martes, 28 de diciembre de 2010

0,0

Antes de escribir esto quería asegurarme que iba a pasar lo que está pasando en Gran hermano tras la salida de Yago. El líder de los tristes, el padrino, el titiritero de la casa salió expulsado y dejó la casa sumida en un extraño letargo. Ahora mismo, Gran hermano es similar a una cerveza sin alcohol, a un café descafeinado, a una coca-cola Light. Es un buckler 0,0. Un cero de emoción, y otro cero en sorpresa.

Con la caída de Yago podemos decir que definitivamente el grupo de los tristes ha sido extinguido, pese a que aún quedan dos elementos, uno de ellos con los días contados. La casa vuelve a estar unida, con la totalidad de los integrantes en un mismo foco y sin más objetivos a batir, esos objetivos que uno desea sacar fuera. Vale que aún queda Chari, pero los de fuera sabemos que la gaditana se reencontrará con su Rubén este jueves con casi total seguridad, y Marta, aún habiendo renegado de los alegres, ya empieza a ser uno de ellos. No le queda otra si quiere tener un mínimo de relación el tiempo que le quede en la casa (Que puede ser mucho. Personalmente no la veo saliendo de Gran hermano como regalo de Reyes), y ahora por fin empieza a descubrir los matices en sus compañeros que los hace menos malos.

Tras los dos últimos vestigios de los tristes está el grupo ganador: los alegres. Ellos saben que han tenido a la audiencia como cómplice en sus juegos nominatorios. Ellos han ejecutado sus votos y nosotros hemos ido expulsando a sus enemigos, allanándoles el camino hasta el punto, el momento exacto de iniciar una nueva guerra. La guerra civil de los alegres, la que determine cómo de unidos están y quién realmente ha estado unido o simplemente era una persona que sindicaba votos para salvar su culo.

Tal vez por eso estamos ahora mismo ante un gran hermano descafeinado. Es la calma que precede a la tormenta, la que seguramente estalle este jueves cuando el primer alegre se sienta más triste al ver cómo su grupo le ofrece en sacrificio a la audiencia. La gala pasada fue un poco la antesala de esto mismo que digo. Patricia, Catha y Dámaso pudieron comprobar en sus carnes cómo su grupo apenas se acordó de ellos a la hora de votarlos positivamente, y ahora temerán que sí se acuerden de ellos en la próxima tanda de nominaciones, pero ahora negativamente. Esas nominaciones que se hacen de carrerilla: “3 a Marta, 2 a Anup y 1 a fulano por afinidad. No puedo dar más motivos porque no los tengo. A los otros los quiero conmigo”

Y ahí está. “A los otros los quiero conmigo” o lo que es lo mismo: “A ti te quiero menos. Eres prescindible”. ¡Qué palabra tan horrible, verdad! El momento de sentirse decepcionado, separado, y en definitiva, triste.

Aún no sabemos quién será el alegre más triste del grupo mayoritario, aunque los que menos votos tuvieron en positivo es una buena pista para empezar. Por otro lado, parece que entre los alegres ya empieza a resquebrajarse la unión y ellos mejor que nadie saben quiénes son los líderes, o lo que es lo mismo, los próximos enemigos a los que retar en duelo.

Mientras llega o no la guerra civil alegre, podemos entretenernos con sus líderes. La relación de Terry y Jhota es una de ésas dónde la amistad se confunde cuando el aburrimiento asoma, o tal vez cuando tienen de compañeros a la parejita del año dándose arrumacos. Terry ve a Laura a Marcelo, y les tiene cierta envidia. De la sana, que no se me mal interprete. Ella quiere tener algo así y su objetivo es, como era de esperar, su amigo Jhota. Nadie mejor que un amigo para tenerlo de follamigos, que diría Tatiana. Alguien que le dé cariño, besitos y con el que poder reclamar su parcela de protagonismo. Sin embargo, el retrorapero no ha accedido a la petición. Para Jhota, lo de follamigo no existe, y es que, bajo esas gorras grandes y ese pelo rata hay una cabecita más romántica de lo que él está dispuesto a reconocer. El perfil de Jhota no es el del típico ligón, y por lo que hemos podido ver, tampoco es un vacilón sexual. Se divertido, es orgulloso, está malcriado y es un consentido, pero no es un Don Juan que deje chicas en cada puerto. Jhota no folla por follar, y por supuesto que la amistad que tiene con Terry es más importante que un simple revolcón. Afirmación que ya ha dicho varias veces, y de dónde podemos extraer que para él, si se acostase con ella, todo sería diferente.

Por otro lado tenemos a los nuevos amantes de Teruel, los de este año. Marcelo ya ha empezado a cantarnos para que nos creamos eso de “Amo a Laura” aunque él no ha esperado al matrimonio. Se ha puesto en una situación aún más complicada de la que ya tenía. El chico guapo y joven se ha convertido en el secundario en la gran película de Laura. Por que nadie se equivoque. Ella es la protagonista, la chica que entró con novio, la que se empezó a encaprichar del guapo de la peli, la que se debatió entre lo que tenía fuera y las emociones que estaban por vivir en caso de querer dar un cambio a su vida, la que recibió señales de alarma cuando a su madre le subió la tensión por lo que estaba haciendo, la que pese a ello decidió continuar. Laura fue la chica que rompió con su novio por televisión y se entregó a los placeres que Marcelo le ofrecía, la que recibió el castigo familiar que no le envió ni un simple ‘te quiero’ por Navidad… Si tomásemos todas estas cosas y lo adaptásemos a la vida real, estaríamos ante un guión típico de las películas que Katherine Heigl protagoniza, una comedia romántica de gran inversión publicitaria y galardonada con un puñado de premios.

Laura es la protagonista indiscutible de esta edición, como lo fue Indhira el año pasado. Y lo mejor de todo es que se empieza a perfilar como una posible ganadora, obviando por una vez la espada moral que la audiencia clava cuando los concursantes hacen cosas políticamente incorrectas. Y ella ha hecho lo suyo, más que suficiente para que estuviéramos frotándonos las manos para iniciar nuestra caza. Sin embargo Laura nos encanta y muchos ya piden su victoria. Nos hemos vuelto adictos a todo lo que le pasa a esta chica, tal vez por que somos conscientes de, lo que le ha pasado a ella, podría habernos pasado a cualquiera. Y eso nos encanta. Laura es la primera de esta edición que ha atravesado la pantalla y nos ha tocado.

martes, 21 de diciembre de 2010

De ganar a perder



Llevo varios días sin poder entrar por aquí. Cosas de la Navidad, las comidas, los compromisos y las miles de vueltas que ya me estoy dando para encontrar el regalo perfecto. Está difícil la cosa, la verdad. Y aunque me ha quitado tiempo para poder poner el blog al día, he podido continuar viendo el programa con la misma frecuencia. He leído al Gato, a Balzac, los blogs amigos, minutado… y he seguido los resúmenes y el debate. Vamos, que la cobertura sigue siendo la misma pese a los días de infierno que nos toca vivir.

Pero empezaré dónde me quedé la última vez, momentos antes de la expulsión de Rubén, el nuevo patrón de los mártires, santificado ahora que ya está fuera de la casa. Los comentarios acerca de los motivos de su expulsión han estado tronando estos días en mi cabeza. Muchos creen que el 60% que le votó lo hizo para que dejara de hacer el tonto, para que viera los vídeos de su Chari jugando con feroces de poca monta y azafatos ávidos de popularidad. Sin embargo, seguidor acérrimo de este programa, yo no veo que su expulsión fuera un acto de buena voluntad de la audiencia. Ni tan siquiera por el morbo que produjera su cara desencajándose ante unos vídeos más sacados de “Confianza Ciega” que de GH (¿Os acordáis de ese programa? Lo emitió hace años en la cadena triste dónde tres parejas se separaban para vivir en una casa llena de tíos y tías despampanantes. Entonces sabían que habría montajes de sus parejas fornicando en las casas playboys, que a lo mejor quién salía en el vídeo no era su pareja. Tenían que tener “confianza ciega”) Yo soy de los que piensan que Rubén se fue porque mecería irse.

La historia de Rubén en Gran hermano es una extraña historia. Una de ésas donde todo lo que la gente opinó de él estaba condicionado por Chari. De principio a fin. Es más, sin Chari, Rubén no tenía cabida en este Gran hermano. Empezó como flamante favorito gracias a su novia, quién desde la casa de al lado tonteaba con otros y aseguraba que lo suyo estaba más que muerto. Todo esto en un gran contraste de lo que veíamos en la casa vecina, dónde Rubén lloraba por las esquinas esperando a su Dulcinea, lleno de promesas de amor, matrimonio e hijos. Su favoritismo radicaba ahí, en ser la víctima en esta historia de amor retransmitida por televisión sin las piezas reales para que entendiéramos quién era cada uno en la pareja. Si todo se hubiera mantenido así, habríamos visto cómo Rubén ganaba adeptos conmovidos por lo que Chari le hacía, y al final podría haber ganado pero ¿Ganaría por méritos propios o porque Chari le pasaría el balón con tal perfección para que marcase gol? Su triunfo hubiera estado provocado más por las actitudes de Chari que por las suyas propias, quién hasta la unificación simplemente era como juguete de un niño que llora, come y hace caca.

La redistribución de las casas provocada por Pepa fue como si estuvieran jugando al “Allá tú”. Hasta la fecha era Rubén quién tenía la caja de los 300.000 euros, pero al juntarse con Chari la cambió por una con un simple calcetín o algún artículo de estos raros que ofrecían en el juego de las cajas. Y fue ya tras la unificación cuando el Rubén bueno y mártir cambió a otro mucho más reventado. Y nuevamente fue Chari quién hizo que esto fuera posible. De ganador a perdedor. Sin embargo, ¿Qué hubiera sido de Rubén si hubiera entrado sin pareja? Seguramente seguiría dentro del concurso, como todavía hoy está Dámaso, está Catha, está Lydia…

A Rubén no le echamos para que viera los vídeos. Le echamos porque como concursante con personalidad propia dejaba mucho que desear. Sus impactos en la audiencia estaban profundamente marcados a lo que hacía Chari. Si Chari le puteaba, él era bueno, si Chari se aliaba a él, era malo. Un pelele a todas luces, sin luz propia (Que diría mi odiado Iván Madrazo) sino con mala sombra. La de Chari, para ser más exactos.

