martes, 12 de febrero de 2013

La que ayuda a la embarazada

Lorena ayuda a Ana, que se puso de "parto" ante la atenta mirada del hijo de Marilyn Manson


Pues ya estamos aquí de nuevo. Tras cerrarse la casa de gh12+1 y la reventada posterior (en la que no duré mucho tiempo), Gran hermano ha vuelto a empezar en una nueva edición en la que nos han prometido el vértigo. Algo así como el año pasado que nos invitaban a darle la vuelta a todo hasta la locura pero este año desde las alturas más inhóspitas. Ahora tendremos que ver si lo consiguen. De momento solo tenemos las primeras sensaciones que nos dejaron una gala algo atropellada y que no supo gestionar los tiempos como en otras ocasiones.

Reconozco que me duele tener que empezar mi entrada con este leve tirón de orejas, pero no podía hacerlo de otro modo. Empezó a las diez, «puntual», emitieron la cortinilla del programa con la sintonía para que nuestro pulso empezara a acelerar y después echaron ese video que ya habíamos visto en la Web con un popurrí de imágenes de las presentaciones de los concursantes… y a los anuncios. Diez minutos por lo menos. Yo había preparado en casa una de esas cenas de las que Mercedes Milá habla tanto. Es cierto, yo soy de los que viste la mesa de algo rico para la ocasión. Ceno con la mejor compañía y con mi programa favorito… Sin embargo debo decir que cené con la publicidad y no con Gran hermano. Volvieron de los anuncios, otra vez la sintonía, una breve instantánea del plató y «Volvemos en 2 minutos» ¡Dios, qué desesperante! Cuando al fin empezó el programa, ya con las diez de la noche como algo distante en el tiempo, había terminado de cenar… Bueno, al menos así no me distraería. Pero el disparo de salida no fue tan divertido con en otras ocasiones.

No me digáis por qué pero asumía que aquella gala de presentación no sería como otras, básicamente porque llevo tiempo manteniendo que las mejores ediciones son las impares mientras que las pares quedan algo deslucidas. Sobre todo tras GH7. La séptima edición, la novena, ¡la undécima! Y la doce+uno fueron apoteósicas… mientras que la octava, la décima y la duodécima… en fin, fueron más flojas. Tal vez por eso asumo que la décimo cuarta irá en esa línea y la gala de presentación que tuvimos ayer fue una muestra de ello. No lo digo por el casting. A mí no me parece que los hombres y mujeres seleccionados este año sean planos como los de la duodécima edición, por citar un ejemplo. Probablemente sepan darnos cosas de qué hablar y además tenemos la esperanza de los próximos habitantes que vayan llegando sepan darle la vuelta a la convivencia «Mierda, cité el eslogan del año pasado. ¡Vértigo, vértigo leñe!», pero la gala inicial estuvo mal estructurada.

Si echamos la vista atrás a las últimas galas de presentación, podríamos decir que las entradas habituales quedan siempre en un segundo plano mientras la atención se centra en un par de cosas. Ayer sucedió igual. La entrada Igor, Kristian, Noelia y demás fue sucediendo en un orden no muy interesante. Como algo que vas viendo por defecto. La atención estaría en Lorena, víctima de una simpática broma. Aunque… el problema fue que el nudo de Lorena empezaría tarde, de los últimos. 

En GH9 la gala de presentación no giró en torno a la llegada de Amor, Piero, Melania y cia, sino en la peculiaridad de Pamela y Conchi, unidas en el personaje ficticio de Rosa. En GH10 la incertidumbre se centró en qué sucedía en las dos casas, sobre todo cuando descubrimos al matrimonio formado por Carlos y Gema. GH11 fue divertido ver a Arturo, Indhira y demás, pero el interés estaba en la casa espía en la que Saray, Hans, Laura, Ángel… debían hacer creer que eran quienes no eran… GH12 tuvo una entrada más bien al uso, pero dividida en dos casas con la peculiaridad de convertir nuestro programa en una versión de «Confianza ciega» (¿Os acordáis de ese programa  en el que el latiguillo “jo, tía” se oía sin parar?), separando a Rubén y Chari y metiéndolos en casas llenas de personas del otro sexo. GH12+1 fue una locura porque nadie entraba del derecho y supieron unir las llegadas de forma bastante original… Y me temo que este año intentaron repetir la misma fórmula pero apelando al miedo a la altura sin mucho tino. Solo dos realmente sintieron la altura, y la sintieron al lanzarlos desde 40 metros en el exterior del plató ¡Ni siquiera estaban en Guadalix! Lo del limpiacristales fue ridículo, meter a dos en una bola de plástico para acabar en una piscina de bolas tampoco tenía mucho que ver con el vértigo… por no hablar del confe que se balanceaba y de la tirolina de distancia absurda. Aunque mejor que fuera así tras ver el contratiempo que hubo después, cuando Álvaro —ese sibarita— se lanzó al vacío en un auténtico salto de fe convencido que la fuerza de Gran hermano le salvaría. 

