martes, 28 de octubre de 2014

Paula vs Paula

La Paula más histriónica contra la Paula ganadora.


La quinta expulsión es la primera de esta edición que de verdad va a marcar el devenir del concurso. Tres mujeres en la lista, y cada una especial e importante de cara a todo lo que aún nos queda por vivir. No obstante, si algo la hace aún más especial es la presencia de Paula dentro de esa lista.

Ya hemos echado a Lucía, y también hemos sacado a Alfredo como acto simbólico a nuestra repulsa por el clan de Carabanchel… Por tanto, en la casa ya asumen que Omar es un cadáver andante esperando el momento que podamos cargárnoslo. El conflicto que ha protagonizado y sobre el que ha girado parte importante del concurso se ha resuelto en su contra. Sin embargo, ¿qué pasa con Paula?

Ha llegado el momento de que Paula finalmente se mida ante la audiencia para que diga si la apoya o si también merece algún tipo de castigo tras el conflicto con Lucía y Omar. Porque, no lo olvidemos, ella también tuvo culpa.

Su condición de víctima ha hecho que mucha gente simplemente se haya dedicado a alzarla a los cielos, casi a beatificarla. Pero otros muchos, como es mi caso, no hemos podido pasar por alto la trayectoria de la chica.

Empezó intentando ser una réplica de Nuria de GH5. El flower power se respiraba en todos los rincones de la casa al ritmo de su voz infantil y sus arrebatos de preescolar. Se buscó un amor, Omar, y una enemiga, Alejandra, mientras conseguía que más de media casa bailase al son de sus peticiones. Fueron quince días de felicidad en éxtasis para ella, mientras afuera la mayoría empezaba a cansarse de sus formas y su despotismo. No la echamos la primera, pero porque Paco nos resultaba aún más cargante que ella.

Paula no tenía obligación alguna de mostrarse comprensiva con la ex de Omar, que desde fuera estaba siendo testigo de su «incipiente amor». Esa tarea le correspondía a él, si bien Omar se dedicaba a mirar a cámara entre carantoña y carantoña para dedicárselo a esa persona que no le había valorado. No obstante, Paula, en momentos de lucidez, era consciente que Lucía podía estar dolida. Por tanto, demostró que sí tenía la empatía para ponerse en la piel de aquélla que estaba fuera (o al menos nos lo quiso vender como tal).

Tanto invocar al demonio solo consiguió lo que todos, desde fuera y de un modo maquiavélico, queríamos. Lucía entró en la casa y vimos la fase de transición de dos Paulas y durante un día, todo lo que después echaríamos en cara a Lucía, lo hizo la propia Paula. La empatía hacia Lucía había desaparecido y Paula se dedicaba a comer la boca de Omar delante de su nueva enemiga con el objetivo de hundirla. Seguramente pensó que cuanto más incómodo le fuera, más probabilidades habría para que Lucía tirase la toalla y se marchara. Mala miradas, risas estridentes, declaraciones de amor… lo que fuera con tal de joder a Lucía.

Sin embargo, Paula no contó con que el diablo sabe más por viejo que por diablo y Lucía conocía mejor cómo tocar ciertas teclas en Omar. 24 horas después, el triángulo giró y todo lo que Paula le hizo a Lucía, ahora era Lucía quien se lo hacía a Paula, con un Omar suicida que iba cavando la tumba de todo su clan. 

A decir verdad, Paula y Lucía podían hacerse lo que quisieran la una a la otra, porque en realidad no se debían ningún tipo de lealtad. Era Omar a quién le correspondía lidiar con aquella situación, quien debía gestionarlo desde el respeto por la que fue su novia durante dos años en un principio y luego con la que fue su amor de quince días… si bien, Omar es de los que prefiere dejarse llevar. Primero con Paula y luego con Lucía… Ahora que está solo parece un perro manso esperando paciente atado a un árbol.

Aquí llegó la resurrección de Paula como concursante. Lloró, pero no estuvo llorando constantemente, se enfrentó a su situación y no se amedrentó… y con ello surgió la primera horda de fans, porque bajo estas circunstancias es muy complicado no quererla.

Paula llegó a decir a Lucía que había entrado a tiro hecho, gracias a su historia con Omar. Razón no le faltaba, si bien creo que este conflicto ha hecho que sea la propia Paula quien ahora lo tenga todo a tiro hecho de cara al maletín. Y por eso esta nominación, pese a ser la quinta, suena casi a final de concurso. O la echamos ahora, o gana.

En mi caso, debo reconocer que tengo sentimientos bipolares con respecto a Paula. Tan bipolares como puede ver su comportamiento. Hay veces que la odio con todas mis fuerzas, y deseo no solo que salga expulsada… sino que le pase algo similar a los concursantes que pierden en los juegos del hambre. Sin embargo, otras veces no puedo evitar rendirme a sus pies. Por eso, esta nominación, no es entre Paula y Shaima. Es Paula contra sí misma.

No soporto a la Paula infantil que muere de amor y grita y salta mientras su compañero de parvulario (Luis) la incita a que siga con esa actitud. No puedo con ella cuando se echa a llorar por absurdeces o cuando pone esa cara de Calimero, en la que solo le falta un trozo de cascarón de huevo para provocar pena. Tampoco he podido con ella cuando la he visto llena de soberbia o cuando ha buscado conflictos con Alejandra que no venían a cuento.

Sin embargo, hay veces que la amo. Sus confesionarios suelen ser maravillosos, sabe leer en el concurso mejor que la mayoría de sus compañeros, no huye del enfrentamiento y dosifica bien su temperamento en los momentos más complicados.