Ahora tenemos nuevos nominados y por primera vez se la juegan Yago y Chari. Con ellos les acompañan un extraño Anup del cual pocos se acuerdan para apearlo del concurso, por que según dicen las encuestas la expulsión es cosa de éstos que se estrenan en la nominación. Cualquier voto a Anup parece una pérdida de tiempo –incomprensiblemente- y ya en esta dualidad propia de España, de nuestras dos Españas siempre dividida, parece que o Yago o Chari.

Yo me decantaría por la expulsión de Chari al considerar que su juego en Gran hermano ha llegado a su fin. Poco más podemos estirar los comportamientos de la choni-Chari (Que por cierto, a mí personalmente no me pareció tan grave lo que hizo durante los cuatro días, si no las confidencias que tuvo después. Y no olvidemos que ella jamás fue infiel en el sentido de consumar sexualmente). Chari estaba ahí como la gran titiritera de Rubén, pero sin él y sin feroces y azafatos, ella pinta poco, la verdad. Tampoco hay nadie en la casa con quién pueda tontear para que su novio rabie desde fuera, por lo que ¿Qué más nos puede ofrecer? Yago aún es un elemento desestabilizador importante, con luces y sombras de curioso análisis. Para mí no hay duda que estamos ante el verdadero malo de esta edición. Es frío, calculador, tiene cierto toque de cinismo… y sé que ya es odiado por muchos. Por eso, aunque las encuestas de masiva votación dicen que se irá Chari, creo que él tiene muchas papeletas. Más de lo que él se cree. Pero ¿Qué hubiera pasado si hubieran matado a Dark Vader en la primera película? Las historias necesitan de sus malos para que el final merezca ser recordado y Yago aún tiene mucho que dar a este juego.

Yo no quiero que gane, pero me divierte verlo. Ver cómo atrae a todo el mundo, como los hechiza. Como el mismo gato apunta en su escrito de hoy –algo que ya mencioné yo hace unas semanas- Yago tiene algo. Lo que Marta llama ángel, y que no quepa la menor duda. Es una gran manipulador por encanto, no por inteligencia, y eso desde fuera condena a muchos. Lo sé.

Respecto a los demás, ya he dicho que Rubén cambió la caja de 300.000 euros tras la unificación. Ahora la caja ganadora vaga por la casa seguramente bajo el brazo de alguno aunque aún no sepamos muy quién de quién. ¿Jhota? ¿Terry? Tal vez, pero estos dos chicos son concursantes suicidas y puede que pronto se inmolen con el premio cual Indira con su vaso de agua. Sus formas ganan fuerza y agresividad por momentos y al final puede derivar en una expulsión –de la audiencia o disciplinaria, quién sabe. Éstos no miden cuando se aceleran-. Otro que parece ganar papeletas es Marcelo, que tiene el privilegio de ese viaje que ya hizo el último ganador, ése cuyo nombre ya no recuerdo (De GH11 sólo me acuerdo de Indhira y del chico ése con el que mantenía relaciones). Y luego tenemos a Laura, que inexplicablemente ha conseguido salvarse de críticas que sí se están haciendo a Chari, cuando lo de ella es de libro (Ayer alucinaba viendo cómo se quejaba por lo que pudiera hacer 'el orejas' en su cama ¿Y ella qué, que lo hace ante toda la audiencia?) Aunque bueno, todavía pueden pasar cosas extrañas de aquí al final que derriben a cualquier nuevo favorito. Lo mismo hasta gana Lydia. Entonces nos diremos “Pero ¿Qué hemos hecho con Gran hermano?”  

jueves, 9 de diciembre de 2010

Los matones del recreo



Es un elemento que nunca falla, que siempre está ahí, en todos los colegios y en todas las clases. Hablo de ese tipo de personaje que comparte aula con todos los alumnos, el macarra, el malo malísimo que atemoriza al resto. Con el malo siempre estará el gracioso, el bufón de turno y una serie de secuaces que completan así ese grupo de matones que consiguen hacer cuanto quieran en sus clases pese a ser una clara minoría.

En algo así podríamos comparar el grupo de Yago. El modelo y toda su comparsa son una clara minoría, ésa que tanto nos gusta alzar al considerar que el grupo mayoritario ejerce un abuso de poder. Sin embargo, aunque estamos ante el grupo más débil de cara a las nominaciones ¿Por qué este año la audiencia no ha simpatizado con ellos? Posicionándose por primera vez torno a la mayoría. Pues precisamente por lo que decía al principio. Yago & cia no es el típico grupo minoritario que recibe las embestidas del contrario consciente que las matemáticas están a favor de la mayoría. No, el grupo de Yago es igual que aquel que atemoriza a los alumnos de una clase, el que se impone sin que nadie se dé cuenta que, si se juntasen podrían batirlos con suma facilidad.

Seguramente que Yago haya conseguido ocupar el puesto del malo de la clase, juntar a toda su comparsa y manipular desde su colchón todo lo que sucede sin que el resto se dé cuenta de quién es el verdadero malo de la historia, ha sido debido a la media de edad de este año. Los integrantes de la mayoría dejaron el colegio hace poco, y seguramente viven acostumbrados a este tipo de situaciones. Ninguno de ellos fue lo suficientemente habilidoso (Ni siquiera Marcelo) de descubrir que tenían puntos suficientes para poner a tres de los otros en la palestra, y por ello sólo aspiraban a subir a dos (Con el consiguiente riesgo de la balanza, aunque algo me dice que no hubiera funcionado esta famosa estrategia). El grupo de Jhota ha permitido que sus oponentes en clara minoría, minen la convivencia e incluso la manipulen a su antojo, siendo Yago quién decide lo que se hace, aunque con la habilidad extraordinaria de hacer pensar que es otro de sus compañeros quien asume las ideas.

Estos últimos días la situación ha vuelto a cambiar. De tener la guerra declarada a una reconciliación extraña justo en vísperas de nominaciones, y una vez más hemos visto cómo es Yago quien la provoca. Es el gallego quien decide lo que pasa en esa casa. Ahora se llevan a matar y después nos reconciliamos, todo en función de lo que este señor quiere. Él mismo nos lo mostró estando tumbado en el suelo y diciendo a Anup que si quería podía reconciliarse con todos. Y eso hizo. Yago es uno de los personajes más curiosos de este año. Desde luego que es el malo, el matón del recreo, pero uno de ésos que una vez fuera del colegio los profesores echaremos de menos. No tiene intención alguna de hacer amistades, todo lo que tiene es falso y efímero, pues tan sólo dura lo que él estima necesario, sin importarle mucho el daño que hace o lo que deja atrás. Y es que él no ha venido hacer amigos, eso se nota.

No obstante, qué pasa para que Yago cambie a dos días de la gala. La respuesta la tenemos en el minutado, dónde unas personas gritan desde fuera “Arturo a la calle”. Estos gritos fueron aplacados con la música que la dirección decidió pinchar, pero demasiado tarde para evitar que los gritos de los amotinados fuera no llegasen a la casa. Patricia y Terry los escuchan y estallan de júbilo. Es una pequeña muestra que afuera muchos le damos la razón a ellas y su grupo. La noticia, como todo, corre como la pólvora hasta que llega a oídos de Yago y éste, en un análisis silencioso, debe llegar a la conclusión que su grupo mermará el jueves. De seis pasarán a ser cinco y las posibilidades de salir nominado aumentan. El modelo ya considera a Arturo un cadáver andante, su bufón de imitación dejó de hacerle gracia y por tanto procede a un acercamiento. Y pese a que todos fuera deseamos que no den el brazo a torcer, los niños aceptan las disculpas y hasta empiezan a replantearse a quién nominar. Yago ya no está dentro de sus planes (Posiblemente gracias a la torpeza de Marta, Rubén y Chari, que dan verdaderas muestras de reventados).

Yo estoy convencido que Yago debe tener algo en las distancias cortas, algo que consigue enganchar a quién tiene enfrente. No hablo de si es guapo o no, ni si es atractivo. Es algo más intrínseco. Posiblemente su mirada, su tono de voz o quién no dice su olor. Es carismático en las distancias cortas y por eso consigue lo que quiere. Ayer mismo veíamos a Terry lamentarse porque quería ser su amiga, como si más que un deseo se tratase de una necesidad. Todo el mundo se lleva bien con él, ¿por qué no ella? La verdadera lástima es que eso que Yago tiene, sea lo que sea, no traspasa la pantalla. Ahí sería su verdadero acierto, hacernos sentir a nosotros lo que hace que sientan los demás, enamorarnos… y quién sabe si lo llegase a conseguir si no ganaría Gran hermano con nuevo récord de votos. Pero no lo consigue. El don de Yago es sólo en las distancias cortas y nosotros, con nuestra lupa de aumento, sólo podemos verlo como un ser frío, despreciable y sin ningún reparo de hacer cuanto sea por conseguir sus objetivos. De momento creo que otra semana lo va a conseguir y su nombre no saldrá en la terna de nominados. Su reconciliación, sus abrazos y tu parte de arroz ha llegado a tiempo ¿O tal vez no?

Mientras, en estas horas previas a la gala, Arturo anda por la casa como lo que es: carne muerta del concurso. Le quedan pocas horas para disfrutar del juego, aunque creo que se intenta convencer que conseguirá pasar la criba. Lastimita de bufón, no sabe que esta noche diremos eso de Game Over.

lunes, 6 de diciembre de 2010

¡Guerra!


Chari critica a Marcelo, éste aparece para que se lo diga a la cara y Rubén corre a socorrer a la novia.

