martes, 30 de abril de 2013

Poco que rascar



La gala que pudimos ver anoche fue una de éstas previsibles, tranquilas, pausadas… con contenido, pero tampoco con un contenido muy apetecible. Las salidas de puntales como Igor o Miriam han convertido la casa en un reguero de habitantes nuevos con pocas tramas abiertas y de escaso interés, y un reducido grupo de veteranos, en los que destacan las matrimoniadas de Kristian y Sonia, la realidad paralela en la que vive Raki y el Susargismo en horas bajas. Por tanto, pasara lo que pasara, lo de ayer poco interés nos provocaba. En un hecho que fácilmente podemos contrastarlo con los datos de audiencia de esta última gala, más bajos que las anteriores.

Lo único así que puede agitarnos un poco es que se haya proclamado la tradicional repesca entre los once concursantes que ya están fuera. Ahora depende de nosotros si agitamos la coctelera con entradas potentes, como podrían ser las de Lorena, Noelia, Miriam o Igor; o si preferimos seguir convirtiendo la casa en un remanso de paz y sopor con el regreso de Giuls, para unirse al flowerpower de Raki; o de Juan Carlos, para que baile el agua a todo el mundo. También podemos liarla un poco más y aliñarla con una cucharada de asco metiendo a Iván Manero. Así podremos horrorizarnos una vez más cuando el esperpento empiece a discutir con todo el mundo y a realizar las tonterías habituales sacadas de un libro de la movida madrileña o sus insoportables imitaciones de los personajes de «La que se avecina». Vamos, para que apaguemos la tele directamente. Esa carga es muy difícil de llevar encima.

Salió Adrián con un abultado porcentaje, pero su entrevista tampoco es que levantara mucho interés. Fue casi más interesante el instante que estando aún en la sala de expulsiones pudo visionar junto con Nacho y Yesi algunos vídeos de lo que había pasado entre ellos. Es un gran recurso para contaminarlos un poco. Nacho y Yesi regresaron a la casa habiendo visto algunas imágenes y comentarios de otros compañeros. Aunque en un inicio dudo que tenga efecto, es posible que si mantienen este recurso, puede dar mucho de qué hablar con concursantes más espabilados que estos dos.

Nos vendieron que las nominaciones de esta semana iban a ser especiales. Más concretamente nos dijeron que se iba a nominar de un modo que jamás que había hecho. Y fue tan novedoso que aún no entiendo cómo no se les había ocurrido antes. ¡Ah, perdón! Sí ya se había nominado así en anteriores ocasiones…

En otras ediciones los concursantes tuvieron que votar en positivo pero este año, en un alarde de modernidad sin precedentes, les preguntaron con quién quieren llegar a la final: su final perfecta, como dijo Mercedes. Puede que el enunciado del ejercicio fuera distinto, pero en la práctica no pasó nada que no se haya visto con anterioridad. Votos positivos de toda la vida, dejando una terna de nominados muy amplia: Argy, Iván, Saray., Nacho, Yésica y Desireé. Todo concursantes nuevos contra una veterana, y aunque en un principio pensé que los añadidos podrían someter a Argy a la temida balanza, en seguida vi que no sería el caso. Más que nada porque Argy, a día de hoy, es la concursante más aventajada en la carrera por el maletín, que ayer llegó a casa de manos de Álvaro. Personalmente, hubiera preferido que el pollito hiciera entrega del maletín y después hubiera cogido el camino de vuelta, pero no hubo suerte. Álvaro se queda a concursar.

