miércoles, 30 de marzo de 2011

El ying y el yang

Jorge intenta media con su compañera y Sofía.


Jugar en parejas tiene sus ventajas e inconvenientes. Puede servir para encontrar apoyo en los momentos difíciles y tener a alguien a quién hacer cómplice de todo o puede ser un hándicap o un lastre de cara a la convivencia o a las votaciones. Ya lo comenté la semana pasada con el caso de Saray y Gerardo cuando hablé sobre la carga que lleva cada uno, y lo comparé con la pareja de las Joyas de la Corona. No obstante, esta semana el caso de los más jóvenes del Reencuentro cobra especial relevancia, pues Lara, HardLaraCord, está empezando a tener ‘encontronazos’ con bastante de sus compañeros.

Su actitud, que es muy divertida como espectador pero insufrible para aquéllos que han de convivir con ella, está plagada de faltas de respeto al estilo de una niña mimada que hace cuanto le place sin tener en consideración al resto. Por eso, ya son muchos los que confían en una pronta nominación por parte de la audiencia a la pareja para poder apearla del concurso. Y evidentemente el mayor damnificado por esta actitud es su compañero de juego. Jorge ya está viendo peligrar su permanencia en la casa, pues pese a sus buenos modos, su saber estar y el buen rollo que transmite a todos sus compañeros, sabe que la agresividad de Lara eclipsa cualquier buena acción del navarro. Sabe que Lara se ha convertido en enemiga para muchos, y que cuando tengan la oportunidad, irán a por ella para echarla, aunque con ella vaya él detrás.

A Jorge sólo le queda encomendarse a la audiencia, esperar que ésta le lleve en volandas  hasta la final para poder optar al premio pues es consciente que no serán salvados si pierden el favor de los espectadores. Intenta mediar con ella, la disculpa a sus compañeros, saca lo mejor de él para ganarse el cariño y ser imprescindible… pero todo se derrumba cuando Lara saca a pasear sus malos modos.

Al menos la suerte ha querido que Lara esté jugando el papel cómodo en la prueba semanal. No quiero ni imaginar qué hubiera pasado si ella hubiera sido una doncella de ésas con cofia incluida que debe servir a todos, si ella hubiera aguantado una mínima parte de las exigencias que ella misma ha tenido con Chiqui o Sofía, llevando la servidumbre hasta un punto que más bien parecía esclavitud. Todos sabemos la respuesta. Probablemente, si Lara hubiera sido doncella, los de las Joyas ya estarían fuera con Rubén y Chari.

Cabe destacar la soberana paciencia de Chiqui Martí, que no sólo no se ha desesperado con Lara sino que acudió al socorro de Sofía cuando la Dj. ya no aguantaba más a la de Leganés. Chiqui ha hecho gala de una actitud conciliadora digna de admiración, sólo por evitar fracasar en la prueba de la que dependerá la economía de la semana siguiente y para que su amiga no terminase enfrascándose en una discusión contra una posible favorita, y es que ¿Acaso alguien duda la posición de favorita de Lara? No hace ni un mes cuando alguien de un perfil similar ganaba GH12, por lo que la posibilidad de victoria de Lara está tras la sombra de su vecina Laura, la totita.

Mientras, los de la casa de tu vida parecen estar viviendo una especie de «revival» pero con los papeles cambiados. Ahora es Vanesa quien se enfada cuando David habla con Natalia, aunque ella insiste que no es por celos, sino porque no perdona lo que pasó en el pasado (¿Qué ella le levantase el novio? No entiendo nada) De cualquier modo, David vuelve a estar en ese papel cómodo dónde dos mujeres se arrancan la piel a tiras por él. Todo un Don Juan, que además parece encantado con serlo.

Por último una pesadilla, que aconsejo a todo aquel que lo lea que no trate de visualizarlo. Yola siente cosas por Gerardo. Por el momento que no cunda el pánico. Gerardo ha dicho que no siente lo mismo por ella… asunto que se resolverá cuando Gerardo sintonice con la misma onda que Yola. La onda de los platós y los montajes. Ahí Yola perdió puntos conmigo, con lo bien que iba.


lunes, 28 de marzo de 2011

La casa sin ‘la virgen’ y ‘la suelta’

Se acabó el teatro. Rubén y Chari han sido expulsados.

Sé que el jueves hubo gala y ayer debate con material más que suficiente para hacer buenas entradas. Pero por circunstancias de la vida, el router de mi casa se rompió y he tenido que esperar a que me lo reemplazasen por otro nuevo para tener Internet, además de tener que buscarme la vida para configurarlo porque el servicio técnico de yacom no encontraba explicación a mi incidencia ¡Vaya servicio técnico, señores! Menos mal que Internet es todopoderoso y gracias a él encontré el modo de liberar la IP de mi conexión en el domicilio y ya vuelvo a estar al 100%.

