La primera conclusión a la que podemos llegar con este GH es que jamás debemos dejarnos llevar por las primeras impresiones, más si éstas están movidas por los instintos más primarios. Una lección que han aprendido las chicas de la casa 2, pues tres días han bastado para que se hayan dado cuenta que erraron en su decisión sobre qué chicos querían en la casa con ellas. Descartaron al indio, infinitamente más ordenado y limpio, porque no se le notaban los oblicuos, no quisieron a Dámaso, mucho más entretenido (hasta cansar) porque canta coplas y tiene un único abdominal que sobresale del torso, no quisieron a Eduardo porque no tiene desarrollado los pectorales y el malaguita, pese a sus virtudes, es demasiado joven para ellas. Así pues, para la casa “chupi” eligieron los mazaos para alegrarse la vista y el gracioso para que entretuviera las veladas.
Los días previos a la elección parecía que esto era lo más lógico. Sus encuentros en la sala oscura eran tan calientes que una vez todos juntos aquello sería lo máximo –debieron pensar- pero no ha sido así. Yago y Óscar se creen superiores al resto, consideran que deberían besar por dónde ellos pisan, que todas están locas por ellos y que sus abdominales son tan extraordinarios que con ellos ya tienen todo ganado. Critican, insultan, ofenden con su presencia y aquel buen rollo que tuvo la casa 2 durante los primeros días ha dado lugar a una situación diferente. Algo que ya lamentan.
Terry, Marta, Mireia… todas babearon por los cachas, establecieron la división únicamente orientadas por el tacto de sus manos sobre tan musculosos torsos y fantasearon en buena medida con los futuros edredoning que podrían protagonizar con esos tíos tan cachondos. Posiblemente alguna ya imaginaba que podría desbancar a Indhira como la reina del edredoning pero al conocer a los machos a los que invitaron a entrar se han dado cuenta que la relación de masa corporal de los muchachos es inversamente proporcional a su masa neuronal, que están tan enamorados de ellos mismos y de su vanidad que más les hubiera valido quedarse con el coplas & cia. Al menos con ellos se lo hubieran pasado mejor. Sólo se salva Jhota y Joaquín, el primero fue invitado por gracioso, si bien es el más noble de todos cuantos están en la casa 2. Y Joaquín, bueno… parece que será el único que moje, y será con la gallega (ya que ésta ha sido rechazada por su paisano) y a ella mojar en GH le apetece un montón.
En el contrapunto está la casa de rechazados. Allí no flota esa sensación de tensión. Allí simplemente cantan, bailan, limpian… entrando en un bucle infinito que si bien hace que todos estén a gusto, a nosotros nos aburre un poco. Hasta Julio parece mucho más comedido. Sin sus secuaces ha podido tragarse el orgullo y conocer a gente tan distinta a él, algo que será muy enriquecedor para el boxeador, pues en esta vida hay algo más que músculos. Diría que es una experiencia que deberá aprovechar al máximo pues puede que su trayectoria en Gran hermano acabe ese mismo jueves.
Él está empezando a ser consciente de ello. Ya no está tan seguro de su salvación y lloriquea por las esquinas ante su incipiente salida. Probablemente la culpa de la actitud del boxeador es del malaguita. Marcelo ha dado evidencias de saber leer el concurso con más destreza que el resto de concursantes. Ha demostrado que él no sólo ha entrado en la casa por la fama que la mayoría persigue, sino porque ha sido un fiel del concurso y como tal ya se conoce las peculiaridades del mismo, vaticinando la salida de Julio antes que la de Lidia (Desconociendo que el otro rival que se disputa la expulsión es Óscar). Para el boxeador ella es don nadie y él tiene 5.000 fans, y ve su salvación de un modo clarinete. Pero esto no va de salvar, sino de expulsar y el matiz es importante, tal y cómo ayer vi a Marcelo explicárselo a Julio, dejándolo en cierta medida acogonado y diría que disfrutando al ver cómo le destruía las esperanzas que tenía de quedarse. Un punto perverso si que le vi al malaguita, la verdad. Una sorpresa para este espectador que ya le confundía como el único mueble de color de la casa 1.
Él está empezando a ser consciente de ello. Ya no está tan seguro de su salvación y lloriquea por las esquinas ante su incipiente salida. Probablemente la culpa de la actitud del boxeador es del malaguita. Marcelo ha dado evidencias de saber leer el concurso con más destreza que el resto de concursantes. Ha demostrado que él no sólo ha entrado en la casa por la fama que la mayoría persigue, sino porque ha sido un fiel del concurso y como tal ya se conoce las peculiaridades del mismo, vaticinando la salida de Julio antes que la de Lidia (Desconociendo que el otro rival que se disputa la expulsión es Óscar). Para el boxeador ella es don nadie y él tiene 5.000 fans, y ve su salvación de un modo clarinete. Pero esto no va de salvar, sino de expulsar y el matiz es importante, tal y cómo ayer vi a Marcelo explicárselo a Julio, dejándolo en cierta medida acogonado y diría que disfrutando al ver cómo le destruía las esperanzas que tenía de quedarse. Un punto perverso si que le vi al malaguita, la verdad. Una sorpresa para este espectador que ya le confundía como el único mueble de color de la casa 1.
Respecto a Dámaso, el chico está jugando a la ambigüedad. Entre copla y copla está soltando pistas sobre su sexualidad, muchas veces sin que la gente se lo pida. Que si es gay, que si es bisexual, para luego negarlo todo y volver a empezar. Y yo me pregunto ¿Qué busca con todo esto? Si quiere decir su orientación, que lo diga sin adornos, pero querer acaparar la atención todo el rato con lo mismo evidencia su talón de Aquiles, que una vez aclarado el dilema sobre su sexualidad, Dámaso perderá todo interés. Es la única carta que está jugando, si bien no se da cuenta que podría tener otras en la mano.
Ayer no pude ver el debate. Empezó demasiado tarde, así que lo veré después cuando lo repitan en la Siete (yo paso del combate Hispania vs. Príncipes). No obstante me he enterado por otros blogs que el porcentaje ciego más alto era del 51%. Personalmente creo que es de Julio y aunque según acabó la gala del jueves yo pedí el voto para el feroz, ahora me decanto por Óscar. Los motivos son sencillos. De momento estamos ante una soporífera edición, dónde lo poco que hemos rascado ha sido en parte gracias al boxeador. Por otro lado, me crea cierta satisfacción poner en jaque a Yago eliminando a su reina para ver cómo se comportaría solo, como actualmente hace Julio. Además, el azafato aporta mucho menos a este juego que el resto de nominados. Así que, si el 51% es de Julio, a ver si hacemos la remontada… en cualquier caso el jueves tendremos un vigoréxico menos.
Os dejo con Mireia intentando triunfar… No, si en este Gh todos tienen sed de fama.
Lo dije en la entrada anterior y me reafirmo en esta: Óscar a la calle. Julio, a pesar de que me cae fatal, es el que más juego puede dar y, según como vayan las normas de la casa, si consigue volver a recobrar confianza al ver que no le expulsan seguro que nos brindará con más momentos de verguenza ajena y musculos sin razón y argumentos.
ResponderEliminarLo que extraigo de esta entrada que has hecho es que en el fondo deberíamos de pensar más con la cabeza que no con la......... (póngase aquí el órgano que más le guste al lector).
Saludos