lunes, 27 de febrero de 2012

La carrera


Hugo y María perdiendo Gran Hermano.

Éste ha sido un fin de semana donde ha sucedido una gran cantidad de cosas, muchas pequeñas y casi imperceptibles y otras más evidentes, que sinceramente creo que va a cambiar el rumbo de concurso. Por eso hoy, cuando ya llevamos un mes y medio de encierro y con una buena tanda de tramas abiertas sin que ninguna adquiera el absoluto protagonismo, me quiero detener hacer un breve balance sobre la posición de los doce concursantes actuales y su lugar, a ojos de este espectador, dentro de esta carrera para hacerse con el maletín de los 300.000 euros.

Los rezagados:
- Cristian fue el último en entrar, lo cual hace que sea de momento el último en la carrera. Aunque el mayor problema que veo en él es que todavía ni siquiera ha empezado a correr. Sus comentarios hechos en la prueba de casting y sus primeros días llenos de chistes del estilo de Torrente han impedido que este concursante empezara a moverse. Por suerte, de momento ha caído bien a sus compañeros, que toman sus comentarios a risa como quién ve una película de Pajares y Esteso.
- Ochoa ha sido una lianta y una correveidile. Sus conocimientos sobre Gran Hermano, el cual se considera incondicional del programa, no le han valido para saber moverse por la casa como se esperaba de ella. Ha sido un gran personaje secundario, que si todo sigue como parece, se despedirá de su aventura este jueves.
- Juan se desgastó en las primeras semanas, posiblemente debido a sus prisas en dejar que la gente viera una imagen más amable y real del cura llano. Ha conseguido su propósito con creces, dignificando y humanizando su profesión. No solo lo hemos visto reír y bromear como nunca antes hubiéramos imaginado en un miembro del clero, sino que también sabemos que se empalma. Solo nos falta ver como mea y caga para que nos quede claro que es una persona como el resto (¿Alguien lo dudaba?). Pero más allá de esto, Juan ha desaparecido de escena y solo se le ve cuando destila odio y rencor cuando alguien le nomina, sentimientos que por otro lado también son muy humanos.
- Alessandro tuvo su momento cuando Noemí se fijó en él pero tal vez estemos ante uno de los personajes que menos están aportando a la edición. Al igual que Juan, anda desaparecido orbitando por la casa sin que le salpique los problemas de Noemí, lo cual es un paso, pero sin hacer méritos propios para que llegado el momento le recompensemos con el dinero del premio.