Por fin tengo un rato para poder continuar escribiendo mis impresiones sobre lo que está pasando en Gran hermano. Lo hago mientras aún no ha terminado el resumen de hoy pero hay mucha información a tener en cuenta, mucha tela por cortar.
Empecemos un poco por lo que nos dejamos en el tintero. La expulsión de Pepa y las nuevas nominaciones. Las últimas nominaciones divididas en dos casas, pues ya por fin tenemos la casa unificada, la de Gran hermano, la que nos gusta. De Pepa hay poco que comentar. Era una expulsión anunciada desde el momento de su nominación. Las posibilidades de la más mayor de este año en sobrevivir eran muy escasas, pese a competir contra las dos fantasmas a las que no logramos dar caza, Lydia y Catha que siguen viviendo en el concurso sin que éste pase por ellas. Pero la culpa fue completamente de Pepa. Ella se mostró ante la audiencia cómo algo que luego no fue. Fue una estafa. Ella tenía información del exterior que debía usar en su beneficio. Y empezó bien, arreando un golpe a la casa con cierto efecto, pero después todas las promesas que pusimos en ella desaparecieron en menos de siete días. Su mayor error fue ése; no saber complacernos. Por eso salió con récord de expulsión en la presente edición (Aunque me temo que ese honor desaparecerá este mismo jueves)
Las nominaciones en la casa uno fueron tan caóticas como siempre, aunque esta vez bajo el ojo avizor de Jhota que destapó la trampa de Anup escondiendo un dedo (Aunque luego lo negase) mientras en la casa dos volvían hacer el despliegue habitual de votos en función de los grupos establecidos. El resultado el que ya todos sabemos: Gerardo –digo, Arturo-, Anup, Marta y Dámaso.  A destacar de todo lo que pasó que Marta recibió votos de Yago y Gerardo, si bien ya vuelven a ser amiguitos.
La casa unificada provocaría importantes cambios en las relaciones entre los concursantes. El número de votos que pueden moverse en la próxima tanda nominatoria ha hecho que Yago haya desplegado sus nuevas estrategias para salir airoso. Esa extraña estrategia que personalmente no comparto (Si quieres ganar, necesitas salir nominado para que la gente te apoye). Y sabe que lo tiene especialmente complicado, pues su posición ya es más vulnerable. Todos le tienen más o menos calado, por lo que ganar un adepto parece algo más difícil. Lo primero sería recuperar al aliado que pensaban sacar del grupo: Marta. Lo segundo ganar uno nuevo, y ése sería Anup, uno de los más mayores pero con menos capacidad de análisis de lo que pasa en cada gala. Anup es muy torpe a la hora de entender por qué ha sido nominado. Su orgullo pesa por encima de todo y no da crédito a que su nombre pueda figurar en la lista de sus compañeros, pues considera que su papel de perfecto compañero lo está desempeñando correctamente. Sin embargo no valora la posibilidad de ser nominado para que los demás se salven. Es decir, al margen de sus actos, no contempla la posibilidad de que la gente le vote para salvar su culo. “Antes de marcharme yo, lo siento pero te vas tú”.
Aún así, los nuevos fieles de Yago no son suficientes para resolver la batalla del próximo jueves, y eso que no cuentan con que Gerardo tiene los días contados. Leñe, digo Arturo. No obstante, esto no está mal visto para ellos. Hoy mismo Chari se comparaba con lo que pasó en el inicio de GH11, siendo éstos los nuevos Arturo, Indhira, Hans y Saray ¡Qué ilusos!  Creen que la audiencia los salvará por nuestra tendencia a apoyar siempre a los “desfavorecidos”. Pero este año, las palabras que nos dijo Nagore sí tienen sentido: “No siempre la minoría es mejor que la mayoría”. ¨Éste sí es un ejemplo de eso.
Por un lado su convencimiento de que los apoyaremos tiene una base sólida. Siempre nos conmueven aquéllos que deben luchar contra los cuatro elementos. Pero lo cierto es que esta minoría es para echarla de comer a parte. Empecemos con Marta, concursante veleta por antonomasia. Se acostó con Joaquín estando nominada, se alejó de él cuando no lo estuvo, se acercó a Yago, luego se alejó… y así constantemente. Tenemos a Rubén, el pelele de Chari. El chico carece de personalidad propia y así nos lo ha demostrado, juntándose a Yago sólo por indicación de su novia. Luego a Chari, desquiciada a cada día más, contradictoria y manipuladora de la verdad. Analiza los acontecimientos con diferentes varas de medir y ahora se ha aliado con Marta únicamente para usarla de preservativo. Me explico, se ha hecho súper amiga de la gallega para evitar que ésta se líe con Rubén. Anup también se estrena en el grupo con mucha torpeza y sin entender que en realidad le están usando, para finalizar con Yago, esa puta que maneja todo desde la cama para salvar su culo, y con Gerardo.
Gerardo, digo Arturo, ha demostrado ser lo más simple que podamos ver en Gran hermano. Eso o quiere venderse como el más malo del mundo, que en realidad todo lo que hace está pensando para que este jueves le saquemos con un nuevo récord de expulsión. Para el vasco son muy lícitos los insultos, la agresión verbal, el acoso y derribo, el mobbing, lo que sea con tal de ganar. Éste no conoce lo que es el juego limpio, ni lo conoce ni intenciones que tiene. Pero lo mejor es un extraño convencimiento en que nos lo estamos pasando en grande viendo su juego. Juego, que por cierto, parece copiar a Yago. Seguramente sentirá admiración por el gallego y de ahí que intente fotocopiarse pero con arrebatos que no tiene Yago. También está destacando por ser un inmenso bocazas, como Gerardo de GH11. Cada vez que este tío habla, sube el pan (O un controlador aéreo deja de currar). Dice que él devora, que esa es su estrategia, que es un lobo… lo que no sabe es que será devorado este mismo jueves y que su juego acabará pasando a la historia del programa como uno de los más torpes.
Pero ellos no lo ven y creen que Dámaso será el próximo expulsado, porque ellos son los molones, los que dan vídeos divertidos, los que queremos ver ¿No os suena de algo? Y por eso ya han empezado a sumar votos para el próximo jueves. Su objetivo es Jhota, convencidos que el grupo mayoritario labrará una estrategia similar lo que provocará que dos de ellos estén nominados con el rapero. Si aplicamos la teoría de la balanza, Jhota sería el expulsado. Pero volverán a fallar, seguro. Más que nada porque algo me dice que GH variará el sistema nominatorio para eliminar las sumas y restas hechas durante estos días.
No obstante estamos viendo una semana muy caldeaba. Vamos, la más caldeada de lo que llevamos de edición. La casa unificada ha hecho que ahora sí se separen en dos: los alegres y los tristes, como si de T5 y A3 se tratasen. Las broncas se suceden día a día y las cuentas que se piden se multiplican. Hemos visto a Rubén y Chari contra Marcelo, a todos contra Arturo y Anup, a Marta huyendo sigilosamente, mientras Yago intenta medrar para salvar su culo… y todo con Lydia y Catha como espectadoras privilegiadas.
Esto es Gran hermano, el unificado, el que queríamos y ya tenemos el grupo de reventados… Ahora ya sí, ¡estamos grabando!

domingo, 5 de diciembre de 2010

Estamos de puente

Estimados amigos,

Estos días estamos de puente, motivo por el cual no he podido actualizar el blog cómo se merece. Los compromisos familiares me hacen estar lejos del ordenador, aunque confío en poder actualizarlo entre hoy y mañana.

De momento, sólo apuntar que celebro la expulsión de Pepa, aunque prefería la de Catha. Esta semana tenemos nuevos nominados, aunque en realidad es como si sólo hubiera uno: Gerardo, digo, Arturo.

Este ser mezquino, vomitivo, asqueroso y repugnante merecería arrebatar el récord mundial a la actual reina negra: Nagore. Debe ser expulsado con la casi totalidad de los votos de la audiencia, para que vea y sepa el inmenso rechazo que ha provocado este Gerardo de veinte años en todos nosotros. Me da asco.

También celebro la nueva casa unificada, aunque hubiera preferido que se produjera en la casa 2. Pero qué se le va hacer. Feliz puente y pasarlo bien

martes, 30 de noviembre de 2010

Le podría haber pasado a cualquiera



Este fin de semana la atención ha vuelto acapararla la relación extraña de Marcelo y Laura. Tras salvarse de la expulsión y que los celos de Chari la devolvieran al lado de Marcelo, Laura ha optado por dejarse llevar de una vez por todas para darse cuatro besos bajo el edredón. El resultado ya lo sabemos todos: a su madre le dio una crisis de ansiedad, debido a toda la plancha que su hija tiene fuera (En honor a Carolina Sobe), lo que ha llevado a replantearse si debía o no continuar en el concurso. Pero yendo por partes.

El primer punto susceptible de análisis es la reacción de Marcelo ante el regreso de Laura. El chico no lo pudo disimular. Él confiaba en que la audiencia castigase la actitud de ella durante toda la semana más el doble juego con su pareja de fuera, dándole una posición de ventaja en la tortuosa relación. Pero se equivocó, al menos en parte. Marcelo intuyó que Laura está dando algo al juego que se le escapa, y que en esta ocasión los paladines de la moral se han quedado en casa dejándola en el concurso. En el momento que la vio entrar, su mente empezó a ponerse en marcha, como espectador de este programa que ha debido ser, e intento ponerse en un estado de mente pensante. Desgranó todas las opciones que se le ocurrió para descubrir por qué no la hemos echado, y de su análisis ya hemos visto las conclusiones. Marcelo teme que la imagen que pretendía dar no se esté proyectando, teme que Laura tenga más seguidores que él e incluso ahora se ve débil. Vale que la reconciliación se produjo antes de la expulsión, si bien creo que él realizó aquel acercamiento contando que en las últimas horas ya nadie salvaría a Laura y que quedaría muy bien que él la perdonase aún estando ella en el juego, eso le haría grande.

Erró, como bien digo, y como tal empezó a actuar en consecuencia. Lo primero y primordial era ganarse a las personas que, según su hipótesis, irían a por él en una futura nominación. Así pues, vuelta a la misma historia y a calentar de nuevo el nicho. Para mí esta clarísimo. Aquí no hay sentimientos por parte de él. Sólo interés.

Otra cosa es ella. La situación de Laura es mucho más complicada de entender y lo es por motivos similares por lo que nos cuesta entender a Chari y Rubén. Nos hemos perdido gran parte de la historia y aquí sólo tenemos la parte que ella nos cuenta. Su relación con ‘el orejas’ parecía que estaba en horas bajas. Ella ya no quería para sí una relación como esa, pese a los más de siete años de relación que llevaban juntos. Una relación conformista, monótona, sin cariño… Y evidentemente, encerrada y con alguien cerca como novedad, hizo que ella olvidase en parte lo que tenía fuera. La situación por la que está viviendo ha hecho que idealice a su Marcelo, que valore más un sentimiento barato que aquél que le unió a su chico. Para ella, el problema estaba que su novio no supo cuidar la relación, si bien esto me parece una memez en toda regla. Tal vez ha llegado el momento de desprendernos el cuento de una vez por todas, pues las relaciones de pareja no tratan de príncipes que cuiden a sus princesas. También es necesario que las princesas cuiden de sus príncipes. La relación no fue cuidada, y pese a los intentos de Laura de hacernos creer que la culpa era de Samu, lo cierto es que aquí Laura nos da muestra de una autocrítica nula, siendo incapaz de reconocer que si la relación naufragó, fue porque fallaron los dos.

