martes, 4 de noviembre de 2014

Luis nos engaña

La dirección comunica la tarjeta amarilla a Omar y Luis

Esta semana lo más llamativo que ha sucedido en la casa, aparte de las no-relaciones de los primos con Yolanda y Azahara, ha sido el enfrentamiento de Luis con Omar. Omar vuelve así, tras dos semanas de descanso, al disparadero de la acción, a convertirse nuevamente en protagonista indiscutible de esta edición, y por enésima vez, es un protagonismo que el de Carabanchel no ha buscado, sino que le viene dado, en este caso, por el torero. 

Hace mucho tiempo que dejé de creerme al torero. Su acercamiento con Paula no fue fortuito, hacerse amigo y compinche de las infantilidades de Paula no es gratuito y que esta semana, estando nominado, haya buscado un enfrentamiento con Omar tampoco ha sido casual. 

Luis puede ser tan manipulador como lo es Fran. Ha tenido un buen maestro durante todo el tiempo en el que se conocen (dato que desconocemos, pero que asumimos que el suficiente como para que Fran haya aleccionado perfectamente a su pupilo) y prueba de ello es que ambos tienen un modo de proceder similar. Fran es más condescendiente con el grupo y su misión principal es la de agradar a la casa para evitar nominaciones, mientras Luis intenta engañar a la audiencia con sus discursos de falsa moral y aliándose con una de las favoritas de esta edición. En realidad es una estrategia muy clara. Fran se gana a la casa y Luis intenta hacer lo propio con los espectadores. Es como si Fran hubiera decidido allanar el camino para que Luis gane el concurso. Pero a la hora de la verdad podemos ver comportamientos similares. A los dos les gusta comer la cabeza a sus compañeros, siempre lo hacen en conversaciones a solas, sin testigos, y después siempre tergiversan lo que pasa para que los demás crean una versión que los beneficia. 

El plan parecía bueno, pero algo les ha salido mal. Dos cosas en realidad: la primera fue una pelota lanzada por el novio de Azahara en la que prevenía a la casa de la falsedad de Fran. La segunda fue la despedida de Alfredo hacia el apoderado. Fran intentó minimizar los daños todo lo que pudo con argumentos de lo más inverosímiles, pero al final el mensaje caló en la casa y se saldó con la nominación. Se expuso Luis, porque Fran ya lo había hecho durante la primera ronda de nominaciones, aunque seguramente la casa hubiera preferido que hubiera repetido Fran en la palestra (y nosotros también), e inmediatamente empezaron a decir que los habían votado porque los veían fuertes. Supongo que ese argumento debería satisfacer a las primas, que siempre han salido nominadas salvo las dos veces que fueron inmunes… solo que cuando nominan a Alejandra y Yolanda lo hacen porque se lo merecen… pero si los votan a ellos es por miedo. Curioso. 

Lo peor de todo para Luis era la lista de nominados. No le hubiera importado salir a la palestra si con él hubiera salido Omar. Todos saben que es un enemigo fácil de batir en este momento. Sin embargo, con él salió Jonathan y Loli. Algo había fallado, algo no encajaba en esa lista en la que faltaba el clan de Carabanchel o Paula. Y es que sin Shaima, expulsada esa noche, y las primas, inmunes, las votaciones salieron por donde menos lo esperaban.

Luis no se ha medido antes con la audiencia, a su compañero se le tacha de falso y el público aplaudió con Alfredo… Hay riesgos reales para que el torero asumiera que tenía que hacer algo para sobrevivir a esta expulsión y esperó paciente hasta la primera oportunidad para arremeter contra el más débil en cuestión de popularidad, porque buscar un conflicto con Omar es buscar el aplauso fácil.

