue la llamada de Miriam. Ella ha insistido una y otra vez que necesitaba hablar con Miguel, pero a la hora de la verdad prefirió hablar con su madre. Supongo que ella ya asume que todo lo de fuera está destrozado en cachos muy pequeños e imposible de recomponer. Por eso no llamó a Miguel y optó por el mensaje de una madre que… sinceramente no hizo ningún favor a su hija. Cuando cogió el teléfono y le dijo una y otra vez que todo estaba bien y que siguiera así, yo pensé «¿Qué? ¡Dime que no va en serio!». Tan solo le pidió que cambiara algunas cosas con Igor… Pero hija de mi vida, si todo el análisis que está haciendo la audiencia de tu hija es la relación que tiene con el vasco. Más allá de esto no hay nada que podamos valorar, a menos que tengamos que recordar el «Yo soy española» para que Kristian la eligiera frente a Dobromira o el «Zorrasca» que dedicó a Leticia. Su madre se anduvo con el paño caliente y relajó tanto el mensaje que Miriam no se pispó de la situación y salió del confesionario con una sonrisa en el rostro y diciendo a sus compañeros que todo está perfecto y que siguiera así. WTF!!! ¡Dime que no va en serio!

Las otras llamadas fueron de menor intensidad pero hubo detalles curiosos. Perfecta estuvo la madre de Kristian y el hermano de Sonia, que prácticamente les dieron su bendición, y la madre de Susana estuvo espléndida con eso de «Todo muy bien menos lo último de esta semana». Susana entendió a su madre a la primera, hasta tal punto que descifró el mensaje a todos sus compañeros y advirtiendo a Gonzalo que lo de los besitos bajo la manta no estuvo bien.

Lo cierto es que Susana se equivocó bastante con esto de liarse con el chico que entró en la casa gracias a que se había enrollado previamente con su amiga, la que todavía siente algo por el sevillano. No supo gestionar bien la situación… pero no es todo malo, porque gracias a esto hemos descubierto a una maravillosa Argy. Que Susana se enrollara con Gonzalo y después se acercara a la cama de Argy a darle un beso de buenas noches fue desacertado, por no decir de mal gusto. Desde mi sofá era como estar asistiendo al beso de Judas, muy acorde con las fechas en las que estamos. No obstante, al final Susana habló con su amiga y le puso al día de lo que había sucedido. Y ahí fue donde Argy me ganó del todo. Que le dijera eso de «De todos los tíos que te han gustado aquí dentro, que son unos cuantos, te hayas tenido que liar con él, me jode» o «Yo eso no lo haría a una amiga. Ahora, si te gusta de verdad, por mí no te cortes que cuando esté fuera, con la segunda copa se me olvida» fueron los dos grandes instantes de esa conversación porque Argy no ocultó que estaba decepcionada, pero aun así vimos que había voluntad de perdonar a su amiga, tal vez porque ya asumía que el chico no vale tanto. Para mí ya va en cabeza y a mucha distancia del resto para llevarse el maletín. Curioso que durante las primeras semanas del concurso pidiera su expulsión por mueble… Ahora resulta que es de las mejores que tenemos, lo que demuestra que las primeras impresiones son siempre desacertadas. Y una suerte que se fueran Lorena y Noelia, sus dos primeras aliadas. Estas dos concursantes nos impedían ver el brillo de Argy, un brillo más resplandeciente gracias también a Susana.

De Juan Carlos… poco que decir. Supongo que a-a-a-a-ad-i-i-os…. Seguro que le jode que se rían de su tartamudez, pero resulta que él no ha tenido reparo en reír las gracias de equipo Machote formado por los Gemelos, Igor y Kristian para denigrar a Desireé… Por cierto, a los fans del pelocho: si queréis hacerle un favor, votad por los gemelos. La influencia de Carlos y Gonzalo es lo más dañino que Kristian tiene ahora mismo, haciéndole más infantil de lo que debería ser por edad.

El lunes habrá nueva gala, pero antes tendremos el debate. A ver que nos espera. Por cierto… creo que ya va tocando la gala del terror. No sé, yo lo digo porque a veces tengo la sensación de que me leen los guionistas del programa. Que tomen también nota de esto.