El pelotón:
- Marta consiguió algo importante en este concurso: un grupo de envenenadas dispuestas a martirizarla por el simple hecho de ser más joven y haberse acercado a Pepe. El problema es que, tras la salida de Verónica, sus azotes parecen haberle dado una tregua y ella ha empezado a mostrar ciertos delirios incomprensibles que la alejan del espectador. Casi no hay tramas que giren a su alrededor, aunque Noemí, con sus mentiras, la ha dado un poco más de protagonismo.
- Michael anda algo más avanzado que el resto gracias a Ariadna, si bien es ella también su azote. Su relación con Juan y ahora con Cristian, su postura de guardar las buenas formas, protector de la moral y su afán de convertirse en un lunny que vela por la hora a la que deben irse a dormir le hace estar más cerca de los Julja y Mirentxu (GH10) que cualquier otro perfil más divertido. Ahora, si algo lacra su carrera es la misma que le hace protagonista. Ariadna no cesa en su intención de controlarle y cuestionar todo lo que haga, sin tener miramientos a la hora de señalar todos los gestos feos que le dedica. Se debe sentir dichoso por tenerla como amiga, aunque para tener amigos así…
- Ariadna es divertida y desesperante a partes iguales. Su lado gamberro seguro que le hace ganar adeptos y no puedo evitar reírme con los vídeos con los que nos deleitan en la gala y en el debate, donde Ari se convierte en un buen recurso. Sin embargo, cuando se pone en el papel de la novia despechada pierde todo lo que ganó por el otro lado. Si a eso le añadimos el fuerte placaje que tiene con el policía, tenemos con concursante esencial pero con aristas desagradables que dificultará su triunfo.
- Hugo era hasta este fin de semana uno de los más adelantados. Su actitud leal y conciliador, sus largas conversaciones nocturnas, su predisposición en las tareas lo hacían un posible ganador. Solo necesitaba un argumento que lo lanzase a los brazos de una audiencia deseosa de tramas protagonistas para convertirse él en el elegido. Y este sábado lo hizo, pero en dirección opuesta. No creo que haya tenido tema con María, tal y como él dijo después el domingo por la tarde. Si de verdad hubiera pasado algo tendríamos más imágenes que esos 2 minutos montados dejando libre a la imaginación. Sin embargo, si hay gestos que sentencian al muchacho. Ya solo ver a María acariciándole la cara a altas horas de la madrugada es suficiente como para romper la imagen de chico leal, y por sus últimos comentarios, existe la posibilidad de que finalmente sucumba a los encantos de la jerezana. ¿Y qué? Dirán algunos. Laura de GH12 hizo algo similar y ahí está: ganadora. Pero en este caso fue distinto. La audiencia, mayormente femenina, empatizó con el drama de Laura. Una chica con una relación larga y apática, sin magia y que de repente sintió mariposas. La imagen de Laura llorando en el confesionario mientras decía a Samuel “Esto es lo que hay” más una familia que rechazó la relación dándole de lado en la noche de las sorpresas fue decisivo para su victoria. Mientras, con Hugo, las mujeres se ponen de lado de Julia y él solo queda como un tío infiel que a la primera de cambio antepone los instintos sexuales a los amorosos
- María peor lo tiene. Con ella seré breve. María es para la audiencia “la otra”. Se quemará viva si sigue con el juego.
- Noemí es la sorpresa de este año. Noemí empieza a despuntar como una autentica villana, aquella que tanto necesitamos: mentirosa compulsiva, desleal, provocadora, cobarde… pero lo mejor de todo es que tiene gente suficiente para llevarla lo más lejos posible, asegurándonos tener a la mala del culebrón durante mucho tiempo. Según pasan las semanas se va descubriendo más. Intenta manipular a Hugo, juega con Alex, miente a casi todos y ni se despeina. Si sigue mucho tiempo en el juego, posiblemente sea ella quién haga a uno de sus compañeros en protagonista absoluto, y puede que en ganador.

Los adelatandos:
- Pepe es uno de los que más simpatías cosecha. Es jugador a cara descubierta, gracioso y divertido a partes iguales. Su conflicto con Aristides le colocó en la primera línea y consiguió captar la atención de muchos. El problema es que es terco y cabezota. Gran Hermano es una carrera de fondo. De momento ha salido airoso pero puede estar desquiciado dentro de un mes haciéndole perder toda la ventaja que hoy aún tiene.
- Y Sindi, para mí la que está a la cabeza. También divertida (perfil que se repite mucho este año), comprensiva y trabajadora. Ya ha levantado algunas suspicacias entre sus compañeras, que posiblemente aumenten según pasen las semanas. Y aún así ella sabe estar con todos. Tiene palabras de ánimo para sus compañeros, abrazos y besos para aquellos que están tristes y su amistad, pura y trasparente, con Pepe la alzan a una posición privilegiada. También la hemos visto hundirse pensando en su novio, la hemos sentido cercana y humana, y también la hemos visto levantarse con entereza.  Solo le hace falta hacer click y Gran Hermano será suyo.