Viernes noche y una vez más el alcohol hizo de las suyas. Empezó Omar con un comentario ridículo. Estaban haciendo el tonto en el confesionario, Luis pidió ayuda para que lo levantaran del suelo y Omar le recomendó que pidiera ayuda a Paula, ya que siempre está con ella. Llamémoslo pelusa, celos o lo que queramos. Es un hecho que Omar está pendiente de lo que pasa entre la extraña y repentina relación que une al torero con la protagonista de la edición. No obstante, que le diga que le ayude Paula entre risas tampoco me parece una gran ofensa. Aun así, Paula brota malamente con Luis, mientras Omar seguía en la fiesta con el resto de compañeros. Paula no quería consentir que Omar pronunciase su nombre, aunque sea para una nimiedad como ésa. Ella, que también está pendiente de él, no tolera nada que pueda salir de la boca de Omar y quiso discutir, porque discutir, al fin y al cabo, es una manera de comunicarse, cosa que hacen en muy rara ocasión. Era una manera de romper la guerra fría, hacerla caliente… y quién no nos dice que después de una bronca no llega la verdadera reconciliación. Sin embargo, Luis se lo impide, porque como ya hemos visto, Luis no quiere que la gente sea tal cual. Ahí empieza una vez más ese discurso que a mí me da mucha pereza. No puedo evitar acordarme de Pepe Herrero cuando este chico habla de crecer como persona. Castra a Paula, la cohíbe y durante un buen rato, los dos quedan apartados del grupo, con Paula queriendo buscar a Omar y Luis frenando sus intenciones.

El problema se agravó cuando Omar, que está tan pendiente de ellos, vio que había movida entre los hermanísimos, una movida porque Paula quería discutir con Omar y él no la dejaba, y quería discutir porque antes había dicho Omar a Luis que pidiera ayuda a Paula para levantarse del suelo. Muy absurdo todo.  Omar se acercó con su cuchillo de mentira y se lo ofreció para que se apuñalaran. Seguía siendo una broma mal hecha a personas con las que no debería bromear, ya que no tiene una buena relación con ellos. Aun así, no deja de ser una broma que deberían haber ignorado. Y aquí empieza la tergiversación.

Luis asegura que en un momento de la conversación Omar le falta al respeto, porque él le dice que no se va a poner a su altura y Omar le contesta que Luis jamás llegaría a su altura. Pues bien, según lo veo, el primero que falta ahí es Luis al presuponer que no está a la altura de Omar, que el de Carabanchel está por debajo. Omar lo que hace es defenderse del primer ataque directo. Y no es santo de mi devoción, pero al César lo que es del César.

La conversación queda ahí, pero Luis ya está viendo el cielo abierto para darnos otra lección de moral, ésa que tanto le gusta imponer. Y entonces el predicador se levantó, buscó de nuevo a Omar y quiso continuar con la conversación, pero a solas… Que nadie escuche lo que van a decirse es importante. Así siempre será su palabra contra la de alguien que ya está desacreditado. 

Lo que ya vino después fue aún más absurdo. Empezaron hablando en el servicio y luego en el vestidor, siempre buscando la más estricta intimidad. Luis es más cerebral mientras Omar es más visceral. Eso lo sabemos todos, incluso ellos. Por lo que no me cabe la menor duda que Luis estaba buscando que Omar le diera una hostia. Así de simple. Sus formas de hablar, de increparle, de retarle… incluso cuando el mismo Omar, consciente de que se estaba calentando, quería marcharse, el torero seguía atacando acusándolo de cobarde (Ahí era Omar quién quería dar un paso atrás, como más tarde aconsejaría el súper). Luis provocó constantemente esperando accionar el botón que hiciera saltar a Omar. Hasta que al final ¡PIN! Botón accionado y Omar empezó a perder la compostura. Me resultó llamativo cómo Luis le pedía que se sentara para hablar, y Omar le decía que se levantara, que no iba a ser siempre lo que él quería, e incluso le advirtió que se había levantado porque se estaba poniendo nervioso. Y pese a ello, el torero siguió.