La historia de Marcelo, Laura y Samu, tercer en discordia sin comerlo ni beberlo, es una de éstas que tanto nos gustan. Lo que hace que Gran hermano tenga sentido, porque, la margen de nominaciones, pruebas y expulsiones, lo que les ha pasado a estos tres podría haberle pasado a cualquiera fuera del programa. Todos podemos opinar, porque en una mayor o menos medida lo hemos sufrido en nuestras carnes o visto en alguien cercano. Sí, estoy de acuerdo en lo que dicen muchos. A cualquiera nos podría haber pasado lo de Laura. Pero no olvidemos que también podríamos ser Marcelo en esta historia, o peor aún, el papel más desagradable de esta función: el de Samu.

Puedo entender que para Samu esto está siendo muy desagradable por múltiples motivos. Ya no sólo tiene que lidiar con ver cómo su novia se empieza a sentir atraída por otro sin que pueda hacer nada, pues si él estuviera dentro de la casa, otro gallo cantaría, sino que además debe aguantar cierto escarnio público. Y vale que él no ha entrado en Gran hermano. Pero si a esta historia quitamos al pobre de enmedio, en realidad estaríamos ante otra historia como tantas sin sustancia de Gran hermano. Una relación sin más. El botón que acciona el interés por parte de la audiencia por ellos está en el punto de prohibido que hay. Es una relación que debe luchar contra algo, como en las buenas novelas románticas. ¿En qué quedará todo esto? Dependerá de los paladines de la moral del programa. Laura puede tenerlo muy complicado en una próxima nominación, pues para muchos lo que está haciendo es deplorable, aunque tal vez deberíamos recapacitar el sentido de nuestros votos, si debemos hacerlos a favor del espectáculo o a favor de los valores que cada uno tenga.

Más allá de Marcelo y Laura está Chari, con Rubén. Las discusiones y reconciliaciones de estos están empezando a ser un clásico, como el enfrentamiento de consuegras en la gala de los jueves. Últimamente veo a Chari mucho más puntillosa, desquiciada, criticando en Rubén cosas que tal vez debería callar ella misma. No soportó ver a Laura decirle ‘mi niño’ y de ahí que le devolviera a la casa 1 y ahora no quiere que Rubén se vaya a robar con Marta. Para ella es una falta de respecto y así se lo hace saber, sacándole de quicio hasta conseguir que se levante de la cama. Lo que vino después, visto en el resumen, fue de impresión. Chari, no contenta, decidió tocarle más las pelotas con una soberbia demostración de los grandes cojones que tiene. Le llamó teatrero, falso, y le acusó de darse el papelón llorando. Está claro que Rubén no es quién dice ser, y me parece a mí que Chari está viendo como tiene engañada a toda la casa, y por ende también a la audiencia. El problema es que falla en la estrategia, pues al final pagará ella los platos rotos. Realmente lo tiene muy complicado en su primera nominación.

De Terry me gustaría hablar profundizando en ella, pero hoy creo que me estoy alargando. Sólo decir que la llegada de Arturo ha sido lo mejor que le ha podido pasar. Terry ha logrado multiplicar sus seguidores gracias al torpe niñato. La verdad es que sus virtudes estaban escondidas y ha sido este tontín quién ha ido ensalzando cada una de ellas con sus críticas. Aunque claro, él contaba que el efecto fuera en contrario. Sólo debe mostrarse fiel a Patricia para que le pueda augurar un largo camino en GH. Sinceramente las veo juntas y las con muchas papeletas para aguantar largo y tendido. Saben entenderse el humor, discuten pero luego saben reconciliarse y procuran actuar contra una mayoría que las rechaza de alguna manera. Ingredientes básicos del buen ganador de Gran hermano, no me lo negareis. Además, Terry ha sacado lados en Patricia que no habíamos visto. Una cosa es que sea cantarina, que tenga cierta inmadurez, pero eso no quitar para que ella piense y sepa analizar las situaciones con más o menos acierto.

El próximo jueves otra gala con una expulsión anunciada. Pepa, concursante suplente fallido (Como Arturo. Al final en éstos no estaba en ganador) se irá y veremos la ansiada unificación. Por fin tendremos a todos juntos y lo mismo eso es un buen revulsivo para que gente como Lydia o Catha despierten. Supongo que habrá nominaciones, aún no han pasado la nota de prensa, y si las hay puede pasar cualquier cosa. Seguiremos informando.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Casi toda la atención sobre la casa dos. En la casa uno; sólo Laura y Marcelo





Joaquín se apeó del concurso y Laura continuó dentro. Así de simple podríamos resumir la gala de ayer, sin más matices a tener en cuenta, sin más datos importantes que merezcan la pena que sean contadas. Y encima nos quedamos sin la intriga sobre lo que iba a pasar, pues para mí fue muy evidente quién se quedaría en el momento que, al iniciar la gala, Mercedes cerraba las líneas de teléfono. Es un detalle que no está abandonado al azar. Todos sabemos que los momentos dónde más se vota es al abrir las líneas y los momentos antes de cerrarlas. Se puede recibir tal avalancha de votos que jamás se podría descartar una remontada si durante la semana los porcentajes han estado cerca y la dirección, consciente de ello y con el resultado deseado antes de empezar, decidió evitar que la situación se torciera. Y es que los vídeos que estaban programados, aquéllos correspondientes a lo que había dado de sí la semana, sólo podrían perjudicar a la de Parla y ante el juego de este año, la chica es un valor seguro para engrosar los guiones de esta edición.

Yo apoyaba la permanencia de Laura en la casa. Apoyo su permanencia como también apoyo la de Chari, la de Yago y hasta la de Pepa, pues estos concursantes suicidas ante la audiencia son los únicos que están consiguiendo un motivo para que sigamos viendo Gran hermano. Ellos son la esencia de esta duodécima edición (Sin desprestigiar a otros como Terry o Patricia. Ellas también aportan sus buenas dosis)

La semana que ha pasado ha estado marcada por varias cosas. Aparte del tira y afloja de Marcelo y Laura, hemos visto por fin a Rubén y a Chari convivir bajo el mismo, y como podríamos vaticinar, los problemas han emergido a una velocidad de vértigo. Problemas de celos, principalmente. Chari se niega a aceptar que su novio tenga cualquier detalle cariñoso con cualquier compañera. Ella lo quiere sólo para sí, y no acepta ningún comentario, ningún abrazo, ni nada que pueda servirle para sacar de contesto la relación de Rubén con las demás. Algo que contrasta mucho con lo visto en la primera semana de concurso, dónde ella no tuvo reparo alguno de bromear, masajear y acariciar a sus compañeros. No hubo pecado, por ninguno de los dos lados, pero sí hay mucha intransigencia. Además, hemos podido ver hasta qué punto ella corta el bacalao en la relación, o al menos cómo lo intenta. Empezó la semana aconsejándole que se acercara a Yago por estrategia, luego, cuando su novio parecía encontrarse a gusto con el gallego, le pidió que lo nominara, provocando discusiones absurdas dónde el único objetivo de Chari era manipular a Rubén.

Es una relación complicada de entender, sobre todo por que empezó hace tres años y los espectadores nos hemos perdido todo lo que ha pasado hasta que llegaron a Gran hermano. Por eso es muy difícil saber quién de los dos dice la verdad. Ella se quejaba del poco caso que él le ha prestado durante tanto tiempo. Incluso le ha acusado de hacer un papelón de novio enamorado. Sin embargo también hemos visto su capacidad de manipulación, no del todo acertada porque hay un punto rebelde en Rubén. Ella puede recitar misa que al final el chico ha procurado hacer lo que venía en gana.

También ha destacado esta semana la actitud de Gerardo, digo Arturo (Dios, qué lapsus). Este chico ha conseguido eso tan importante para los fans del programa. Ha conseguido hacernos sentir, hacer que algo se remueva en nuestro interior cuando le vemos. Lo malo es que los sentimientos que Gerardo , mierda, Arturo ha despertado en nosotros son todos malos. Es idiota, con mayúsculas, es soberbio, es altivo, es chulo y lo peor de todo, se cree que es todo lo contrario. Su fijación se ha centrado en Terry, atacándola gratuitamente con argumentos que bien podrían usarse con su amigo Yago, el tío más vago de la presente edición. Arturo ha iniciado un acoso y derribo por las dolencias que Terry sufre en la cadera como consecuencia de NUEVE operaciones que ha tenido a lo largo de su vida. Esto hace que muchas pruebas no las pueda realizar porque le duele la cadera, por lo que este buscador de la raza pura (como apunta el Gato) ha afirmado que no la quiera en la casa. Por esa regla de tres hubiera nominado a Toscano el año pasado, a Chiqui en la décima edición y a Ángela en la novena, pues estos “tarados” merman la capacidad de superar las pruebas.

La verdad es que Gerardo, digo Arturo, ha demostrado ser un personaje patético. Si hubiera unos mandamientos de lo que se debe hacer en GH, éste no lo conocería y haría justo lo contrario. Y encima peca de creer tener a la audiencia de su lado. Simplemente no lo soporto. Es odioso, a la par de tonto.