Pero hasta que llegue ese click, si llega, la carrera continúa y aún puede haber sorpresas. Muchas sorpresas. Es lo bueno de este año, que aún puede pasar cualquier cosa… otros años, a estas alturas, ya sabíamos quién ganaba.

viernes, 24 de febrero de 2012

El Gran Hermano de los detalles


Salió por borde

Anoche tuvimos la esperada gala del terror, este año menos terrorífica pero igual o más divertida que años anteriores, con el pabellón de las pruebas convertido en un circo de los «horrores», donde lo único que de verdad daba miedo era la vomitona incipiente de Marta cuando bañaban a los dos nominados de cada concursante de un congelado puré de verduras. Una gala amena y divertida que se saldó con la esperada expulsión de Verónica, la entrada del payaso Cristian y una terna de nominados muy amplia y variada.

Muchos están comparando esta edición de Gran Hermano con la cuarta o la novena por ser una edición donde el protagonismo está recayendo en muchos concursantes, por la falta de dos bandos claramente diferenciados y enfrentados y por ser una edición donde las bromas y las risas predominan a los malos rollos. Tal vez por eso está siendo la edición de los detalles. Ellos se llevan bien, con sus diferencias, pero eso no quita para que sí existan las suspicacias, la desconfianza e incluso las puñaladas traperas. Solo que no son evidentes. Hay que estar pendiente, fijarse en todo al mismo tiempo y saber analizar qué hay detrás de una sonrisa, un comentario inocente o una mirada. No todo son risas, bromas y cachondeo aunque algunos se esfuercen en aparentarlo como lo hicieron los concursantes de la primera edición.

Todos sueltan detalles que desvelan sus verdaderas intenciones, pero esta semana la reina de los detalles ha sido Ochoa. La riojana ha sido «víctima» del engaño de Noemí, que la nominó la semana anterior y la mintió en su cara afirmando que había votado a Pepe, ha arremetido contra su amiga Ari entre cuchicheos para dejar constar la poca lealtad de su amiga, ha intentado sembrar la duda a la audiencia del acercamiento de Hugo con María, para más tarde repetir la hazaña con Sindi y Pepe con comentarios que llegué a pensar que en realidad se trataba de reflexiones que hacía sobre su propia relación con Alex y cómo lo estará viendo su prometido, poniendo a Hugo y Sindi como ejemplos para que no se dijera en alto su verdadera duda. Si a eso le añadimos que quiso pedir a la boca de los deseos poder ver este domingo a su novio con la excusa del cumpleaños del muchacho (Que finalmente no pudo solicitar porque Ari se adelantó), diría que Ochoa utilizó a los otros para poder hablar de las dudas que en realidad tiene ella. Como cuando quieres pedir la opinión a un amigo sobre algo, pero no quieres que sepa que ese algo te sucede a ti: “Tengo un amigo que va a casarse dentro de unos meses y me ha dicho que se lo está pensando por esto ¿Tú que opinas?”. Ochoa es un gran elemento desestabilizador dentro de la casa con unas fuertes armas: primero sabe escuchar y hablar, no tiene una personalidad agresiva por lo que no causa un gran rechazo entre sus compañeros y por último tiene una gran capacidad para filtrar y mover la información según su propia conveniencia. La lástima que su juego ha terminado cayendo en la audiencia y esta semana, en la que ha quedado nominada con otros tantos, sus posibilidades de salir aumentan considerablemente.

