jueves, 13 de enero de 2011

Quien con niños se acuesta, mojado se levanta



Esta semana de concurso ha sido, posiblemente, la semana más dura de todas cuantas hayamos visto en lo que llevamos de edición. El grupo de los alegres ha quedado finalmente disgregado en dos, con los nuevos alegres y los nuevos tristes, un movimiento que poco a poco todos ya vaticinábamos debido a la inevitable nominación entre el grupo mayoritario. Los nuevos tristes son ahora Marcelo y Laura, que se han separado de quienes fueron hasta entonces sus aliados y han reclutado a los satélites que orbitaban solos para hacer más fuerte su causa: Marta y Dámaso. Así la casa ha quedado dividida en dos grupos más o menos equitativos. Laura, Marcelo, Marta y Dámaso por un lado mientras que en el otro quedaban Jhota, Lydia, Terry, Patricia y Catha, grupos que quedarán igualados si esta noche se cumplen las estadísticas y el retrorapero abandona la casa, equilibrio que podría romperse minutos más tarde en función de los dos (o tres) repescados. Si en lugar de salir expulsado Jhota (O Patricia) saliera Laura o Marta volveríamos a tener una idéntica situación a la de hace un mes, dónde el grupo mayoritario extermina al pequeño con la ayuda de la audiencia, aunque dudo que esto vaya a suceder.

La posibilidad de igualar fuerzas o descompensar el juego de grupos ha estado muy presente esta semana. De ahí que hayamos presenciado la semana más conflictiva, semana dónde los concursantes se han dicho de todo, han discutido por todo y si no se han zurrado, poco les ha faltado. Cualquier cosa dicha o hecha por una parte ha servido de pretexto para la otra para iniciar cada batalla. Unas veces saltaba Laura, otras Jhota, otras Marcelo y hasta la mismísima Patricia. Esta semana ya no ha habido cabida para muebles y ha obligado a todos, incluso a Catha y a Lydia a posicionarse, a mostrar las cartas que llevan para la próxima nominación. Ya van siendo menos en la casa, y por tanto hay menos lugares dónde esconderse. Ahora, el ojo de Gran hermano ha pasado por todos, por los nueve que concursan oficialmente, y ha hecho una curiosa radiografía de diferentes análisis.

He de decir que la mayoría de las disputas que han surgido eran ridículas cuanto menos, y las maneras de llevarlas a cabo era infantiles. Es una pena que gente, que supuestamente es adulta, discuta y utilice argumentos como “Te voy a dar dónde más te duele: eres fea”, pero peor aún  es quedarte tan ofendido por que te digan algo así. La chavalería que nos rodea ha pisado con fuerza esta semana haciendo latente lo que son: un grupo de niños dónde ni siquiera los más mayores han sabido dar ejemplo.

Ahí hay más niños a parte de Jhota, Dámaso y Marcelo, que rondan los 20 años. Ni Catha, ni Lydia y mucho menos Laura, que son algo más mayores, han sabido dar gala a su verdadera edad, entrando y poniéndose a la altura de discusiones de chicos de instituto, con argumentos de niños de primaria. Ninguno maneja con soltura el arte de discutir, ni la ironía, ni el don de la argumentación… Las peleas que han protagonizado se basaban en un intercambio de afrentas seguidas de la repetición de “tú eres peor” o “tú más que yo”. Sólo les faltó decir “Rebota, rebota que tu culo explota”. Sin embargo, ante tanta vulgaridad sobreexpuesta durante 24 horas al día, ha habido interesantes detalles para someter a análisis. La primera de ellas es Patricia. La chica cándida, con rechazo al sexo (O eso ha dicho su madre en el blog de Kiko) y que juega el papel de la victima.

Durante todo el concurso Patricia se ha mostrado como una chica divertida e infantil que no tuvo una infancia del todo divertida. Lo ha dicho desde el inicio del juego pero esta semana lo ha repetido hasta la saciedad. Según ha contado, ella fue víctima de acoso escolar. Ha explicado hasta qué punto está acostumbrada a las burlas y las mofas, a tener a todo el mundo en contra… Algo que no me cabe duda provocará una gran empatía entre el público. A la audiencia nos pirra estas historias, y hacerlas ganadoras como recompensa a una vida tan plagada de injusticias. Es el cuento del patito feo, que al final se convierte en un hermoso cisne. Sin embargo este cisne es diferente a cómo se nos vende. Patricia ha sido esta semana una de las más guerreras. Tras su discurso de pobrecita mía, dónde se ha resguardado para someter juicios de valor de lo que tenemos que hacer con la próxima expulsión, Patricia ha mostrado su lado más guerrero. Ha provocado disputas, ha sacado los alfileres y ha pinchado con sutileza, provocando que sus nuevos enemigos se crispen mientras ella sonríe y cuentas sus penas y desgracia, como si se tratase de todo un ejemplo de superación. Con una gran habilidad, Patricia ha conseguido enrabietar a los otros, especialmente a Marcelo, y cuanto más se cabreaba éste, más sonreía ella invitando a la audiencia a quererla. No es tonta, nada de eso. En medio de los ataques infantiles de esta semana, la más niña de todos ha sabido moverse como pez en el agua, y diría que hasta consiguió tumbar a más de uno.