Sin embargo, y pese al rechazo que siento hacia él y su grupo, no puedo dejar de maravillarme con el juego de Yago. No le tengo por un gran estratega, el gallego está fallando en el primer concepto del juego, y es que somos nosotros quiénes tenemos la última palabra y no ellos. No obstante, ha conseguido hacer que muchos compañeros beban de su mano e incluso no vean en él lo que luego critican en otros. Yago es muy astuto y estoy empezando a pensar que debe tener algo, tan vez innato, que atrae a la gente, que los hechiza. No algo sexual, sino algo muy distinto. Pepa entró dispuesto a nominarle, pero le bastó dos días para que ésta bebiera de su mano y atacara a sus enemigas: a Terry y Patricia. No me cabe dudas que estamos ante el malo de esta edición, el zorro, el astuto sin perspectiva más allá de lo que pasa delante de la casa. Tiene la capacidad de mover bien los hilos de lo que está pasando a su alrededor, es un verdadero titiritero, y sólo espero que llegue lejos. Lo más lejos posible aunque no me gustaría que ganase. Cómo he dicho en infinidad de ocasiones, las historias necesitan de sus malos para que se muevan y GH12 necesita a Yago. El resto de su comparsa sólo son los peones que él sacrifica para permanecer el mayor tiempo posible en el juego. Es una pena que, con la estrategia del gallina, tiene muchas papeletas de marcharse cuando la suerte le juegue una mala pasada, pero mientras disfrutaremos viendo cómo consigue burlar las nominaciones. Ayer sólo por un punto.

El último escrito en mi blog titulaba que viva la Pepa. La nueva concursante había movido fichas con una gran maestría, y realmente lo hizo con pocos movimientos. Trastocó mucho la convivencia pero sin dejar que los guiones que ya estábamos siguiendo se murieran. Con Marcelo y Laura en la misma casa, con Yago sin su Joaquín (Ayer increíblemente borde en la entrevista con Mercedes, esa entrevista express ¿Qué pasa este año con las entrevistas?) y parecía dispuesta a dar la campanada en muchos aspectos. Incluso ayer, momentos antes de nominar, creí que sería capaz de sorprendernos. Pero no fue así. Pepa dejó que Yago la teledirigiera con una maestría increíble y ahora se enfrenta a la próxima expulsión con la mayoría de las papeletas para su expulsión. Una pena, desde luego, más si tenemos en cuenta que Catha sigue en la casa. No, Catha no es alguien de la dirección que se ha colado, ni tampoco es la persona que ha empezado a acudir para ayudarlos a dejar de fumar. Catha en teoría está concursando aunque vuelva a pasar desapercibida de tal modo que a lo mejor no supere ni el 10% de los votos para su expulsión.

De todos modos, tal vez parar a Pepa aquí y ahora sirva para evitar males mayores. Es una forma de mermar el grupo de Yago y esto le obligará a mover ficha como nos tiene acostumbrados. La expulsión de Pepa provocará movimientos interesantes, mientras que si la dejamos podemos reforzar el grupo de los malignos y poner en jaque a gente que no queremos., Por suerte, la dinámica de las dos casas nos puede salvar de elegir entre nominados queridos aunque por otro lado, este espectador desearía la unificación inmediata, así como entrevistas largas y, por supuesto, las despedidas de los expulsados a la casa. Una oportunidad para contaminar la casa así jamás debió perderse.

Ahora votemos una semana más: Lydia, Catha, Pepa o Terry. La decisión está en nuestras manos y de ésta dependerá la emoción que queremos en Gran hermano. Es una nominación clara: muebles vs. Malignos ¿A quién echamos? Yo me decantaría por Catha.

Por cierto, dos datos dados en el Gato: uno curioso y otro, a mi entender, erróneo.

- Chari es el comodín de esta semana y como tal pudo elegir a un compañero para trasladarse a la casa 1 para que la diferencia de habitantes no fuera tan grande. Eligió a Laura, devolviéndola a los brazos de Marcelo para que tuviera lugar el primer "edredoning" Chari dijo que la enviaba por ser la última en llegar. Curiosamente no lo hacia por eso. Más entrar Laura a la casa 2, abrazó a Rubén y le dijo "Ay, mi niño". Los celos de Chari brotaron y no pudo evitar la oportunidad de devolverla al lugar del cual no debió salir.

- Según el Gato, el grupo de Yago tenía pactadas las nominaciones para sacar a Patricia y Terry a la palestra, como así sucedió. Sin embargo el Gato afirma no había pacto por parte de la otra habitación. Puede que Patri y Terry no consiguieran los votos de Rubén, pero sí parte de los de Chari. Es más, según entró Laura a la casa, las dos la secuestraron, la metieron en la habitación y le dijeron: 3 Yago, 2 Pepa y 1 Arturo y la de Parla dijo, Ok. Pacto en toda regla. Muy lícito, más porque creo que era más una defensa que un ataque, pero no podemos negar lo evidente. No había inocencia en los votos de las amigas, sino estrategia. Sólo que mientras el fondo norte votaban igual, el fondo sur intentó cuadrar los puntos para repartirlos entre los mismos objetivos. Al menos para sacar a Yago y a Pepa. Lo consiguieron con ella, y sin los votos de Laura, que no pudo ejecutar el plan que le proponía la dueña del conejo y tu amiga trabada a la que se le camba la peluca, loco. 

viernes, 19 de noviembre de 2010

¡Qué viva la Pepa!




Marcelo nos enseña cuidadosamente su única lágrima para darnos pena. Pero ¡Qué mala es Laura!


Ya tenemos los refuerzos de esta edición. Un chavalín y una veterana dispuestos a luchar por el maletín de este año y que han hecho que todo vuelva a cambiar en Gran hermano. Todo en una noche de nuevo estupenda dónde los dos focos de atención volvieron a ser los mismos que en la gala pasada: Patricia por un lado y Marcelo y Laura por el otro.

De Patricia, qué más se puede decir. La misión del olivo de la semana pasada ha hecho que la muchacha se gane un puñao de enemigos y otro tanto de admiradores. Ayer vimos un resumen de lo que dio de si la semana para la chica, sus ideas para evitar que sus compañeros durmieran, el secuestro express de sus compañeros, los gritos de Terry desesperada y el increíble coraje y tozudez de Patricia para llevar a cabo la misión encomendada. Nunca jamás vimos a un concursante que se tomase tan a pecho una misión propuesta por la dirección del programa, tan vehemente sin importarle las consecuencias que pudiera sufrir por hacer de rabiar tanto a sus compañeros. Y es que, como dije ayer, Patricia es de los pocos concursantes que vive la experiencia exprimiendo su jugo al máximo. Eso se nota y traspasa la pantalla, y ayer ella volvió a conseguir que este espectador con la tele encima riera a carcajadas, de esas irrefrenables ante tanto disparate. Sí, he de confesarlo: ayer Patricia me ganó un poco más. Sólo una queja, y es que además de graciosa me parece algo “egoísta” y me explico. Ayer entraron en la casa los dos refuerzos, Arturo y Pepa. Era una noche dónde parte del protagonismo debía recaer en ellos y en la misión que tenían. Sin embargo, ella no supo ponerse en su sitio, eclipsando parte del protagonismo de Arturo entrando en la casa, que ni siquiera fue capaz de saludarle.

Del otro hilo conductor de la gala, el de Marcelo y Laura, se puede decir mucho. Si bien, seguramente diríamos cosas que ya hemos repetido en otras ocasiones. Los muchachos parecen gustarse, pero el hecho de que sus cuerpos estén vetados a tocarse y a dejarse llevar ha provocado que los sentimientos de amor dieran paso a los del odio. Estoy de acuerdo que Laura es la principal culpable de la situación. Es ella la que tiene una relación fuera, es ella quién en determinados momentos se ha visto obligada a poner el freno, y eso es lo que la cabrea. La mayoría de las discusiones son provocadas por la de Parla y ella es consciente de eso. Tal vez es una manera de intentar decir a su novio que todavía está ahí o lo mismo busca por todos los medios perder el cariño que tiene al malagueño. No obstante, a mí quién más me llama la atención es Marcelo.

Marcelo es un chico guapo y muy joven, narcisista, egocéntrico y extremadamente vanidoso. Esta semana ha escupido por su boca verdaderas chorradas que han contribuído a que yo le coja manía, cada vez más. Cómo por ejemplo cuando Laura confiesa que lo que más le llamó la atención es cómo la trata, "super bien" -que diría ella. Sin embargo, el imbécil éste, porque otro adjetivo no tengo para él, se molestó tanto llegando a decir que él prefiere destacar por ser guapo y no por cómo trata a los demás. Llegó a decir incluso que eso para él es secundario ¿Eing? Acaso no debería sentirse piropeado ante tal comentario. Y eso es algo que contrasta mucho, porque luego dice que da prioridad a la mente, que no puede estar con alguien inculto… Yo más bien diría que no puede estar con alguien que no sea guap@, o que no deje de alabar lo increíblemente bello que es. Luego tenemos la bronca porque Laura le llamó feo en modo de broma. El chico casi pierde los papeles con un comentario absurdo y que a mis ojos era inofensivo. Además, si tan convencido está de lo tremendo que es, ¿Por qué ese mosqueo?

Además de su vanidad, Marcelo ha demostrado su parte más oscura. Ya dije en las primeras semanas de concurso que creía que Marcelo era de los pocos que sabían leer en este concurso. Lo dije al verle en la casa en directo hablando con Julio. Entonces le ponía los pies en el suelo avisando que esto no va de salvar, sino de echar, explicándole los matices a tan pequeña diferencia. Entonces Julio comprendió la sobrada que se había pegado al acusar a Lydia de Don nadie y cambió. Hoy lo sigo manteniendo. Marcelo sabe leer en el juego y sabe que su situación es complicada, que se ha metido en un callejón sin salida con Laura. Por eso nos ha vendido unas mal disimuladas lágrimas artificiales en el confesionario, explicando lo impotente que se siente ante el acoso y derribo de Laura, acoso que fue propiciado por él mismo cuando, a sabiendas de la situación que ella tiene fuera, provocaba a la parleña para calentar el jacuzzi. No me creí sus lágrimas. Es un producto que vende a la audiencia para decirnos que él es el bueno y ella la mala malísima, que además es infiel. Una perra que debemos sacar del concurso. Pero si ella es una perra, él fue el zorro que la metió en esa situación.

Tras estos argumentos, vimos como Eduardo salía finalmente expulsado a favor de un mueble del Ikea que seguramente no sacará partido al juego. Catha sigue respirando en Guadalix, si bien, que sepamos que existe, se lo debemos a Yago, no a ella. Todavía lamento, a favor de un concurso entretenido, la expulsión de Edu. Ahora, también sentí que su entrevista fuera tan corta,. Exigencias del guión, imagino, pues los sucesos en las casas durante las galas no dieron tregua. Y eso es por culpa de Arturo y Pepa. Bueno, más de Pepa que de Arturo, las cosas como son.