Pero yendo a lo que nos toca, el jueves hizo acto de aparición el nivel de frikismo que tuvimos en Hotel Glam con la visita de Pocholo y Tamara-Ambar-Yurena, una visita que todos sabíamos que no tardaría en aparecer pero que por suerte no se materializó con una permanencia prolongada. Los dos salieron de la casa antes de la cena. No fueron concursantes, sólo un reclamo para evitar la fuga de la audiencia durante las primeras horas de gala. Su presencia, que para mí podría asemejarse a la de Aída Nizar, fue recibida con grandes muestras de cariño y afecto con la excepción de Yola, que miraba horrorizada a Pocholo y su perrita Agua, tal vez rememorando en su mente los recuerdos que le unen al nieto de Franco. Yurena aprovechó para cantarle las 40 a Juan Miguel por un comentario que realizó durante el vídeo de presentación aludiendo a cierto miedo a la madre de Tamara (¿Acaso hay alguien que no se lo tenga?) y Pocholo en realidad no hizo nada. Era como si fuera demasiado mayor para un reality como éste o como si ahí dentro no hubiera nadie capaz de llamarle atención.

La visita de los del hotel Glam duró sólo durante la emisión de la gala, aunque pronto quedó eclipsada por la entrada de dos nuevas parejas salidas de La Casa de tu Vida 1. Por suerte la dirección realizó unos vídeos resúmenes de quiénes eran y qué era lo que les separaba, pues así en frío no tenía ni la más remota idea sobre sus identidades. Ya lo dije el otro día, no fui seguidor de aquel concurso por lo que seguir las peculiaridades de David, Natalia, Vanessa y la otra, siete años después era algo complicado. Pero gracias a los vídeos pude hacerme una idea y ver lo atractivo que resultaba volver a juntar a estos concursantes. Entonces Natalia salía con David, hasta que apareció Vanessa y ésta le levantó el novio. Hoy, Vanessa y David están casados y ninguno de ellos se habla con las que fueron parejas de concurso en el reality que les dio la popularidad. Por eso el programa les invitó a concursar del mismo modo que jugaron hace siete años: David con su ex, Natalia, y Vanessa con su ex amiga, que ahora es íntima de la ex de su marido.

Las nominaciones de la audiencia fueron previsibles: Saray y Gerardo, Mónica y Juanma, Yola y Juan Miguel, siendo más sorprendentes las votaciones de los favoritos. Sólo Chari y Rubén optaron por sus compañeros de GH, el resto prefirió ver fuera a Mónica y Juanma, básicamente porque ‘La virgen’ se había mostrado más aislada que el resto. Me extrañó que Marta no fuera a por Saray y Gerardo, cuando los ha criticado a la mínima oportunidad. Los de ‘Las Joyas’ no fueron muy sorprendentes con sus votos mientras que la duda la tenía con Sofía y Chiqui, que no tenía ni la más remota idea sobre qué harían. El resultado no pudo ser mejor, sacando de la casa a la pareja que menos aportaba al juego. Tuvieron una entrevista Express desde la sala de expulsiones y ni siquiera los vimos en el debate. Y es que para entonces ya había otros protagonistas.

El viernes la dirección propuso una fiesta a los habitantes del reencuentro, una de ésas con mucho alcohol para provocar vídeos de cualquier índole. Y lo consiguieron. La temperatura fue calentándose como pocas veces hemos visto debido a la presencia de gente tan guapa como calenturienta. Movimientos sexys, gestos obscenos, invitaciones perversas y finalmente morreos entre todos. Que si Chari con Yola, Rubén con Jorge, Sofía con Rubén y más movimientos insinuantes. Parecía que fueran a protagonizar una orgia, aunque no fue el caso. Chari pagó su calentón con Rubén en el jacuzzi y los demás con agua fría en la ducha.

Sin embargo, tras el polvo de la pareja SA, Rubén continuó con sus bromas con Chiqui provocando la cólera de Chari. Entonces vimos a la pareja discutir como nunca antes vimos en GH, con tonos de voz altos, agresiones y con muy poca educación, al más puro estilo Laura/Marcelo (Ejem). Chari le llamó «hijo de puta» y agravó el insulto llamándoselo también a la madre. Él la abofeteó y ella le atizó con la toalla. Entonces hubo más insultos y empujones hasta que Yola, Marta y Gerardo salieron a mediar. Los separaron para evitar más agresiones, sin contar que Chiqui iba entrando en brote por miedo a que afuera se viese su relación con Rubén de otro modo por culpa de Chari. Todo ello consiguió que el ambiente se caldease más que cuando zorrearon todos con todos.

Tras un poco de relajación Chari volvió a la carga, ahora ya intentando forzar una reconciliación consciente de hasta qué punto había errado en su actitud. Sin embargo Rubén ya no escuchaba. Lloraba como un niño pequeño porque al fin había mostrado al verdadero Rubén, al chulo, déspota y hasta agresivo concursante que jamás vimos en Gran hermano 12. La decisión del programa no se hizo esperar: Expulsados inmediatamente.