La concursante 12+1 de la semana pasada, que ya podemos llamar en realidad la 11+1, ha dado al programa esos vídeos que seguramente se buscaban. María, la jerezana, ha causado furor entre todos los hombres de la casa: los solteros, los comprometidos y hasta el cura. Es la chica 9.5 que dijo Juan a Alex aunque ella, por sí sola, no ha hecho absolutamente nada. María ha sido protagonista solo por las reacciones que ha causado de euforia en los hombres y de desconfianza en las mujeres. Michael ha ido babeando tras ella, Hugo ha sonreído algo más de la cuenta y Pepe se pasa el día con el peine en la mano. No obstante, si María fuera un cardo borriquero, su protagonismo se hubiera mimetizado con el mobiliario de la casa. Aquí afuera, muchos la han llamado de todo pero, que nadie se engañe: María no ha hecho nada… de nada. Pero aunque la muchacha, que solo lleva una semana, solo ha aportado una dosis fuerte de belleza, ha conseguido reacciones muy interesantes, y volvemos a los detalles. Los de Ari son muy evidentes. Tras ver como todos los hombres corrían en hacer el papel de machos-alfas (Que les faltó mear por las esquinas) la madrileña no ha dejado de contagiarse de miradas más propias de Vero. Ha hecho varios juramentos de separarse de Michael al ver cómo ahora ya no le devuelve las carantoñas y se ha convertido en el azote del policía. Le ha reclamado cosas que solo una pareja podría tener derecho y hace de guardiana y fiscalizadora de los movimientos del muchacho. Es un corsé muy estrecho en el que Michael deberá moverse como si estuviera en arenas movedizas, porque la posibilidad de equivocarse se ha multiplicado un 110%. Haga lo que haga está vendido… y encima por una persona que dice quererle tanto. Ari, sin darse cuenta –o sí–, ha encontrado quién la convierta en víctima, porque lo que él hace “Está muy feo”. Pero él no se queda atrás. En su lucha de meados masculinos por llevarse a la hembra, ha empezado a resaltar lo inadecuado del comportamiento de Hugo, que tiene novia y abraza mucho a la jerezana. El poli, guardián de la moral junto con el cura, ha dicho que hablará con Hugo si sigue con el comportamiento, y de repente me asalta la imagen de Ángel de GH11 diciendo que hablará con Arturo por como trata a Indhira. Luego nunca habló con él, como Michael hará seguramente con Hugo, pero ya nos ha soltado la llave de la puerta que quiere que abramos para que saquemos conclusiones. Y todo por la entrada de María. Nunca una concursante que ha hecho tan poco ha causado tanto revuelo.

Si con María se buscaba el conflicto amoroso, GH ha optado por la entrada por un concursante aún más polémico que el propio Aristides. Cristian, empresario de 27 años y millonario (según publica vertele) tras haberle tocado la primitiva, entró ayer vestido de payaso mientras en plató nos mostraban imágenes de su prueba de casting donde decía que las mujeres no tienen derecho a quejarse porque tienen lavadora y secadora cuando en la antigüedad iban al río y tenían siete hijos. Las trató de frescas e interesadas y terminó luciéndose hablando de la división entre los tíos normales y los maricones, con los que no tendría trato jamás. Un lujo de concursante que evidentemente lo han cogido para generar un conflicto directo, algo que se vea y traspase la pantalla. La dirección buscan a alguien que sea capaz de hacernos sentir cosas, cosas malas como nos pasó con Aris: Y es que, al final, se necesita de villanos en mayúsculas para que las historias conmuevan. Y en este Gran Hermano de los detalles, los villanos se confunden y cuesta identificarlos. Pues bien, con Cristian no nos pasará eso.

La polémica no tardó en saltar a las redes sociales con la pregunta de si una persona así merece o debe estar en un concurso como éste. Algunos han dicho que le hace un flaco favor a Gran Hermano, otros que la sociedad está intentado luchar contra estos ideales para que venga alguien a promocionarlos y por último están los que entienden su entrada. Yo, aunque evidentemente no comparto sus pensamientos, entiendo su participación. En primer lugar porque, aunque no nos guste lo que dice, lo que dice no es delito. Si lo fuera, Intereconomía, La Gaceta y medios afines serían ilegales. Segundo porque al permitir que entre este especimen, la sociedad puede tomar consciencia de que aún existe gente así, y joven, que no nos podemos relajar… Si lo censurásemos en televisión podría haber gente que creyera que ya está todo hecho. Y tercero, es una oportunidad única para hacer una condena pública y unánime. Por otro lado, diría que exageró sus propias palabras aunque lo crea firmemente. Solo hay que ver la contundencia con la que habló en el casting y lo vacilante que fue en directo cuando Mercedes Milá bromeó con su salida del armario. Ahora, se equivoca si cree que lo que presenta a Gran hermano es un rol nuevo. Muchos ya le comparamos con Dani Rubio de GH8, pero éste de momento se queda en mala copia.