Aún a día de hoy no comprendo como alguien puede quedarse reserva de Gran hermano y no seguir el concurso. Aunque sea mínimamente. Si al final tienes la oportunidad de entrar sabes que como reserva que eres tiene algo en contra para ganar. La audiencia suele valorar positivamente a los concursantes que vivieron encerrados más tiempo, por lo que cualquier arma para ganar adeptos cobra especial relevancia en el caso de los reservas. La información que uno puede recoger desde su casa antes de entrar puede ser vital para el paso por la casa. Primero para saber quién es el rival fuerte y el débil y segundo para poder obrar en consecuencia.

Arturo y Pepa tuvieron, más que una misión, un privilegio. Conocieron ambas casas y a todos los concursantes, si bien esta última parte la podían traer hecha desde casa, para después elegir con quién querían vivir. Y lo podían hacer cómo ellos deseasen con la única condición de dejar dos grupos igualados. Arturo apenas pudo opinar con criterio. Su decisión de no seguir el programa hizo que no tuviera la información necesaria para empezar a jugar. Pero por suerte no fue el caso de Pepa. ¡Ay, Pepa, como las lías pardas!

La nueva veterana de la edición optó por juntar a Chari con Rubén, alegando que los pobres ya habían estado mucho tiempo separados. Pero tras esa decisión sólo puedo ver los intereses de que salgan las miserias de cada uno. Rubén es un favorito a batir y curiosamente puede ser Chari quien erosione la imagen del muchacho. La audiencia ya lo siente santificado por lo que Chari le hizo al inicio, por lo que para bien poco podría mejorar. Sin embargo las discusiones pueden hacer mella y hacer que Rubén se queme. Pero no contenta con eso también quiso convivir con Yago y la yago manía. De nuevo prefiere rodearse de otro favorito, separarlo además de Joaquín (Su lacayo nominatorio) y tenerle cerca. Y lo eligió avisando a su compañero de lo “largo” que es. También se llevó a Patricia, otro de los puntales de la edición. Es decir, que quiso a los fuertes con ella y se los llevó a la casa bonita.

A la casa uno llevó a Marcelo con su “amada” Laura para no quitarnos ese guión, a Catha y Lydia para que bailen juntas, a Joaquín más solo que la una (pues con ella se llevó también a Marta -seguramente para poder expulsarla si no puede con los ‘favos’-), dejó a Jhota y se llevó a Terry, ya que éstos por separado de poco sirven, y terminó rellenando la casa blanca con Anup y Dámaso. Vamos, que todo volvió a cambiar y todo gracias a Pepa.

No obstante, mientras ella “elegía” con Arturo cómo distribuían las dos casas, los demás nominaban dejando en la picota a Laura, Lydia (Por tercera vez), Marta (también por tercera ocasión) y Joaquín (Su segunda). Y bueno, los paladines de la moral ya han vuelto a alzar sus teléfonos para echar a Laura, aunque con un margen pequeño de Joaquín. Pero yo, aunque a mí nadie me haga caso, no echaría a Laura. No le daría ese gustazo al mierda vanidoso de Marcelo, sino que la dejaría dentro para tocarle más las pelotas. Joaquín ya cumplió un ciclo, pero aunque me pese, sé que Lydia es la que menos da ahora mismo. No obstante, tengo debilidad por ella, así que, esperaré por la expulsión de Joaquín… ¿O tal vez Marta? Eso ya sería soñar.

Por cierto, cuando vi a Marcelo haciendo que lloraba para dar pena cómo grito de batalla de las carpeteras para que saquen a Laura del concurso, pensé que seguramente, para poder provocar la única lágrima que con mucha prudencia recoge con el dedo para que, disimuladamente, se vea ante la cámara, se concentraría pensando en un accidente que deformase su bello rostro. Sólo por algo así este tipo llora. Éste es como Noriega en “Abre lo ojos” ¿A que sí?

jueves, 18 de noviembre de 2010

Los refuerzos

Marta, una concursante cansada.



Si ha habido una edición dónde un suplente puede optar a ganar Gran hermano, como sucedió en GH9, sin lugar a dudas es ésta. Gran hermano 12 recibe hoy sus refuerzos, dos concursante que, según decían en Sálvame, son “normales”. Un calificativo curioso, más si tenemos en cuenta que para entrar en la famosa casa de Guadalix necesitas, por obligación, ser diferente, tener algo que llame suficientemente la atención como para que te elijan.

Supongo que el término “normal” que acuñaba ayer Kiko Hernández hacía una clara alusión a las quejas que hemos tenido tras ver a los 20 elegidos. Rostros semiconocidos y muchos sacados de una presunta cantera de MHYV que tan poco nos ha gustado. Por eso, las personas que hoy entran parece que no pertenecen a este perfil, si bien ya digo que no quiero que sean normales, personas grises que habiten en la casa como meros espectadores. No, los refuerzos de esta noche deben ser potentes. No hablo de hermosura, sino de carisma, de una personalidad atrayente. Algo que apenas vemos entre los concursantes que aún están en las casas.

Todas las esperanzas se centran en las dos personas que hoy entran. Presumiblemente un hombre y una mujer, para ocupar los puestos de Flor y Julio, reservas que tal vez hayan tenido que buscar más afondo, pues los esperábamos la semana pasada y sin embargo han tardado un poco más en llegar. Tal vez porque dentro de la cantera de reservas de este año, todos eran feroces y flores, lo que ha obligado a la dirección a iniciar un casting Express entre todo lo que desecharon al considerar que la audiencia no lo quería.

Mientras, las dos casas continúan con sus idas y venidas. Laura y Marcelo con ese romance venido a menos, Yago y Joaquín deshaciéndose del cuerpo de Catha como si entendieran que ya está eliminada, Marta amargándose por las esquinas, Patricia cantando sin parar y Chari y Rubén viviendo sus encuentros diarios de quince minutos que acaban hoy. Todos están ya a la espera, mirando con desconfianza a todo lo que les rodea, sabiendo a la perfección que el enemigo está en casa. Hoy tocará nominar tras la expulsión, si bien ya imaginan que además habrá alguna sorpresa, la entrada de aquellos que están dispuestos a arrebatarles el maletín que con tan poco esfuerzo pretender ganar. Y es que es algo que me llama mucho la atención. Muchos de los elegidos para este GH parecen estar cansados.

No paro de oír quejas por lo aburridos que están, deseos al aire de salir expulsados cuanto antes, lamentos incomprensibles por el ritmo del concurso y gente que no sale de sus camas o nichos. ¿Para eso querían entrar en Gran hermano? Y tan sólo llevan un mes, el año pasado estuvieron casi cinco encerrados y ya sólo a lo último se acusaba el cansancio, normal por otro lado. Éstos, sin embargo, ya vinieron cansados de sus casas, siendo muy pocos los que de verdad parecen disfrutar la experiencia. Patricia es una de ellas, una chica que bebe a sorbos, gota a gota, cada instante que está en la casa. Chari también parece disfrutar, aunque le disgusta estar rodeada de gente con tanta desgana, lo que le impide vivir una experiencia a la altura de GH, Lydia, Dámaso, Laura también parecen disfrutar… pero poco más. Los demás parecen que quieren apearse del juego cuanto antes.

Marcelo mismamente se quejaba ayer de esto, y rogaba por su pronta expulsión. Yago ya sabemos que ni siquiera se interesó por el casting, sino que la dirección fue a él. Terry creía que quería entrar, pero ahora se pasa el día enfadada, Rubén y Catha se limitan a orbitar como satélites inertes… y es una pena, pues de 62.000 personas digo yo que habría quienes quieren vivir la experiencia y no pasarla tumbados en la cama.

Achaco parte de la situación a lo increíblemente mal compenetrados que están en esta edición. Este año apenas saltó la chispa entre los concursantes, no hay empatía entre ellos. Son muy diferentes y no hacen por querer aprender de aquello que les podría dar el otro. Yago lo decía ayer: “Nos llevamos aquí fatal todos” aunque intenten lidiar con una convivencia como pueden. No vemos que se diviertan, apenas conversan, ni siquiera entran en el juego. Simplemente esperan a que la audiencia ejecute su sentencia. Y yo me pregunto ¿No sería mejor dejarlos marchar y que entren aquéllos que ansían por estar dentro?

Por eso mismo hoy cobran especial importancia los refuerzos, alguien que inyecte moral a todos o a unos cuantos. Necesitamos a gente que se comprometa, que logre conectar con sus compañeros, que nos arranque las carcajadas, que empiecen a existir lazos afectivos entre ellos. En definitiva, la verdadera vida en directo.

Para ello, nosotros como audiencia votante, tenemos otra especial misión. La dirección del programa debe enmendar sus errores iniciales de esta catastrófica selección, pero para poder resolverlo del todo necesita de nosotros, que saquemos del juego a los elementos que no aportan nada al concurso. ¿Para qué queremos a Catha en la casa? Esa chica apenas se la ve, salvo la discusión tonta y absurda que tuvo ayer con Yago. Es más, si no fuera por el gallego, ni siquiera la pondríamos cara, pues las veces que la vimos fueron porque el muchacho la hizo salir de algún modo. Catha es uno de los problemas de la edición. Una concursante inexistente… y es que, cada vez que la veo (en la rara ocasión que se la ve) no puedo evitar oír a Lydia en mi cabeza preguntando: “Pero ¿Qué haces con tu vida?”

martes, 16 de noviembre de 2010

Comprensión para Chari



La infidelidad es algo que está latente en todo momento en esta edición. Fue algo que empezó a sobrevolar las dos casas desde el inicio de la temporada con la relación de feroz y Chari mientras su novio estaba en la casa de al lado y que ahora cobra especial fuerza con la relación de amor odio de Marcelo y Laura. Ya han pasado varias semanas desde que feroz se alejó de Chari y que la choni de esta edición haya recuperado las formas delante de la cámara. No obstante, algo me dice que su imagen ya ha quedado del todo dañada de cara a la audiencia. Para muchos, Chari ha sido infiel y ya le han colgado la letra Escarlata. Ahora esperan ansiosos a que esté en la terna de los nominados para poder dar la justicia que se merece.

