viernes, 18 de enero de 2013

Listos para el vértigo

Gran hermano aún no ha empezado, pero es innegable que la temporada de esta edición ya ha arrancado. Empieza a hervir ligeramente cuando, un día inesperado,  empiezas a oír la sintonía del concurso en un anuncio de la tele que busca habitantes para la edición entrante. Es entonces cuando, aunque ya todos lo imaginábamos, tenemos la confirmación de que va a volver.

A los fanáticos del concurso, el solo hecho de oír los primeros acordes de la sintonía del programa ya sirve para erizarnos el vello y sentir palpitaciones, pero sabemos que desde que sale ese anuncio hasta que empieza, pueden tardar mínimo tres meses en empezar. Así que, la blogosfera que se dedica a comentar Gran Hermano, y solo Gran hermano cuando la vida está en directo, no se pone en marcha tras ese anuncio.

La temporada diría que la fija el blogero por excelencia de GH. Cuando un día te enteras de que el Gato ha vuelto, inmediatamente sabes que los demás debemos arrancar en breve. Aún las cámaras están apagadas, desconocemos el nombre de los nuevos habitantes y las sorpresas que nos tienen preparadas. Tan solo hay un eslogan y una pequeña promo… pero esto ya nos sirve para alimentarnos y a aporrear las teclas de nuestros teclados.

Son muchos los que no entienden bien el programa y demasiados los que dicen que ahora mismo hay cosas más importantes que ver lo que hace un grupo de desconocidos. Pero yo no estoy de acuerdo con esa gente. Posiblemente este año haga más falta que nunca Gran Hermano. Porque no todo puede ser las corruptelas del Partido Popular, el índice de paro o el mamoneo de la monarquía. A veces hay que poder mirar a otro lado, respirar para tomar aire y relajarse para después volver a la batalla diaria. Y Gran hermano es el lugar perfecto para desconectar. Porque ahí se crea un mundo a parte, particular y ajeno a los que sucede fuera. Ellos están aislados y su aislamiento en realidad es nuestro oasis.

Gran hermano vuelve en un mes. Aún queda tiempo como para que nos estemos viendo con mucha frecuencia por estos y otros lares dedicados. Pero a un mes de su inicio, es el momento perfecto para reencontrarnos, volvernos a saludar y, con aún toda la edición por delante, soñar con lo que nos deparará el concurso.

El lema de esta edición habla de vértigo, de sentir el vértigo. Como siempre, yo me quedo con lo de sentir que es lo verdaderamente importante. Lo demás sabemos que es simple morralla, estrategias de comunicación para que nos vayamos emocionando. La nueva era no fue muy distinta, el plan no estuvo muy bien elaborado, la otra historia lo fue porque eran nuevos habitantes… probablemente el eslogan que mejor ha funcionado ha sido el del año pasado: dale la vuelta y bien que se la dieron. Empezaron la edición cambiando signos típicos de gran hermano, luego dieron la vuelta y recularon para volver un poco al origen. Luego dieron la vuelta con las votaciones, los engañaron y cuando ya todo acababa, volvía a empezar de nuevo. Hasta que no vi salir por la puerta a Pepe, solo Pepe, no di por finiquitada la edición. Siempre cabía la posibilidad que volviera Zulema en cualquier momento a esa casa a abrazar árboles y empezara todo de nuevo. Ahora veremos de qué va esto del vértigo. Si es un eslogan más o como ese «dale la vuelta» determinará de un modo importante el devenir del concurso.

De momento, de lo extremadamente poco que sabemos, podemos asegurar que esta edición tendrá algo similar al +1 del año pasado. Ya han dicho que el casting estará abierto durante toda la edición (mejor sería aclarar que lo estará durante la mayor parte, pero no en su totalidad), por lo que la entrada de nuevos concursantes, los famosos intrusos, será una posible constante.

No se sabe nada sobre la casa o posibles casas. Tampoco se sabe cuántos concursantes entrarán… En realidad no se sabe nada de nada y ya estamos aquí, como locos, empezando a lanzar conjeturas, a intentar prever lo que veremos. Forma parte de la magia, que ya flota en el ambiente.

Lo que sí que tengo claro es que al final, lo más importante, no es si hay vértigo o si entran haciendo el pino. Si Gran hermano vive y perdura es por la capacidad de contar historias. El éxito o el fracaso de cada edición va determinado de eso, de la capacidad de los concursantes de contar historias interesantes y que nos apasionen. Las ediciones más flojas siempre fueron aquéllas que apenas pudieron contar algo al espectador. A ti, posible habitante, entra y vive la experiencia olvidándote en parte de mí, del espectador, pero no olvides que has de contarme algo. Es telerealidad, pero eso no quita la necesidad de tener un inicio, un nudo y un desenlace. Necesitamos de los buenos, de los malos, de las víctimas, de los secundarios y hasta de los extras. Cada uno verá qué papel quiere protagonizar… y posiblemente ni siquiera sepa qué papel tiene. Como dije en anteriores ocasiones, jugar a GH es como ser una ficha del tablero de ajedrez, pero sin saber qué ficha eres.

En fin, empezamos a hacer ruido. Estamos preparados para lo que venga, para las sorpresas que quieran prometernos. Estamos listos para sentir el vértigo o para quedarnos de pasta de boniato. Lo que ellos quieran.