La casa parece haber encontrado algo de paz tras la repentina salida de unos favoritos, aunque ésta durará poco. Las personalidades que encierran son extremadamente fuertes y pronto habrá una nueva tormenta. Si no es Lara, será Vanesa, sino Marta, Coyote, Gerardo o tal vez David. Todos son bombas de relojería con patas, salvo Yola, que me vuelvo a reafirmar cuando dije que es todo corazón. Me recuerda en parte a Lydia de GH12, que bajo ese aspecto superficial se esconde una de las mejores personas que podemos ver por televisión. En estos días ha demostrado que sabe escuchar, es generosa, bondadosa, trabajadora y divertida. Poco a poco vuelvo a redescubrir a esa Yola y a entender por qué ganó Hotel Glam. Lástima que todavía no lo estén viendo los demás. El jueves pasado estuvimos a punto de perderla.

martes, 22 de marzo de 2011

No todos llevan la misma carga


Gerardo, la carga más pesada de este reencuentro.

Los primeros días de reencuentro ya están dejando en evidencia la mayor de las diferencias entre las parejas participantes. No era algo muy difícil de ver y que todos sabíamos que veríamos aflorar más pronto que tarde. No todas las parejas llevan la misma carga. Ya no lo digo exclusivamente por la relación que pueda unirlos, sino por la relación que cada uno, de manera individual, mantiene con la audiencia.

No llevamos aún ni una semana de concurso y ya hemos tenido unos cuantos enfrentamientos, que no hemos podido seguir como nos hubiera gustado debido a la nula cobertura de lo que sucede en la casa de Guadalix. Tan sólo hemos tenido algunos retales en el debate del domingo, presentando gratamente por Chritian Gálvez, y en el resumen de ayer.

Lara, de las Joyas, ya ha empezado a nombrar a su conejo alzando la voz, Chari a mellar la actitud de Rubén entre susurros, Marta a criticar a Gerardo y Saray, mientras éstos intentan soportarse mutuamente, y Mónica a intentar infundir pena con los sucesos que vivió tras su participación en La casa de tu Vida. Tan sólo las dos supervivientes parecen estar disfrutando de esta experiencia junto con una Yola Berrocal, con aspecto de niña del Exorcista, que vuelve a mostrar su mejor cara como ya hiciera en el 2003 en el Hotel Glam. Los demás se quedan eclipsados por las fuertes personalidades que los rodean, convirtiéndose así en privilegiados espectadores que sí pueden ver el 24 horas de este reencuentro que se nos ha negado a los que debemos dar audiencia al programa para que prospere.

No es de extrañar que Sofía y Chiqui sean quienes más estén disfrutando de la experiencia. Ellas son las únicas que están viviendo el reencuentro con una amiga. No hablo de alguien que te cayó bien en un momento determinado con quien simpatizaste y que luego el trató se perdió, como puede ser el caso de Marta con Coyote o Yola con Juan Miguel. Sofía y Chiqui son amigas de verdad, de las que quedan fuera para tomar algo para contarse sus penas y alegrías. Ellas son a este reencuentro lo que, por ejemplo, las gemelas fueron a GH9 o Saray y Pilar a GH11. Muchas de sus conversaciones quedan cifradas con sus miradas, sus ademanes, gestos que ya conocen perfectamente consiguiendo que las dos estallen entre carcajadas y risas. Una de esas relaciones sanas que da gusto ver por la pantalla, aunque la audiencia pierda parte del hilo conductor de la relación, pues puede malinterpretar ese lenguaje que no se dice con palabras. De momento, de lo poco que hemos visto, me parece que estamos ante una cómoda pareja que puede divertir mucho a la audiencia, aunque la popularidad de ambas ya no es la que pudo tener en otros momentos.

No es el caso, por ejemplo, de Chari y Rubén. Ellos nos divierten pero de otra manera. O mejor dicho, Chari nos divierte, porque en el resumen de ayer volvimos a ver esa mujer que habla entre susurros con gran rapidez, repitiendo argumentos como si fuera la melodía que toca una encantadora de serpientes para hacer que Rubén obedezca sin rechistar. Pero ahora es más divertido si cabe que en GH12. Chari tiene cogido por los huevos a su ex, al cual amenaza con irse ante cualquier movimiento que éste haga con el resto de las chicas de la casa. Y claro, si Chari se va, Rubén también. Las peculiares normas del reencuentro hacen que Chari tenga aún más el control de lo que ya tuvo en GH12, ya que Rubén parece no contemplar la posibilidad de que ella vaya de farol. Y claro, Rubén está convencido que su personalidad es la idónea para ganar un reality. Si no ganó Gran hermano fue por Chari –debe pensar él- y ahora que tiene la oportunidad de resarcirse, debe lidiar con ella de nuevo como carga. Lo que Rubén no parece entender todavía es que él, sin Chari, no interesa nada, y que como mucho podría aspirar a quedar segundo.

Peor carga tiene Saray con Gerardo, ya no sólo por la nefasta relación que les une, sino por lo mal que cae su pareja de reencuentro fuera. Puede que a muchos no les moleste la presencia de la hija de Pilarita, pero Gerardo ya es otra historia. Palabras mayores. Uno de esos tíos a los que ver por televisión resulta dañino para los sentidos. Al menos su pareja parece estar haciendo los deberes, consciente que tal vez no consigan el apoyo de la audiencia este jueves, y por tanto estén en la terna de nominados. Gerardo, consciente también de la mala relación que tiene tanto él como Saray con Marta, ya está intentando ganar apoyos. La primera es evidentemente la más joven y más temperamental: Lara, a la cual ha calificado de una grandísima persona, muy noble y «dulce», pero a la cual le fallan las formas. También ha intentado acercar posiciones con Yola y Juan Miguel.