Parte de este sentimiento está promovido, sin darse cuenta, por el propio Rubén. El novio de Chari ha sido una pieza clave para el enjuiciamiento al cual se la quiere someter. El muchacho ha conseguido empatizar con parte de la audiencia, a día de hoy se perfila como un posible favorito, es guapo, no es creído, colaborara con las pruebas, con la casa, no deja de mentar a su novia cada segundo que tiene ocasión, se perfila como un tío sensible y abnegado en su relación de más de tres años y en consecuencia se convierte en la ‘víctima’ de esta historia. Mientras él lloraba desconsolado porque quería estar con Chari, ella se divertía con juegos calientes pero muy baratos con Dumber y feroz, juegos que provocaban ellos pero que Chari no ponía ningún tipo de resistencia en seguir

La relación de Rubén y Chari es una de ésas que son complicadas de entender. Ellos se presentaron al concurso afirmando que no estaban juntos, sin embargo en el momento que se reencontraron en la casa nos dieron muestras que no era así. Lo mismo volvieron sin darse cuenta, llevados por la emoción del momento durante la gala de presentación, cuando en realidad ya se daban por exnovios. Lo que no me cabe la menor duda es que estamos ante una relación inestable dónde muchos sucesos que desconocemos han determinado la situación real de la pareja.

Rubén no deja de vendérnosla como algo bonito y hermoso. Él siente completa admiración por su novia, la necesita a su lado, provocando una imagen tierna y romántica que no deja de ganar adeptos. Nadie duda en ponerse en la piel de este chico, a mi entender nada chulo ni creído –y éste, como diría Anup, sí tiene todo para serlo- sin embargo, son muy pocos los que se ponen en la piel de Chari. Algo que al principio fue difícil, pues su actitud con el actor de pacotilla hizo que la sentenciásemos (Pero no olvidemos que el actor ya estaba buscando a su actriz, siendo Chari la primera a quién se lo ofreció. Imaginaos por un momento, como el mismo Julio decía, un edredoning con el feroz mientras su novio está en la casa de al lado. ¡¡La de platós que hubieran hecho si ella hubiera accedido!!)

Su actitud de la primera semana hizo que no pudiéramos ver la relación real entre Rubén y Chari, pero con las semanas después sí hemos podido empezar a ver a través de pequeños retales la verdadera situación de una pareja que, no olvidemos, decían no serlo. Chari ha tenido verdaderas confidencias en la casa con Terry, Patricia y Jhota. La muchacha nos ha ido desvelando detalles sobre el estado de su relación con Rubén que diferían demasiado con lo que él explicaba desde la otra casa. Chari nos ha confesado, sin darse cuenta, que muchas veces ha dudado a la hora de seguir con él. Que había pensado en dejarlo, pero que había retrasado ese momento confiando en que la situación se resolviera o tal vez esperando reunir el coraje para poder poner el punto y final definitivo a una relación que se ha roto y ha empezado en varias ocasiones. Ella nos ha contado lo poco atento que Rubén ha sido con ella, que siempre le ha tocado esperar a que éste quisiera aparecer, que su relación en medio de la vida nocturna a las que estaban acostumbrados les ha llevado a una espera perpetua de la cual ya no estaba dispuesta. Chari se ha quejado de los pocos detalles que Rubén ha tenido con ella e incluso llegó a decir que cuando descubrió que él entraba en Gran hermano, pensó en desaparecer de su vida tras defenderle en el plató (Ya que no contaba con poder acompañarle en esta experiencia) siendo lo último que haría por él. No cabe duda que lo que Chari dice es muy distinto a lo que él nos vende desde la casa de al lado.

Rubén roza la perfección, y encima Chari le hace aún más bueno a los ojos de una audiencia que no se ha parado a escucharla. Él es el bueno y ella la mala, sin más matices a tener en cuenta, lo que al final me lleva a pensar que Rubén nos vende un papel mientras ella se desnuda sentimentalmente de cara a la audiencia mostrándonos los verdaderos sentimientos. Él finge ser el actor de la película romántica que se ha montado en su cabeza mientras que ella confiesa sin tapujos los puntos negros de su relación. Sin embargo hay veces que Rubén se descubre. Su carta de amor a Chari sin ir más lejos dejaba entrever que las quejas de ella son ciertas, cuando él mismo decía que ahora sí se replanteaba tener hijos y el matrimonio. Ella siempre quiso más de esa relación, pero por fin vemos que era él quién no estaba dispuesto a dárselo.

Ahora la pareja parece volver a un estado de pasión gracias a los quince minutos que Jhota tiene para visitar la casa de los vecinos, visita que ha cedido muy gentilmente a Chari. Chari necesitaba ver a Rubén, pues las voces que le llegan de la otra casa describen a su novio de un modo diferente a como ella se lo imagina. Algo no casaba para Chari cuando Patricia le contó lo increíblemente insistente que es él, cuando en su vida fuera de GH éste parece no acordarse mucho de ella, y ahora Chari vive las visitas con una gran expectación ¿Es el mismo Rubén que ella conoce? ¿Ha cambiado gracias a GH? O la peor de las dudas ¿Sólo es un reflejo elevado a la máxima potencia debido a la experiencia que están viviendo? Ahora mismo están viviendo en una burbuja, los problemas cotidianos que sufrían han quedado aparcados afuera, pudiendo vivir una especie de cuento que les permite revivir el inicio de su historia en el momento más bonito. Chari visita a Rubén con cierta ilusión pero también con cierta duda. Sus ojos lo dicen todo. No se lo cree del todo, pese a los continuos abrazos y los repetidos llantos que el muchacho tiene tras verse cada día. Sin embargo, para los del fuera, ella es la mala debido a su torpeza inicial.

Chari es una gran concursante. Sabe relacionarse con todos, y al igual que su novio, colabora con las pruebas, con la casa, mantiene interesantes conversaciones con su grupo y no tiene ningún reparo en mostrarse tal cual es, de enseñarnos a la Chari auténtica, la que entró en GH cuando ya contaba que no lo haría, quién entró junto con su exnovio aunque sin saber muy bien cuando volvió con él. Además es una de las pocas que vive la experiencia con ilusión, seguramente apurando cada segundo consciente de las veces que quiso vivir la experiencia pero tuvo que conformarse con verla por la tele, como nosotros. Por eso, cada vez me parece más injusto la apreciación de la gente, que la sigue juzgando por dos tonteos, aunque también su imagen de choni no la ayuda para conectar con la mayoría.

Personalmente los dos tonteos por los que se la juzga no me parecen muy relevantes. Fueron como consecuencia de un juego tonto y calentón que no iba a ningún lado, sin ningún tipo de proyección más allá de reírse. Mucho peor es lo de Laura, que manifiesta abiertamente sentimientos e incluso pone en duda lo que es en su relación con el chico que tiene fuera.

Ahora, para acabar, toquemos un poco a los nominados. Sigo manifestando mi deseo para que Catha sea la próxima expulsada, porque sigo valorando la capacidad de interacción de los concursantes, y el de ésta es completamente nula. Catha sólo son puntos con los que Yago y Joaquín juegan, porque más allá de su presencia para los juegos nominatorios, la chica no aporta nada. Mientras que Terry y Eduardo consiguen darnos mucho de qué hablar. Personalmente me parece que estamos ante dos personas bastante vehementes y que aportan un toque distinto. Y Lydia, qué queréis que os diga. Vale que no sea aún protagonista de ninguno de los frentes que tenemos abiertos, pero es una pieza clave para su grupo, confidente de muchas de las conversaciones que podemos ver. Aparte es tierna, muy gusiluz. Por tanto, apeemos del juego a Catha

viernes, 12 de noviembre de 2010

Patricia habló con un árbol

Fotografía extraída de www.granhermano.com




Si tuviera que decir cuándo ha empezado Gran hermano, tal vez diría que ayer. Qué gusto, después de las soporíferas galas anteriores, ver una dónde hay un entrevistado interesante al cual se le enseña vídeos suyos para que explique su verdadero paso por la casa, unas nominaciones que alteran a los concursantes, un cambio de casa inesperado y uno de los momentos más mágicos del programa, uno de esos que pasará a los anales de la historia de Gran hermano con otros momentos irrepetibles como Nuria y la vaca, Ana y Chiqui saqueando la nevera, Melanie recibiendo a los Dannys…

Sé que mucha gente no lo ve así, pero el rato en el que Patricia entró en un bosque encantado, cual Alicia en el país de las Maravillas, me lo pasé en grande. No sabía si reír, llorar o hacer todo junto en una situación tan surrealista como la chica que lo protagonizaba. Patricia sentada en un trono rodeada de plantas y hablando con un árbol que le estaba dando la oportunidad de elegir en qué casa vivir la próxima semana. Diría que de verdad se creía hablar con un árbol, o al menos siguió el juego que le propusieron con una naturalidad propia de un niño pequeño, consiguiendo arrancarnos las carcajadas, pero de la sanas.

Ante todo he de confesar que no me gustó la expulsión de Julia. Ella no deja de ser un concursante de perfil similar al de Tatiana o Bea, chicas que incluso tuvieron una gran cantidad de adeptos. Julia era la concursante sincera de este año, la que no se calla incluso cuando está mal hablar, la que dice lo que siente cómo sabe decirlo aunque sus formas no sean propicias para llevarlas a un palacio. A Julia eso es lo de menos y sabe que aquí, en España, el lenguaje del taco es el más utilizado, el más directo, el que todos entendemos. Lástima que los paladines de la moral decidieran apearla del juego, quitándonos así a uno de los elementos que más juego podría habernos dado, una chica capaz de convertir la casa en un ciclón, de alterar a todos, levantar odios y pasiones… No tuvo tiempo de levantar las pasiones necesarias para que se organizasen para evitar su salida, y ayer se despedía de Gran hermano con más del 60% de los votos en contra.

