Toma Cero

Finalmente Óscar salió expulsado. Como ya podíamos entrever durante los últimos días previos a la gala, el azafato terminó su andadura con un porcentaje que desconocemos (O al menos este espectador se perdió) pero que imagino que estaría torno al 50% de los votos, como al menos veíamos en todas las encuestas. Su entrevista fue más o menos como su andadura, sin mucha chicha: algo habitual si tenemos en cuenta que el primer expulsado apenas tiene tiempo para provocar contenidos. En este caso sólo once días (Recordemos que en otras ediciones los hubo con menos tiempo) y de los cuales estuvo prácticamente luciendo torso, músculos y comentarios jocosos e irrespetuosos que resultaron que eran humorísticos y que la audiencia no los entendió.

Mercedes estuvo especialmente irónica y dio más cancha a esta entrevista de lo esperado, ya que no contábamos que la lucidez del azafato nos fuera de mucho interés. Menospreció su chulesca actitud y atizó dónde más duele, en el orgullo de este muchacho tan convencido de que lo que estaba haciendo era lo que queríamos, lo que esperábamos. Y es que resultaba que en todos los vídeos que le enseñó Mercedes, él salía graciosísimo. Es una lástima que la audiencia no lo entendiera.

Mientras, Feroz cambió de casa. Como ya supuse ayer, Julio fue el elegido por el programa para que protagonizase el trasvase, seguramente para reencontrarse con Chari y para que Rubén enloquezca de celos al pensar lo que puede estar haciendo cuando en el menor de los descuidos el programa evidencie que Julio no fue el expulsado, sino que ahora vive con los vecinos. Lo cierto es que este trasvase pone en tela de juicio aquello que tanto dijeron en la gala 0, eso de que serían los concursantes quiénes escribirían esta edición con sus propias decisiones. Que fuera Julio el elegido no fue decisión de los concursantes, sino del programa… aunque una vez comunicado su nuevo destino, Mercedes le preguntase si deseaba volver a la casa 1. Él dijo que no, pese a su “relación” con Lidia… y es que Feroz necesita a su Yago, y también en cierta medida a su Chari. Ahora veremos si, tal y cómo repitió durante toda la semana, esta vez sí respeta a la Choni-chari, o al novio de ésta, mientras que en el otro extremo veremos si ella hace lo propio o si tiene la necesidad imperiosa de hacer algún edredoning con ropa puesta, como decía una antigua novia “Hacer un summer son” (En honor a un videoclip de Texas en el que se veía a la cantante revolcándose con un tío sin quitarse los vaqueros) para excusar su aún fidelidad o si se la pasa por el forro y ataca al boxeador. De cualquier modo, de momento Julio se ha aproximado a Flor por lo que lo mismo nos quedamos sin la infidelidad.

Durante la gala también tuvimos la respectiva jornada de nominaciones, con un resultado que sorprende a medias. Patricia y Marcelo por parte de la casa 1 y Joaquín y Mireia por la casa 2. En la nota de prensa publicada en formulatv.com se leía que la casa uno votaría al modo tradicional y la casa 2 poniéndose de acuerdo. Al final fue al revés, arrojando el resultado que acabo de comentar. A mí no me sorprendió los votos a Patricia. La cantarina ha provocado bastante malestar en la casa porque no pueden contener sus canciones mal entonadas, ni tan siquiera en la hora de la siesta. Sin embargo, debo reconocer que me sorprendió los tantos a Marcelo. De la casa dos, tampoco me extraña el resultado en contra de Mireia. Desde fuera sí se la ve mandona, y los mandones pasan rápidamente a disposición de la audiencia pero Joaquín me pilló un tanto desprevenido.

Ahora bien ¿Quién debe irse? Ésa es la pregunta de esta semana, con una respuesta que aún no tengo muy clara.

- Patricia: es la chica de cejas mal pintadas, la cantarina sin oído que no sabe entonar y que ha dado ya generosos vídeos, aunque todos relacionados con su arte de destrozar la música (save the music, please). Es la chica extraña y sensible de esta edición, que llora por todo y se ríe hasta de su sombra. Muchos dudan si lo suyo es un papel, aunque yo diría que no. Ella es así… al verla, no puedo hacer otra cosa que acordarme de Merlín en Sherk 3 diciendo eso de: “Soy una abeja zumbona”

- Marcelo: jovencito y guapete, virogéxico en ciernes, creído y chulo. Según sus propias palabras, es un chico 9, porque además de estar tremendo, tiene coco. Lo que no tiene desde luego es abuela. En el lado bueno de la balanza está que sabe leer en el concurso. Estuvo medio picando y medio aleccionando a Julio durante su semana de nominado y ahora le toca a él mostrar esos conocimientos ahora que está en la terna. Detrás de él hay mucha adolescente, que no creo que tarden en organizarse para salvarlo.

- Mireia: es la ballerina de esta edición. Siempre que la veo está limpiando, organizando, ordenando,  cocinando… seguramente porque no se siente identificada con el resto de la casa. Así que, para matar el tiempo: limpia. Queda muy lejos a esa Mivic que vimos en su videoclip. Ni es tan divertida, ni tan cachonda, ni nada a cómo la que veíamos cantando intentado imitar a Madonna. Tal vez necesita un escenario para verse protagonista.

- Joaquín: el hombre de la mina de oro, medio novio o algo de Marta y jugador dónde los haya aunque luego monte un paripé en el confesionario fingiendo no saber a quién nominar. Tiene sombras interesantes de descubrir y tarde o temprano terminará dando un golpe en la mesa para discutir con Yago o Julio. Mientras llega ese momento, retoza con Marta sin mucha credibilidad, poniendo sus manos sobre sitios poco comprometedores.

Con este percal ¿A quién echamos la semana próxima? Una decisión importante, pues si echamos a quién no debamos podemos convertir esta edición en algo aún más soporífero. Y seamos sinceros, GH no se lo puede permitir. Esta semana su audiencia baja (Y aún quedan 7 capítulos a Águila Roja, me parece). De momento, la tendencia de voto en la encuestas dan por expulsada a Patricia pero no descartemos alguna remontada.