En realidad, lo único realmente interesante a propuesta de GH fue la llegada de Lorena. No debían haberlo dejado para tan tarde. Lorena fue, por derecho propio, la protagonista de la gala de presentación al entrar en la «casa de la broma». Primero la llegada de la embarazada, luego Lorena, después el hijo de Marilyn Manson… Tenían que haber aprovechado mejor la incertidumbre que pusieron. Tenían que haber abierto la gala con Ana —redactora de Hugo del año pasado (dato que Dani Santos no dudó en lanzar en Twitter)—, entrando en la casa con esa panza de embarazada. Habrían llamado la atención en el minuto uno, cosa que no consiguieron lanzado a Igor desde 40 metros de altura. Pero claro, el lema era el vértigo, no la broma… Imaginaos el impacto de ver a Ana y haber extendido la broma a un nivel mayor. Ya podrían haber aprovechado y, haciéndose eco de la rumorología habitual en los días previo, haber metido a más actores: la embarazada, el satánico, la chica de obesidad mórbida… y ¿por qué no? La que no tiene brazos, una monja, un estríper y una Drag Queen. También podían haber metido al tartamudo  y alguno más y haber hecho todo un espectáculo. Pero no fue así… En fin, solo es la gala de presentación y lo que sucede en ella es un simple atrezzo para que veamos una gala que más bien tiene poco que aportar con algo más de entretenimiento. 

El miércoles tendremos nominaciones. Las primeras nominaciones tampoco suelen tener mucha chicha. La audiencia no está muy familiarizada con los concursantes, ellos tampoco suelen mojarse mucho y sabemos que no pararán de quejarse por tener que dar nombres porque «todos son muy majos y me caen muy bien». Todavía intentarán ser muy correctos, solo hay que ver cómo respondieron cuando les preguntaron sobre qué concursante de «la casa de la broma» era el real. Ninguno dijo «la gorda» sino, la chica que ayuda a la embarazada. ¡Qué ricura! Y qué políticamente correctos son todavía. El espectáculo suele empezar con la primera expulsión… así que, el miércoles, como única motivación está en ver quién será el nuevo concursante. Espero que no le hagan llevar las cuentas de las nominaciones de sus nuevos compañeros porque eso sonaría a repetición…

En cuanto a los nuevos habitantes, mención aparte de Lorena y Álvaro, apuesto por Raki, Danny, Igor y Giuls como los más conflictivos. Sus miradas, sus ademanes… Si se unen en pandi, seguro que los odiamos y los expulsamos cual Nagore Nobles, y se colocan en grupos diferentes, habrá una buena lucha de titanes. Juan Carlos si sabe montárselo puede llegar lejos. Solo tiene que demostrar que es tan legal como nos ha vendido y esperar a que los malvados le hagan víctima burlándose de su tartamudez. A Álvaro e Iván los iba enseñando la puerta, sobre todo al primero ¡Cuándo entrará un tío homosexual normal! De acuerdo, aún no tengo la confirmación de que lo sean. Puede que Iván aún no sepa que lo es como pasó con Dámaso. Por cierto, a veces miraba a Iván y era como ver al seminarista de las juventudes del PP de la duodécima edición pero ya una vez fuera de la casa. Y qué decir del pelocho… Los demás, salvo esa vasca que habla tanto (nos dará confes insufribles) no me han levantado la atención de momento. Pero es pronto. Amé a Indhira hasta lanzando el vaso de agua a Carol pero no reparé en su existencia en la gala de presentación. Hay mucho todavía por descubrir. Empezamos, sin vértigo, pero algo mareados sí. 

2 comentarios:

  1. Voy a eliminar la moderación de comentarios, confiando que en no aparezca otra vez ese tal "Kike" que habla del complot del mundo porque no le han dejado entrar a él. A ver si este año se ha cansado de aburrirnos con su comentario denuncia.

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  2. Quiero entrar en GH15!!!!

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