Atrás dejó a Patricia, la monstruito, su gran enemiga que ayer la derrotaba momentos antes de entrar en su bosque. Y pese a todo, no podemos negar que esta chica de cejas mal pintadas está empezando a convertirse en una de las protagonistas indiscutibles de esta edición. De momento aglomera más minutos que la mayoría de sus compañeros, tan sólo levemente eclipsada esta semana por Laura y Marcelo, que viven uno de esos romances que tanto nos gustan -de los de quiero y no puedo y eso me enfada y me cabrea-. Patricia además está consiguiendo algo importante de cara a la audiencia, y son enemigos. Está en boca de todos, la critican y evitan comprenderla, lo que al final siempre deriva en un sentimiento de protección por parte de nosotros, los votantes. Tan sólo corre un riesgo, y es el de quemarse, pues su actitud tan graciosa, risueña y divertida puede provocar el sentimiento contrario y que todos los que de momento la dejan en la casa terminen votándola. Por eso tal vez debería dosificar sus dosis de histrionismo, y sobre todo intentar mantener las composturas en los momentos más álgidos del programa. No puede estar enfrentándose a la expulsión entre sollozos, más cuando ya ha sido salvada (Y ya por segunda vez)

Después de ella, como he mencionado, Laura y Marcelo se han convertido en los protagonistas de una gala con argumento y guión, y sin una Mercedes sin disfraz (¿Qué pasó en esta ocasión? ¿No prosperó la idea de los modelitos de estudiantes?) Los chicos están con un tira y afloja sobre lo que sienten y no sienten, jugando a un juego que evidentemente ha terminado por quemarles. Y encima por una chorrada. La discusión, que como ya sabréis -seguidores de GH- fue porque Marcelo salpicó a Laura mientras se enjuagaba, con intención o no eso lo dejamos para ellos, produciéndose un cara a cara que terminó con Marcelo nominando a la muchacha -y entonces Toscano vino a mi memoria nominando a Tatiana- alegando que nunca antes una chica le había tratado tan mal como ella. Coherencia tuvo el muchacho, si bien no la tuvo los días previos mediante el acoso y derribo al cual sometió a la de Parla sólo porque ansía tener sexo en la casa de GH. Yo le propondría que lo tuviera con Dámaso, personalmente me lo creería más que con Laura, aunque en realidad el mayor problema lo tiene ella, que tiene una relación de casi ocho años.

En cuanto a las nominaciones, el cambio de casa hizo que votaran de un modo diferente, un modo que hizo que Lydia no se salvase (Ya que no pudo bajar un dedo disimuladamente para perder votos), e impidiendo que los pactos nominatorios de los antiguos habitantes de las habitaciones rosa y azul (Ahora en el dormitorio unificado de color blanco con nichos muy cómodos para los juegos de cama de la pareja con una hora sin cámaras más sosa de la historia -si es que llegaron a consumar-) llegasen a buen puerto. El resultado se saldó con Terry y Catha en la casa blanca y Lydia y Eduardo en la casa de colores, lo que nos da una oportunidad única para quitarnos a los muebles del Ikea.

No nos dejemos llevar por el odio que despierte Eduardo en todos nosotros. Es un sordo muy cabrón, dictatorial, criticón pero ha conseguido conectar con todos aunque sea para ponerle a parir. Eduardo aún tiene muchas broncas que protagonizar, mucho que desestabilizad. Lo mismo pasa con Terry, tan soberbia como pequeña. Ahora sólo me quedan Lydia y Catha, si bien de entre las dos yo lo tengo muy claro.

Pese a las pocas oportunidades que ha tenido Lydia de mostrarse ante la audiencia, me gustaría seguir apostando por la chica de extensiones y pechos operado que baila en trikini, pues ha habido momentos puntuales que sí me han gustado: como cuando feroz le avisó de los miles de fans que tiene y le salvarían, a lo que ella contestó: “Claro, tío, si tienes tope fans. Ya ves, tú” con un tono evidentemente incrédulo, pasando de la sobrada que se estaba pegando el actor de pacotilla. También manifestó en la casa otra gran verdad a la hora de ver a los vecinos como rivales, si mañana cambian de casa y pasan a ser compañeros. Sólo le falta algo más de ese no se qué, alguien que la haga demostrarnos que ahí está. Mientras, en el otro lado tenemos a Cathaisa… y de ésta sí que no sé qué decir. Es tan sosa que me da hasta pereza escribir sobre ella. Me sobra, totalmente. Por eso esta semana lo tengo clarísimo. El expulsado desde ser este ente que orbita por la casa sin pena ni gloria.

No seamos idiotas. Ya hemos perdido un filón con Julia. No hagamos lo mismo esta semana, no seamos nosotros quienes nos carguemos Gran hermano. Por cierto, de los reservas no se sabe nada. Seguiremos esperando al ganador de este año.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Yago y ¿la yagomanía?



Aún es pronto para vislumbrar favoritos en esta edición. Lo es si tenemos en cuenta que todavía nos quedan unos cuantos meses por delante y que las tramas en las dos casas más la posterior unificación pueden otorgar vaivenes sobre los favoritos llamados a ganar la presente edición. De momento podemos decir que ya tenemos a dos chicas que, presumiblemente, se salvarán por segunda vez consecutiva de la nominación. Hablo de Marta y Patricia, si bien esta última lo hace por semana consecutiva y posiblemente esté en la terna de nominados de la semana entrante mientras que Marta pasó una primera nominación en el más completo anonimato. Rubén y Marcelo tienen media victoria ganada: son chicos jóvenes y guapos, lo que hace un efecto llamada entre las féminas para alzarlos a la futura final, aunque Rubén cuenta con algo a favor: su novia. La actitud de Chari, sus confidencias sobre lo mal que está la relación mientras él desde la casa de al lado sólo piensa en matrimonio hace que cierta pena surja entre los espectadores, haciendo en definitiva que empaticemos más con este musculitos que jamás lo vimos como uno de los vigoréxico –tal ve por que él sí utiliza camiseta-. Sin embargo Marcelo se está metiendo en extraños jardines, en arenas movedizas con su no-relación con Laura, algo que, quién sabe si le puede pasar factura.

Más allá de esto parece que no se despunta un favorito más. Bueno, uno más si: Yago. Sin saber muy bien por qué, esta última semana ha empezado a emerger en torno al gallego un fenómeno fan que han denominado la ‘yagomanía”. Un fenómeno que aún no comparto, vamos que ni tan siquiera entiendo. Más que Yagomanía, en mi caso es manía a Yago.

Los argumentos de manejan los nuevos fieles al muchacho son curiosos. El primero es que han visto un Yago diferente desde que perdió a Dumber (El azafato del Toma Cero) y a feroz. Sin sus dos secuaces, los humos se le han bajado en gran medida, consciente que su estrategia hasta la fecha no funcionaba. Su humor con ellos no calaba en la audiencia lo que le ha obligado a recular. Personalmente no yo he visto un cambio en su humor. Sigo viéndole igual, sólo que sin sus dos súbditos parece que los comentarios que hace ya no los dice desde la prepotencia esa que tanto nos desesperaba. Dicen que es un estratega, de ésos que cuentan en el confesionario qué hace y por qué lo hace, sin engañarnos, aunque tenga a toda la casa creyendo que Yago es de otra manera. Y por último, la cama. Yago se pasa todo el día metido en su cama, dejando que los demás se quemen por las peculiaridades de una convivencia difícil dónde no hay comida que llevarse a la boca. Desde su colchón maquina todo, sin dar un palo al agua, algo que también ya hemos visto en anteriores ediciones. La décima para ser más exactos, sólo que el lugar elegido para vagear entonces era el jacuzzi, y curiosamente el vago de entonces era otro modelo, como ahora. Sus máximas hazañas para ganar adeptos, los fundadores de la yagomanía, son dos básicamente: ser sincero con nosotros diciendo que adora la píldora de todos sus compañeros para no caer nominado pero en realidad les cae como el culo y a ironía de sus comentarios, que ganan más gracia al ver cómo los hace desnudo, tapado por su edredón y en su continua posición horizontal. ¿Suficiente para ganar adeptos? Parece que sí, aunque no sabemos cuántos.

Mientras Yago escupe comentarios ingeniosos desde su cama, los demás han optado por hacer vida por el resto de la casa. Contrasta lo que sucede en ambas casas. La uno parece más unida, pese a las diferencias existentes entre los concursantes, aunque tal vez sea sólo un reflejo debido a que sólo hay una habitación. La casa 2 muestra divisiones más claras y definidas gracias a los dos dormitorios, la azul capitaneada por Yago o por la cama (no sé dónde empieza uno y acaba el otro) con Marta, Joaquín y una chica decorativa que no nos sirve para nada. Bueno, a Yago sí, para hacerla de rabiar cuando se aburre, y en el dormitorio rosa a Terry, Jotha, Chari y Patricia. Es una división clara entre “guapos” y críos, si bien éstos últimos, como críos que son, pierden el tiempo en discutir entre ellos (Terry y Jotha)

Hoy tenemos expulsión, y de las malas. Hoy, gane quien gane, nosotros perdemos. Perdemos a un concursante dispuesto a dar mucho por el programa mientras otros siguen en su función de mueble del Ikea. Parece que será Julia la expulsada, perdiendo así a uno de los puntos desestabilizadores de esta edición. Patricia le sigue en las votaciones (de las encuestas, claro) aunque si fuera ella la eliminada perderíamos a una de las primeras protagonista de este año, pues esta chica es una de las que más minutos aglomera en galas, resúmenes y debates. Anup está a salvo esta semana, pese a estar nominado. La España eternamente dividida en dos le ha obviado en esta ocasión, si bien ya nos está enseñando la patita. Se le ve terco, obstinado y un tanto dictatorial, lo que posiblemente le termine convirtiendo en un buen malo de la edición. Y ya sabemos que sin malos a los que batir en duelo, las historias no se mueven. Por último está Marta, también nominada pero obviada por la audiencia. La chica sigue despuntando por poco, por sus simples pajas a Joaquín y porque ha pedido la hora sin cámaras. Aunque al menos nos invitar a mirar qué hace.

La gala de hoy se complementa con las nominaciones, parece que ahora sí con mecanismos invertidos entre las casas, aunque no descarto que sea un nuevo error en la nota de prensa, y con una nueva parte habitable que será descubierta por uno de los nominados salvados. Me atrevería a aventurar que será Patricia la encargada de descubrir esta nueva zona. Su forma de ser invita a que todos nos riamos y seguro que su ilusión por ser la primera que pise dicho espacio nos dará momentos irrepetibles, similares a otros ya vividos como el de Ana Toro y Chiqui saqueando la nevera o Melanie haciendo de anfitriona con los Dannys. Lo mismo hasta la dejan una semana sola ahí encerrada, cantando sin parar, e incluso pudiéndose salvar de la nominación. Quién sabe. Ahora, de los reservas no se sabe nada de nada ¿Estarán haciendo un nuevo casting Express porque los reservas que tenían son igual de malos que los que ya están dentro? Algo me dice que sí.