Respecto a los más jóvenes, ésos que salieron de una escuela de “educación”, la carga es inversamente proporcional. Jorge debe cargar con Lara en cuanto a la convivencia. Él sabe que su compañera se acelera enseguida, pudiendo conseguir más enemistades de las que a él le gustaría en caso de quedar nominados. Por eso no defiende como corresponde a su compañera, quitándola la razón delante del resto de habitantes, disculpándose por ella por su pronto, sus contestaciones y su tono de voz. Y claro, esto molesta enormemente a Lara, quién considera que su compañero debería estar “a muerte”, como diría Jhota, con ella, como en la primera edición del reencuentro estuvieron Ainhoa y Nico. No obstante, en esta pareja quien tira del otro con respecto a popularidad es Lara. Es ella la que tiene tirón mediático, a la que la gente está salvando, y es que para aquellos que llevaron a Laura (No hay ningún país en la península Ibérica) a la final de GH, la presencia de Lara debe saber gloria bendita.

Mónica y Juanma no está aportando gran cosa. Yo no fui seguidor de su reality, pero por lo poco que percibí de estos personajes, pensé que aportarían más ahora. Tal vez por eso ahora ya no dudo sobre su poca convocatoria de voto. Marta y Coyote tampoco me están diciendo gran cosa. En todo caso Marta, que entró directamente con el machete afilado. Por último quedaría Yola y Juan Miguel. El Karino simplemente está ahí, como apuntaba antes siendo espectador privilegiado de ese 24 horas inexistente y Yola parece estar moviéndose con cierta gracia, sorteando a los titanes del concurso y aportando ¿equilibrio? No se si me atrevería a decir tanto. Sólo sé que, de momento, su presencia no se me estomaga. Es más, diría que es esencial.

El jueves una pareja se marchará y entrará otra. Ahora, para mí lo más importante de esa noche será ver el poder de convocatoria, no de los reencontrados, sino del programa. Una cosa es la gala de presentación, con la expectación formada por quién entraría, y otra la gala con la dinámica habitual, con un gran resumen y un genial debate, pero sin cobertura real de “vida en directo”, casi sin blogs dedicados, sin redes sociales que nos mantengan al día, sin apenas noticias en la Web ¿Acaso no suena a programa del siglo pasado?

sábado, 19 de marzo de 2011

La audiencia se reencontró con lo mejor de cada casa

El plato fuerte estuvo en la matrimoniada con suegras incluídas. Pero ellas no se quedaron.