El mayor problema es que, seguramente, sus planes no funcionarán del todo, y aunque ella no saldrá expulsada, sí lo hará alguien de su grupo. Caerá ni más ni menos quién creen que es el rey, dejando dos grupos de cuatro personas cada uno frente a unas nominaciones dónde se repartirán puntos como panes. Será un sálvese quién pueda.

La semana siguiente puede ser algo más tranquila sin Jhota. El grupo de Patricia habrá visto las orejas al lobo, tendrán la primera baja de su grupo y eso puede convertirles en un grupo menos alegre. Sobre todo porque no entenderán nuestras motivaciones para echarle a él y dejar en la casa a una chica como Laura, que grita y discute casi a diario. El caso de Laura es uno de los más difíciles de analizar. El vulgar, ordinaria e ignorante, pero es que además le gusta serlo, alardea de ello como si fuera algo de lo que sentirse orgullosa. Tampoco podemos olvidar que dejó a su novio durante uno de sus confes, decidió permanecer en la casa pese a la subida de tensión que le dio a su madre por lo que estaba haciendo y sin embargo el peso de la moralidad de la audiencia no ha caído sobre ella. A Laura se lo perdonamos todo, y ahora mismo es quién más apoyo acumula en la página de granhermano.com. Estamos ante una favorita que si lo es, es precisamente por la transparencia que esta teniendo. Laura es de las pocas que actúa en la casa sin importarle cómo caiga fuera, o al menos lo hace por impulso para arrepentirse cuando ya es demasiado tarde.

La otra incógnita de esta noche está en la repesca. Si entran dos o tres, aún no lo sabemos, aunque imaginamos que dependerá del puesto que obtengan los dos teatreros. Gran hermano los quiere dentro a cualquier precio, aunque tengan que alargar el concurso una semana más. A mí no me gustaría que entrase Rubén, y tampoco Chari. Han intentado engañarnos con un descaro similar al de Feroz y Flor. Han mentido fuera y dentro de la casa sobre su relación, jugando con la ambigüedad de si vuelven o no. Pero que se dejen de chorradas. Todos sabemos que están juntos y que la tontería de esta semana está pactada para intentar por todos los medios entrar en la casa. Chari es quién asumirá el papel de mala para allanar el camino a su macho alfa. Así Rubén puede entrar en el juego con un aura de martirio que conmoverá a la audiencia. Sólo así podrá ganar para después compartir el premio con ella. Por eso, me niego a creer que estos dos impostores entren de nuevo, y que lo hagan encima con nuestros votos.

De los cinco que optan a la repesca, metería sin reservas a Yago. No es que piense que pueda ganar, pero su llegada a la casa justo cuando los grupos se encuentran divididos en dos se me antoja como una pequeña exquisitez. Sabe que Laura es favorita, que su antigua aliada Marta se ha juntado con ella, no soporta a Terry y conoce todo lo que ha pasado y lo que se cuece fuera. Yago, pese a la torpeza que tuvo jugando debido a que no se conocía el juego, es uno de los concursantes más inteligentes. Sabe analizar el juego y procura poner medios para llevar a cabo sus planes. Por eso quiero que entre. Es el mejor elemento desestabilizador para romper la igualdad de los grupos, siendo capaz de juntar a toda la casa para poner a la palestra a tres favoritos y cargarse así a uno.

Con Yago me gustaría que entrase Mireia (Que sorprendentemente es quien gana en la encuesta de este blog, aunque dudo que sea así en la votación real). No por nada en especial. Supongo que simplemente para que tenga la oportunidad de hacer lo que no pudo en su primera instancia en la casa. Además, esta semana ha sido una gran confidente de Chari y Rubén. Ha hablado con uno y otro para ver qué pasaba en su relación, o incluso me atrevería a decir que intentando que volvieran (O mejor dicho, que dejasen el teatro). Seguro que lo hizo consciente que, si quiere tener una oportunidad para entrar en la casa, necesitaba que ellos reconozcan que están juntos. La audiencia se enfadaría si lo hicieran y lo mismo hasta retiraba el apoyo a San Rubén. El problema es que Rubén sabe que no puede bajar el telón. Si él tiene opciones a entrar, y quién no dice ganar, es porque ha conmovido a una parte de la audiencia con su engaño.

De cualquier modo, todas estas incógnitas se despegarán esta noche a las diez. Tengo más claro el expulsado, como la entrada del mártir de GH12, pero me genera más expectación lo que pasará con el segundo (Y tercer) repescado, la reacción de la casa y la nueva ronda de nominaciones.


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