Fue maravillosa cuando Fran empezó a sermonearla tras la despedida de Alfredo, en la que se empezó a sembrar la duda con respecto a las intenciones del veterano concursante. Paula escuchaba incrédula, pero no solo escuchaba, sino que tampoco mostraba reparos a la hora de ir acorralando a Fran, desmontando cada uno de sus argumentos.

Fue magistral cuando se enfrentó a Lucía en la antesala de la expulsión, recordando a todos cómo había accedido Lucía a la casa, y fue valiente a la hora de enfrentarse a Omar en el caso putanesca, y eso que ahí ella partía con desventaja porque, efectivamente, ella fue la primera en equivocarse. Luego Omar se equivocó aún más y al final tapó el error de Paula con frases como: “aquí la única puta eres tú que me has chupado la polla”. 

Momentos como éstos son los que me hacen ver a una Paula ganando cada día, abrazando el maletín y alzándolo al aire… Sin embargo, luego me la imagino brotando, chillando que muere de amor, con ese tono de voz agudo y chillón que parece que vaya a romper todos los tímpanos a su alcance… y entonces se me pasan las ganas. Es como si juntáramos las buenas cualidades de Indhira de GH11 cuando evidenciaba el torpe juego de sus compañeros contra ella y lo mezclásemos con los brotes psicóticos de Patricia de GH12 con su «no siesta, si fiesta».

Es la Paula madura contra la Paula infantil, la Paula fuerte contra la Paula histriónica, la Paula víctima contra la verdugo, la ganadora contra la versión de sí misma que debería perder.

Lo que es un hecho es que ella ha dado vida a esta edición generando amor y odio a partes iguales, convertida en heroína y villana, por lo que ¿GH15 sobreviviría a su ausencia?

Muchos dicen que no podemos sacarla aún. No al menos mientras Omar siga dentro. Que la expulsión de Paula solo alimentaría al muchacho… Y por otro lado, echarla ahora sería correr un riesgo más tarde ante una posible repesca, ya que podría volver en su versión más borderline… y eso sí que daría fatiga. Además, llevo tiempo convencido que de tarde o temprano ganará un repescado  y no sé si me haría mucha ilusión que ganara ella tras ser expulsada y de vuelta al juego. Por otro lado, podría irse ahora y volver con Lucía… un mundo lleno de posibilidades que podríamos ir descubriendo. Pero para eso tenemos que decidir qué hacemos con ella ahora.

La expulsión se la está jugando con Shaima, la gran metemierda de esta edición. Shaima no tienen posibilidades de ganar Gran Hermano. Al menos no me la imagino levantando el maletín después de su comportamiento en la casa. No obstante, sigo pensando que su presencia es importante para ir desestabilizando al grupo, e incluso que no entiendan por qué sigue ahí es un plus que deberíamos mantener. Sobre todo para decepción de Vitín, ese ser ruin y maquiavélico que últimamente vaga por la casa. En una de mis primeras entradas de esta edición lo comparaba con Sátur de Águila Roja, que solo le faltaba llamar amo a Omar. Sigo pensando que le falta llamar amo a Omar, solo que ya no por ser como Sátur… sino como Góllum. 

Sea cual sea la expulsada, la casa se va a sentir aliviada. Shaima lleva tiempo desquiciándolos y muchos prevén que Paula gane gracias a las rentas de su rol de víctima, por lo que será una liberación para todos. Lo podremos ver cuando regrese una de ella. No será como con Alfredo, que todos enmudecieron sin entender qué había sucedido ahí. Con Paula y Shaima la casa se relajará e irá a las nominaciones con más tranquilidad.

Lo cierto es que será una pena. Seremos nosotros, la audiencia, quienes quedaremos desolados con la marcha de una de ellas y todo por culpa de ese cambio de nominaciones. ¡Quién nos mandaría pedirlas! Colocar a estas tres mujeres en la terna de nominados ha sido un gran acierto para ellos, pero no para nosotros.

Faltan dos días para la gala y aún no sé quién quiero que esté fuera. Solo sé, y no me pregunten por qué, que quiero que Alejandra siga y eso que, objetivamente, de las tres sería la que menos aportaría en la casa. Sin embargo me sigue apeteciendo verla, a ella y a su prima. Por lo que saber que Alejandra es la menos votada es un gran alivio. 

Asistiré a la gala del jueves con expectación por lo que vaya a suceder, aunque estoy convencido que se trata de una batalla de Paula contra Paula. Si pierde, se irá ella, si gana, se marchará Shaima.

2 comentarios:

  1. está muchacha lo que necesita es haloperidol en vena! No puedo con ella! Shaima no sólo es metemierda de gh15 sino q tb se la come

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  2. Brillante tu artículo de hoy!
    Tengo tu misma percepción, has sabido plasmar lo mismo que me pasa por la cabeza a mí.
    No soporté a Paula cuando entró, di por hecho que seria la primera expulsada en el minuto 1, muriendome de la risa viendo a Papirrin flipando en colores y pensando: "quien esta flipada" cuando entró lanzando grititos a la casa. La salvó su relación com Omar y luego el acoso y derribo de Lucia. Sus momentos de lucidez valen oro pero la pierde esa parte histriónica insoportable, si no fuera por esa seria una muy digna ganadora porque te digo una cosa... yo con mucha mas edad la hubiera liado parda en la casa si me insultan como a ella y si hubiera tenido que soportar la noche de las 4 putas horas!

    Un saludo,

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