Hoy la pregunta que corre por Internet es qué elementos que tuvimos durante la edición más larga de Gran hermano continuarán al pié del cañón con la segunda edición de ‘El reencuentro’, en esta ocasión ya no sólo de GH sino de todos los realities que ha emitido el grupo Telecinco. Algunos blogs se nos han caído, puesto que ya han dicho que no participarán en esta aventura. La tele encima continuará.
Entiendo gran parte de la decisión de algunos de nuestros queridos blogeros. Esta edición de ‘El Reencuentro’ (ER a partir de ahora), por motivos que no se han explicado, carece de gran parte de la cobertura que Telecinco ha empleado hasta hace siete días con GH. Hemos perdido el 24 horas, ya fuera por TDT o por Internet, y en consecuencia hemos perdido el blog del Minutado (Que te mantenía al día cuando no podías ver la vida en directo). Tan sólo tenemos un par de conexiones en La Siete, que en total no hace ni cuatro horas diarias. Seguimos con un resumen amplio (de momento) que nos contará los detalles más relevantes, pero ya nos veremos obligados a ver “lo que nos dejan ver”. Esta decisión ha hecho que muchos blogeros se hayan caído de comentar esta aventura, pues sus escritos diarios necesitan de algo más que los resúmenes encorsetados que nos brinda Zeppelin. Pero esto no es GH, sino ER y supongo que formará parte de su esencia.
Las normas de esta segunda edición son exactamente las mismas que tuvimos durante la primera, y eso que en aquella ocasión tuvieron que improvisar sobre la marcha porque, cuando comenzaron a emitir no sabían cuánto duraría. Fue por eso por lo que disculpamos esa sensación caótica del primer reencuentro, y tal vez porque en esta ocasión dispusieron de más tiempo, confiaba que tocarían aquellas cosas que fallaron. Pero no, seguirán igual.
Para mi humilde modo de entender, la entrada progresiva de concursantes durante cada semana rompe la dinámica de grupo, lo que hace que se difumine la acción, siendo más fácil desengancharse. Hubiera sido mejor que entrasen todos de golpe (Además de la injusticia que es para los primeros tener que competir contra otros que entran frescos y lozanos y con mucha información del exterior). Respecto a la competición en pareja,  era una norma buena en un principio para que los concursantes limasen asperezas. Pero cuando de siete parejas sólo dos tienen problemas entre sí, es injusto de cara a la competición, ya no sólo para los concursantes, pues la audiencia tiene que encontrar un equilibrio entre alguien que nos encanta y otro que detestamos pero que juegan juntos.
Ayer entraron en la casa dos parejas de GH, una de La casa de tu vida, otra de Supervivientes, de Hotel Glam, GH VIP  y de las Joyas de la Corona. No entró nadie de OT y seguramente muchos echamos en falta a algunos concursantes. Por lo menos el nivel de frikis, aunque puede ser alto, no alcanza cotas insalubres para nuestra salud mental. Por eso espero que la semana que viene no se cumplan los rumores y entre Pocholo con Tamara-Ambar-Yurena. Eché en falta a Toscano y Tatiana, a alguien de OT o a la vieja y el golfista de ‘Supervivientes 2’ (ésa sí que era mala y no Mirentxu) Pero no pudo ser.
Debo reconocer que, aunque los conozco a todos, no los seguí por igual en sus respectivos realities. Por eso, en algunos casos, más que un reencuentro con ellos, será un descubrimiento. No vi ‘La casa de tu vida’ pero supe de la existencia de Mónica y Juanma (Ahora tremendamente delgado). Tampoco fui un gran seguidor de ‘Supervivientes’ en el momento que pasó a ser de famosos, pero uno no olvida los bailes de Chiqui en Crónicas Marcianas y a ‘Misofi’ la hemos visto de colaboradora en ‘Sálvame’ en muchas ocasiones. Sí seguí GH VIP en sus dos ediciones, aunque a Marta ya la conocimos en GH2. No obstante, en lo referente a la edición de famosos de GH, ya ha pasado tanto tiempo que casi no guardo recuerdos, salvo la victoria de Marlene, los cabreos de Coyote cuando perdían una prueba y algunas de las pérfidas imágenes que nos recordaron ayer. Será una pareja curiosa, en parte porque Marta es un personaje que despierta bastante rechazo y Coyote, en cuanto hable dos palabras seguidas, recuperaremos la tirria que le tuvimos en su día.
Hotel Glam fue uno de los realities más divertidos pero también más surrealista de los que se han emitido en televisión. Ya nos acordamos muy poco de él. Tal vez en nuestra mente lo que más vive es esa canción que cantaron todos ‘Es una lata, el trabajar…’ tema que iba muy acorde con los elementos con los que tuvo que lidiar Jesús Vázquez. Entonces descubrimos una Yola que ya pasó al olvido, quedando únicamente la imagen choni y friki. Yola se ganó a muchos en aquel concurso, demostrando que su corazón era más grande que sus pechos (Entonces no operados) La pregunta está si ese corazón ha crecido proporcionalmente a la silicona que sujeta con estoicismo. Si es así, seguro que nos vuelve a ganar. Lo malo es su pareja, el Karino. No guardo grandes recuerdos de él, por lo que nos toca redescubrirlo mientras nos reencontramos con Yola.
De las Joyas de la Corona era evidente que Lara estaría presente. De hecho, viéndola este verano en la “Escuela de Glamour” siempre pensé que se había equivocado de programa. Lara era carne de GH, no de las joyas. Por eso su presencia en ER dará un toque explosivo. Con ella está Jorge, el pamplonica poligonero. Son los más jóvenes de los concursantes y me atrevería a decir que tienen muchas papeletas de llevarse los 60.000 euros (De hecho, fueron los únicos que no tuvieron inconveniente en decir que querían el dinero).
De GH tuvimos representación de las dos últimas ediciones. Saray entró con Gerardo, evidentemente, por lo que volveremos a sufrir a Bobardo, que no tardó en soltar sus peculiares arengas a Saray y a Marta. Un lastre importante para la finalista de GH11. Como no le cosa la boca, somos capaces de dejarla abandonada sólo por quitárnoslo de en medio. De la última edición, evidentemente, fueron Chari y Rubén, la pareja empresa, que diría el Gato encerrado.  Yo siempre he sido más de Chari que de Rubén, y aunque al final me desencantó un poco, Chari es una de las personas que más tiene que aportar a este reencuentro. Por supuesto que el pelele de su ex no pinta nada si ella no está. Él fue protagonista por y gracias a Chari, y lo volverá a ser ahora.
Supongo que la semana que viene una pareja dirá adiós y llegará una nueva ¿De OT? ¿De MHYV? Las dos parejas de GH y Lara y Jorge creo que son quienes más posibilidades tienen de salvarse, puesto que su popularidad todavía está reciente en nuestra memoria, siendo probablemente Sofía y Chiqui las más débiles, aunque siempre pueden ser salvadas por sus compañeros. El domingo tenemos debate con Christian Gálvez. No podemos perdérnoslo porque será la única manera de saber qué ha pasado este fin de semana. Ojalá Telecinco se den cuenta del fallo de la cobertura y lo arreglen de algún modo para que aquellos que nos estamos reencontrando con los concursantes podamos seguirlo con las mismas facilidades que hemos tenido con otros concursos. Al fin y al cabo, éste es el reality de realities, ¿o no?
Por cierto, la decoración de la casa es inmensamente mejor que la que tuvimos durante GH12. ¡Enhorabuena!

miércoles, 16 de marzo de 2011

GH12: el duelo entre los que sólo ven y los que votan

He tardado en volver porque los comentarios respecto a la final tampoco es que sean muy diferentes a los que ya se han dicho en otras entradas. Era, un año más, una final previsible hasta tal punto que casi cuadré los porcentajes de cada uno de los tres que quedaban en la casa. Poco más del 10% para Marcelo, veintitantos para Yago y poco más del 60 para Laura. Y punto pelota.