Luis confiaba que la maniobra le saliera bien. Estaba discutiendo con el villano de esta edición, estaba sacando la cara por la favorita, se estaba arriesgando... Seguro que esperaba que la audiencia aplaudiera a rabiar por poner en alto cosas como “eres un maltratador psicológico”. Si conseguía que Omar le atizara, mejor. Y consiguió un empujón. Estoy seguro que si en ese momento alguien pasa con un vaso de agua, Omar se lo vacía en la cabeza. 
La última secuencia no la vimos, cuando el súper interviene para zanjar una discusión que se había ido de madre.

Más tarde pudimos ver a Omar en el confesionario reconociendo el empujón y que había perdido la compostura… Mientras Luis iba por la casa asegurando que la dirección estaba valorando expulsar a su enemigo por el dichoso empujón. Él era el bueno, que solo quería hablar y se encontró con un señor de «ideas desordenadas». Es curioso que él mismo no se hubiera aplicado la lógica que impone a los demás, sobre todo a Paula. Si veía a Omar en esa actitud, ¿por qué forzó la bronca en lugar de marcharse y dejarlo estar?

Se sentía victorioso y entonces empezó a decir que quería medirse con Omar en la siguiente nominación para ver a quién quería España. Primera conclusión: está diciendo que no le echemos el jueves para que pueda retarse con su enemigo. Y segunda conclusión: Luis prefiere retarse con Omar, que ya está visto para sentencia, para atribuirse la victoria. Pero aunque saliera nominado con él y echásemos al de Carabanchel (Algo cantado), no será por Luis. En todo caso, será por Paula. No obstante, él tergiversaría el significado de la expulsión y se anotaría el tanto con todo el morro del mundo.

El domingo llegó el momento de la represalia de la organización.  Los llamaron a los dos y tomaron la decisión más salomónica. Para mí también la más justa, porque si bien es cierto que Omar perdió las formas, creo que Luis estaba buscando precisamente que le agrediera. Tarjeta amarilla para los dos, si bien es más naranja para Omar que para Luis. No obstante, no era el resultado que esperaba el torero. Solo había que ver las caras de los dos. Omar parecía complacido, seguramente porque la dirección también había reconocido fallos en Luis, mientras Luis se avinagraba. No le parecía justo, porque él es el señor que custodia la moral y la integridad.

Ahora Luis teme que parte de la audiencia le culpabilice por el conflicto, justo en la semana que está nominado, así que ayer tuvimos una sesión de pinturesimo de cara a la galería. Ya lo he dicho al principio, Luis intenta engañar a la audiencia constantemente  y ayer volvió a demostrarlo. Juntó a la casa después de comer. Dijo que quería hablar, que era importante… y cuando los reunió a todos ¡Pidió perdón a Alejandra! Tiene cierto sentido. La semana pasada se la pasó criticando a la prima con Paula y Hugo y tuvo una conversación con ella en la que hizo gala de eso que tan bien se le da: coartar libertades. No obstante, el perdón no fue por querer imponer su moral  o por los critiqueos que tuvo durante horas con los otros dos, sino porque en un momento dado deseó que Alejandra fuera expulsada y se «fuera a tomar por culo», algo que consideró que podía doler a los familiares. Como Alejandra no se había enterado, tampoco tuvo mucho que disculpar. De todos modos, de qué sirve disculparse si luego sigues manteniéndote en lo mismo. Poco después de la disculpa, Luis coincidía con Fran y Hugo en el jardín y continuó poniendo a parir a la de Albacete. Supongo que esas críticas sí tienen que sentar bien a la familia.

Durante la falsa disculpa, Luis aprovechó para dirigirse a Omar. Le confesó que no serían amigos, pero que por el bien de la convivencia, mantendría un trato cordial. De nuevo se estaba vendiendo a la audiencia… Vomitemos todos juntos.

Será una pena que no salga este jueves. No es que me importe mucho la permanencia de Loli, pero creo que sería de justicia que Luis abandonara, precisamente porque él puede ser peor que Omar. A Omar se le ve venir, mientras Luis es mucho más ladino. Además, beneficiaría a la imagen de Paula, que podría ser ella sin este personaje castrador, y pondríamos en jaque a Fran… Sería una pena perder esta oportunidad. 

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