Pero volviendo a Argy. Creo sinceramente, aunque aún queda concurso, que ella será la ganadora de esta edición. Cumple reglas básicas que casi todos los ganadores han tenido. De un modo u otro no levantó las simpatías de sus compañeros, ha sido nominada en reiteradas ocasiones y salvada en todas ellas, al principio estuvo escondida tras la larga sombra de Lorena, y tras su expulsión, se recogió en la de Noelia. Pero al final, desprovista de sus dos principales aliadas, Argy empezó a reclamar una cuota de protagonismo. Ayudó en parte la llegada de los gemelos, que consiguieron el billete de entrada gracias al rollo que Gonzalo tuvo con ella. La entrada de ellos sirvió para que la conociéramos un poco más, y después la inquina de los dos por ella nos ha ido levantando nuestra simpatías. No es muy trabajadora, lo sabe ella, sus compañeros y nosotros, pero Argy sabe que no está ahí de ballerina, y aunque la Alcaide insista que Gran Hermano es también participar en las pruebas, en realidad a la audiencia nos importa un carajo lo que pase en ellas. Si se resuelven o no es cosa de ellos y les afecta nada más que a los que deben repartir la comida. A mí, como espectador, estar viéndolos como si fueran hamsters hacer una prueba ridícula me la trae sin cuidado.

Argy logró su cuota de protagonismo, y poco a poco las simpatías se han vuelto más potentes gracias a que, con el foco incidiendo directamente sobre ella, hemos reparado mejor en su manera de ser. Sus comentarios son graciosos, su manera de entender el concurso es acertada (aunque luego haya demostrado que no tiene ni puta idea de cómo jugar, lo cual la hace adorable al mismo tiempo), y sus reacciones en determinados momentos nos han demostrado que es un haz de luz entre tanta oscuridad. Solo hay que recordar cómo actuó cuando Susana, su mayor apoyo, inició el leve tonteo con Gonzalo. Susana sabía lo que había pasado entre ellos, lo que Argy sentía y llegado el momento, Argy le dice a las claras que no le gusta, pero que la entiende, que no se corte si de verdad está por Gonzalo y que adelante. Muy pocas personas hubieran reaccionado así, manteniendo después la misma relación de amistad que tenía con Susana.

Luego está el tema del maquillaje. El robo de Desireé durante ocho días era una prueba de fuego. Sinceramente no creí que Desi fuera a confesar la autoría del robo (Sí, Mercedes. Es un robo. Hurto para ser más correctos. Te pongas como te pongas). Argy simplemente se echó a reír y la ilusión por recuperar el material sustraído pudo con la necesidad de increpar a la ladrona por su fechoría. ¿Acaso no es estupenda?

Por desgracia para Argy, aunque lleva 77 días ahí encerrada, aún le queda concurso. Probablemente dos meses más, lo que aún tiene tiempo para acabar quemada y perder los apoyos que poco a poco ha ido ganando. No obstante, creo firmemente que de mantenerse así, y con el resto aún sin brillar, ella será la ganadora de esta edición. Será la historia de un concursante acusado de mueble que terminó cautivando a la mayoría.

De la terna de nominados, en un principio pensé que sería apropiado sacar a Saray. Más que nada para evitar que siga pajeando al gemelo de turno en el jacuzzi. Pero luego reparé en la presencia del otro Iván, del exnovio de la palillera. Sigue sin aportar nada, me aburre de un modo difícil de explicar y creo que su participación en el concurso será aún más anecdótica que la de Berta del año pasado. Saray al menos saca de quicio al personal con esa necesidad que tiene de reclamar una cuota de protagonismo, para bien o para mal. Yésica tampoco es que pinte mucho ahí, sobre todo sin Adrián, y Nacho… pues es lo que tiene llegar el último, aunque sí tiene un punto cotilla que me recuerda a Igor en algunos momentos. Lo dejaría de momento, sobre todo viendo que hay de dónde elegir. Por último está Desireé.

Con Desireé me pasa algo raro. Me hace gracia y me río mucho con ella. Creo que es única generando contenido, y probablemente de todos los nuevos, junto con los gemelos, sea la mejor aportación a esta edición. No obstante creo que es mala. Descarada, prepotente, chula, soberbia, intransigente e incluso intolerante, por lo que no me parecería justo que alguien así pudiera ganar. Pero tenemos tiempo… echarla sería un error. Así que, aprovechemos esta tanda y quitémonos a quien de momento sigue sin aportar. A lo mejor es injusto. Si hubiéramos echado a Argy en la segunda nominación, hubiéramos perdido a alguien que después nos ha ido enamorando. Pero el tiempo apremia en Gran hermano… y se acaba para uno de ellos. Tic toc tic toc…

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