Ésta ha sido la edición más larga del concurso, también la menos vista, la que más concursantes ha tenido y probablemente la edición con menos participación de votos. Éste es un dato que jamás se ha dado, pero que sería muy interesante conocer. En otros países, cuando sus realitys acaban, la cadena hace públicos todos los datos relativos al televoto. Al fin y al cabo, la gente que pagó por participar tiene cierto derecho a saber qué pasó con sus votos, además de darle una transparencia mayor a los formatos. Aquí en España no sucede, y como consecuencia no podemos hacer un estudio aproximado que intentase explicar por qué esa diferencia tan grande entre las principales encuestas y lo que se votaba por SMS, sobre todo a partir de la mitad de la edición.

Tras cada gala de GH12, Twitter y Facebook se veían inundados de comentarios que no comprendían qué había pasado, los blogs más importantes eran invadidos de quejas por lo que estaba pasando y la continua amenaza de manipulación estuvo en el aire como cada año acusando a la dirección de «trampas». Pero no había nada manipulado. La explicación era simple y llanamente en que la mayoría de la gente que lo siguió, no votó dejando que una mínima parte de la audiencia se convirtiera en la mayoría que marcó el curso del juego. Y es que esa minoría en realidad era la mayoría, la mayoría que votó. Claro está.

Tal vez Mercedes debería haber cambiado la frase con cada expulsión y decir: “La audiencia, que ha votado, ha decidido que debe abandonar la casa…”, lo cual no hacía menos legítima la expulsión pero sí hubiera sido más exacta. En realidad no hacía falta. Todos tuvimos la opción de votar y sólo algunos la aprovecharon.

Yo reconozco que en esta edición no he votado mucho. Al principio porque los concursantes no me decían gran cosa. Me daba igual que se fuera uno u otro. Luego, según ya empezaba a simpatizar con alguno, la cosa se puso algo más interesante para más tarde perder todo aliciente al ver que todo estaba vendido. Le di un voto a Óscar por inaguantable, otro a Mireia por haberse equivocado de edición, uno a Joaquín para salvar a Laura (Sí, sí, a Laura) y ya no participé más hasta el duelo de Marcelo contra Terry, y ahí con algo más de ahínco. Al ver cómo se salvaba una persona como Marcelo, mi interés empezó a decaer, aún así intenté salvar a Lydia (Sin éxito). La expulsión de Lydia fue la última en la que voté. Dámaso era insalvable y Marta me daba igual. En la final, tampoco voté ¿Para qué gastar mis euros en eso? Antes prefiero enviar un SMS con la palabra JAPÓN al 28077 (Habilitado por la Cruz Roja para ayudar al país del Sol Naciente) que enviar un mensaje para que cualquiera de los tres finalistas ganase.

La satisfacción de la gala final estuvo en ver el ‘gepeto’ de Marcelo al quedar tercero y ver cómo Laura era recibida entre vítores. Ya lo he apuntado muchas veces. Marcelo entendía de Gran Hermano, había sido un fiel espectador y sabía sacar análisis rápidos de lo que estaba pasando. Su cara nos decía que, efectivamente, ya tenía el resultado de su pronto análisis. A Marcelo no le hacía falta que Terry le dijera que había llegado hasta ahí gracias a Laura. Él ya había llegado a esa conclusión solito. Y de ahí esa cara avinagrada con la que nos deleitó durante la gala final, el debate y más tarde en el chat de telecinco.es.

Para mí, que ganase Laura era lo de menos. Lo era porque de verdad entendí en todo momento por qué ganaba. Laura se enfrentó y dio de lado a sus amigos por amor, como afuera muchos hemos/han hecho, Laura fue impulsiva y actuó en función de sus deseos sin pensar en el mañana, como otros tantos hacen y algunos desearían poder hacer (Pero son más ¿Cobardes? ¿Sensatos? Aquí quién no se consuela es porque no quiere). Laura luchó y siguió siendo ella. Por eso, pese a sus formas, su bravuconería o su chulería, entendí, entiendo y entenderé esa victoria que también deseé en algún momento. Fue ella la que enamoró a la mayoría –votante-, fue ella la que atravesó la pantalla y nos tocó.