Por último los nominados fueron variados: Juan, Ochoa, Marta, Sindi, Michael, Noemí, María y Pepe, aunque éste último se salvó al encontrar a Cristian escondido en el tiempo establecido. Pepe no dudó en salvarse a sí mismo en lugar de a un compañero… Puede que tema salir expulsado ya que con Aris fue el segundo más votado, pero creo que erró en su camino a la final. Si hubiera salvado a Sindi, su fiel amiga, hubiera quedado como generoso y hubiera sumado votos positivos. No lo hizo y seguramente sus detractores lo utilizarán, junto con lo de maltratador de perros, para seguir haciendo campaña en su contra. Y ya acabo. Las encuestas dan de momento a Ochoa el billete para salir la próxima semana. No me gusta la riojana, pero sigo apostando por su rol dentro de este Gran Hermano de detalles, mientras otros concursantes ya han perdido toda la mecha. Sigo pensando que Juan está acabado en el juego, que no da más de sí. No digo que sea mala persona. Todo lo contrario. Pero su papel en esta historia ya no tiene chicha. Es el que vela por el ordenado cumplimiento y que el sucumbe de vez en cuando a las piernas de Ochoa. Más allá de esto ¿Qué hace el Pater dentro? Ni genera nuevas tramas (Como Pepe, Ochoa, Marta o Ari) ni su presencia las provoca (Como María). Simplemente está.

viernes, 17 de febrero de 2012

Y Mary Joy se quemó


Adiós a Mary Joy.

Estaba cantado que la batalla de ayer estaría entre Mary Joy y Ochoa, una vez más mujeres y concursantes satélites pero que estaban gozando de salud dentro del juego que tiene la casa. Yo hubiera preferido la salida del ‘Pater’, alguien a quien, según mi perspectiva, ya ha finalizado todo lo que podía dar. Apenas sin apoyos, con interacciones breves, concisas y en muchos casos, irrelevantes a la acción de la casa. El interés único que despierta Juan ahora mismo es si se empalma o si acaricia el muslamen de las muchachas, como si se tratara de la pregunta trampa de un suegro a su recién estrenado yerno a la hora de repartir el asado: ¿Muslo o pechuga?. ¿De verdad interesa esto? Flaco favor le hacen, desde luego, porque lo que a la audiencia quedará como simple anécdota, a sus jefes les puede resultar escabroso. A mí, que Juan fuera cura  me importó la primera semana, como importó la transexualidad de Amor en GH9, la silla de ruedas de Toscano en GH11 o las juventudes peperas de Dámaso de GH12. Al final la experiencia nos demuestra que más allá del cliché inicial, solo queda la persona. En este caso, el cura motero ahora es simplemente Juan. Y Juan ya aporta poco a esa casa, ya que se agotó durante las tres primeras semanas. Hugo y Marta aún están por descubrirse (Si lo hacen algún día), y Ochoa y Mary Joy eran de los nominados, personajes importantes en las tramas actuales. Tal vez no por lo que son para sí mismas, sino por lo que son para el resto de habitantes de la casa.