Sin embargo, lo de Marcelo es incomprensible. No me sirve la excusa de sus 20 años. Si tiene edad para entrar en Gran hermano, tiene edad para ser juzgado por el mismo rasero que otro de 25, de 30, 40 o 70 (Nadie tuvo consideración con Mirentxu por su edad ¿Por qué iba a ser diferente ahora?) Fue dañino, sobre todo con las mujeres, chulo y prepotente. Además de no tener ni puta idea de cómo tratar a Laura, la mujer a la que supuestamente quería (Por el interés). Estoy de acuerdo en que Gran hermano es un espectáculo y que hay que mantener a quien sabe dar juego. Pero hay límites que no se deben pasar, y nosotros, como audiencia, debemos dar prioridad. Teníamos una oportunidad de oro para lanzar un mensaje que dijera “Esto no gusta en nuestro concurso” pero no lo hicimos, o mejor dicho no lo hicieron –los que votaron- para que continuase al lado de Laura. Luego nos quejaremos cuando la gente dice que en GH sólo entran y duran los impresentables. Con casos como el de Marcelo, difícil defender lo contrario.

De Yago no diré nada. Él ya tuvo su gala cuando fue expulsado.

GH12 así acabó, sin la confirmación de una nueva edición aunque todos imaginamos que llegará. Al fin y al cabo, GH sigue siendo el reality más fuerte de la temporada y aunque ha sido la edición menos vista, sería ridículo decir eso sin mencionar que el panorama actual de la tele es diferente, y que GH ha sido el programa en Prime Time con más share de toda la cadena con una media del 18%. Como dijo Mercedes al acabar la gala, Gran hermano seguirá mientras nosotros estemos ahí. Y yo, aunque últimamente no hago más que perder, ahí estaré.

El jueves tenemos una nueva fiesta, con Jordy González. Las puertas de Guadalix se abrirán de nuevo para recibir a concursantes de todos los realitys de la cadena en un nuevo reencuentro. Desconocemos si las normas serán las mismas que las del año pasado, ni quiénes entrarán. Las respuestas las tendremos mañana. Estaremos pendientes (Rezando por un casting divertido, que no tiene que ser necesariamente Friki. Mejor dicho, espero que no lo sea)

martes, 1 de marzo de 2011

Ya se dijo todo


Laura Campos ¿La ganadora de GH12?

Llevo ya varios días sin escribir nada al blog. Tal vez por esa sensación propiciada de que ya está todo dicho, que esta edición de Gran hermano está vista para sentencia en la final que, presumiblemente, se celebrará el próximo 10 de marzo (hay quien apunta al domingo de esta semana aunque yo lo dudo)

La expulsión de Lydia de hace dos jueves, y con ese abultado porcentaje, no dejó lugar a la duda. Desde aquel momento todos sabíamos que el próximo sería Dámaso. Tras él, tocaría el turno a la eterna nominada de esta edición, Marta –sobre todo tras ver cómo Yago se convertía en un pronto finalista inmune a las dos últimas jornadas nominatorias-. Al final el panorama era muy predecible. La pareja a la final con el enchufado de esta edición. En el momento decisivo, apuesto que los seguidores de la pareja se decantarán por Laura, por lo que Marcelo quedará tercero con un exiguo porcentaje a favor para ganar, Yago quedará segundo con algo más de votos y Laura se proclamará la vencedora con más del 60%. Mi apuesta es que quedarán más o menos así: Laura el 60, Yago un 30, Marcelo un 10% (En el mejor de los casos para el malajeta. Lo mismo hasta obtiene menos votos que Chiqui o incluso Pilarita).

El triunfo de Laura es un triunfo pronosticado fuera desde hace tiempo por muchos, aunque sea ahora cuando ya todos lo digamos de viva voz, convencidos que estamos haciendo una apuesta segura. Un triunfo que, para mí, se merece con todas las letras ya que fue gracias a ella por lo que vivió esta duodécima edición. Laura fue la concursante que le dio vida a esto, que jugó por impulsos y que dio todo en un alarde de casi pornografía emocional (Que nadie se lo lleve a los polvos que echó en la casa). Laura actuó y obró seguramente como hubiera hecho fuera y muy pocas veces se paró a pensar dónde estaba y las consecuencias que podían tener sus actuaciones con su gente. Recordemos que entró con novio, con una relación de casi ocho años que defendía a capa y espada con cualquiera que se atrevía a dudarlo. Luego la fortaleza se derrumbó, se encaprichó del nene y mandó al novio a tomar viento a través de la televisión, sin tan siquiera esperar a que hubiera una conversación fuera con él para que finalizase, como debía haber sido, la relación de una manera formal.

Aquellos fueron los momentos duros de Laura. Momentos que se jugó la expulsión, y diría que se salvó por los pelos. Sin embargo, los desprecios de su familia la auparon a lo más alto. Todos fuimos capaces de ponernos en la piel de la de Parla, comprendimos lo injusto de la reacción familiar y nos encariñamos con ella. Si a eso le sumamos que Laura se convirtió en una gran sufridora por amor, con un Marcelo que por detrás renegaba de ella, ahí lo tenemos ¡HABEMUS GANADORA!

No obstante no es tan extraño que sea el perfil de Laura el que triunfe esta edición. Con el paso de los años, el perfil de espectador de Gran hermano ha variado. Se nota en las expulsiones, se percibe en los blogs y en los foros. En el Gran hermano sin número, que diría Pepe, y durante la mitad de las ediciones sucesivas, la audiencia actuaba como un ente justiciero que cargaba contra todo aquel que hiciese una maldad. No se consentía la provocación por diversión, ni mucho menos hacer daño sólo por pasar el rato. Sin embargo, poco a poco el perfil de la provocadora, de la guerrera, de la choni, empezó a tener una representación, y un grupo de espectadores se encariñaron con concursantes que se ajustaban a este perfil. Un grupo de espectadores que ha ido creciendo, que no quepa duda.

No sabría identificar quién abriría la lista, pero diría que para muchos la legionaria fue un «amor» que merecía ganar su edición. No lo consiguió por sobradas razones. La chica no estaba muy equilibrada que digamos. Sin embargo, pasados los años, optó con firmeza para ganar GH: el reencuentro, y posiblemente lo hubiera hecho si no hubiese entrado en el brote contra Melania que la llevó a una expulsión disciplinaria (Ya en su edición estuvo a punto de irse por atacar a Juanjo). Podría haber ganado porque no era el mismo público que la echó de GH6. Ése ya dejó de ver Gran hermano.

Con la legionaria hay otras concursantes con perfil similar. Inma de GH7 despertaba simpatías pese a todo, Ainhoa, con su gran belleza, también respondía a este tipo de perfil más o menos. Sin embargo, el auge de lo choni, barriobajero y soez empezó a tener una gran acogida entre los espectadores a partir de la décima edición, donde muchos vieron en Chiqui una especie de princesa del pueblo, alguien a la que dar cariño y protegerla, cuando en realidad la chica era una auténtica arpía. Una analfabeta orgullosa de serlo, sin ánimo de mejorar en su vida, que hizo del «Asin de claro» su grito de guerra. Chiqui fue irrespetuosa como no se hubiera tolerado en cualquier otra edición anterior, fue chula, déspota y muy provocadora. No se hizo con el triunfo, pero consiguió un inmerecido tercer puesto sólo por la amistad que le unía al vago «modelo» que estuvo toda la edición en remojo.

Tras chiqui pasamos a Tatiana. La rusa andaluza de GH11 fue otra chica igual o peor que la de Cartagena. Sabía hacer daño, y lo hacía apropósito, con la única finalidad de divertirse. Entonces la audiencia se lo consintió casi todo. Se enternecía con los videos de coño repetido hasta la saciedad como único vocablo aprendido en nuestra lengua y la dejó en la casa casi hasta la final. Fue el polvo dedicado a Indhira con el delfín lo que acabó con ella en GH –y con él-. Tal vez porque aquello ya fue el colmo de la mala educación. Que se hiciera un alarde de ese comportamiento en televisión fue demasiado para muchos, aunque otros continuaron viendo en ella una niña joven, cándida y dulce que reaccionaba así debido a una limitación afectiva que no había tenido en su vida.

Como se ve, la tendencia era ésa. Por eso este año, el triunfo de Laura, será también el de Tatiana, el de Chiqui, el de Bea, el de Inma, el de todas las chonis que han pasado por Gran hermano, pero que fracasaron debido a que el perfil de espectador de entonces no consentía que el triunfo se lo llevase alguien así. Era el espectador que actuaba como juez de la moral y lo de estas chicas era un atentado contra el buen gusto y las buenas formas.

Lo digo en serio. Entiendo que Laura gane este Gran hermano. Lo entiendo porque entre todos los concursantes (22 este año si no recuerdo mal) ella ha sido la única que ha conseguido movilizar a buena parte de la audiencia. Y el juego va de eso, no de jueces de la moral que salvaguardan el decoro y el protocolo por encima de todo, proclamando como ganador al concursante que mejor convivió. Si alguien sigue pensando que Gran hermano va de eso, está muy equivocado.  No obstante sigo pensando que, si hay motivos para que gane, también los hay para que no lo haga. Laura, pese a ese sufrimiento familiar y por amor, no ha sido leal con el resto de concursantes. Ha sido quién más ha discutido, usó el grito como su arma, provocó gratuitamente y traicionó a las personas que confiaron en ella. Como ya hiciera Chiqui, ha dado muestras de no saber mucho, que no es necesariamente malo. Lo horrible ha sido ver cómo se muestra orgullosa de ello. Sus actos los justifica con esa manida frase de “Yo soy así” demostrando una nula capacidad autocrítica que le llevase a mejorar como persona. Tiene una nula intención de aprendizaje a cualquier nivel.  Y aunque tuvo momentos tiernos, como cuando estuvo con Dámaso tras la expulsión de Lydia animándole, toda buena acción queda eclipsada viendo cómo después se mofa gratuitamente de todos.

En fin, tarde o temprano tenía que pasar. Y no era de extrañar. En televisión, Belén Esteban hace audiencia. ¿Acaso nos sorprende que Laura gane Gran hermano? A estas alturas de la película, a mí no. Ahora sólo queda esperar a las próximas dos galas. Las últimas de GH12. Asistiremos a una final más que predecible como la del año pasado y depositaremos nuevas esperanzas en la próxima edición. A ver si de una vez por todas, volvemos a estar en el bando vencedor. Eso significaría que Gran hermano recuperó la audiencia que no permitía aupar a lo más alto a lo más choni de este país.