Finalmente salió Mary Joy por un 43% de los votos. Imagino que en su contra tuvo principalmente dos focos: los que la acusaban de mueble y los que defiende la relación de Noemí y Alexandro, y por tanto querían echarla por miedo a que se entrometiera. Qué menos que valorando ambas opciones la llamaran estufa, y no simple estantería. Para mí, Joy fue una buena observadora las dos primeras semanas del concurso, pero en el punto actual, calificarla como parte del mobiliario es un error. Su actitud hizo que se convirtiera en el blanco de las chicas y su juventud la envolvió como el fruto prohibido de los hombres. Su descaro, mezclado por su inocencia, su alianza con Sindi y Pepe, su belleza exótica e incluso su valentía al enfrentarse a Aris. Ha sido una de las participantes que más minutos ha cosechado en los resúmenes ¿Y aún hay quien la llama mueble? Si algo la eliminó del concurso fue precisamente el protagonismo que tuvo, malinterpretado en la mayoría de los casos, en la relación con Alex. Jugó a un juego peligroso que no solo vimos nosotros, sino también en la casa y que las envenenadas (Ari, Ochoa y Vero) se encargaron de matizar por si no nos quedaba claro. Bailó, besuqueó y achuchó al italiano consciente de los sentimientos de Noemí, jugó al juego de la seducción sin intenciones de ir a mayores, lo que para muchos se traducía en una simple provocación. Da igual que fuera joven y soltera, que ella, a diferencia de Noe, no tuviera que rendir cuentas a nadie y por tanto fuera libre de hacer lo que le viniera en gana. La parte de la audiencia que se desvive por las historias de amor ya había adjudicado a Alex a Noe, y por tanto había que protegerlo de agresiones externas, las de Joy en este caso. Éste está siendo un año donde las relaciones amorosas escasean, por lo que había que apurar en proteger la única en ciernes.

La otra trama amorosa que progresa en la casa, pero ésta aliñada por el amor no correspondido, el la de Ari y Michael. Me cuesta tragarme a Ari en ese papel y reconozco que no la soporto en un rol que desempeñaron Sabrina o Naiala con mejor fortuna. Prefiero a la Ari bromista y pícara a esa caricatura que hace rogando a Michael un cariño que él ya ha dicho que no puede dar. El problema es que Michael está jugando muy mal sus cartas porque sus palabras dicen una cosa y sus gestos otra. Me aburre que digan que no tiene por qué cambiar con una persona cuando el amor no es correspondido. Sinceramente creo que sí debería hacerlo si con sus actos están dando alas a algo que no va a aceptar. Está bien que se abracen y se den caricias, pero como diría Pepe, solo si estuvieran en la misma frecuencia. Pero a Michael le da igual dañar a Ari con tal de tener su sesión de besos y abrazos. Por otro lado, de no ser por Ari, Michael no saldría en lo resúmenes ¡eso si que sería un mueble!

Ayer nominaron con María, la nueva más uno, como maestra de ceremonias. Con Mary Joy fuera del concurso, los votos se concentraron en Marta. Parece que existe fobia a las jovencitas de este año (Algo que María no ayudará a erradicar. El pibón de 20 años despertará envidias si no lo ha hecho ya). Con Marta subió Sindi y Verónica, aunque María falló en las cuentas y comunicó que todas las chicas estaban en la palestra. De Sindi ni me preocuparía y entre Marta y Vero (Ambas concursantes más uno del concurso) creo que Vero es quién más posibilidades tiene de salir. Es demasiado seca, su tono de voz cortante…  destila mala leche a raudales por lo que muy mal se lo tiene que montar Marta para ser ella la expulsada. Además, no estaría mal dar una dosis de humildad a las envenenadas. La salvación de Ochoa hará que se crezcan.

martes, 14 de febrero de 2012

Los satélites a escena

Lo mejor de las nominaciones en positivo es que podemos someter a la casa y sus habitantes a una lectura diferente, completamente contraria a las nominaciones habituales. Si el voto negativo pone a la palestra a los protagonistas de la casa, héroes y villanos, las nominaciones en positivo sacan al juego a los satélites de la casa, a esas personas que se esfuerzan por sembrar todos los campos, en sonreír a todos, en agradar a héroes y villanos. El refrán dice que quién mucho abarca, poco aprieta algo que aquí podríamos traducir como un número limitado de afecto por distribuir, y aquél que decide repartirlo para todos para que nadie se acuerde de su nombre durante los votos negativos, consigue lo mismo con los positivos.

Nadie se acordó de Marta, si bien siendo la nueva era lo más evidente, pero tampoco se acordó la suficiente gente para salvar a Juan, Ochoa, Mary Joy y Hugo. Son, por así decirlo, los tibios de GH12mas1 (Más unos que otros), los que se mojan poco, los que dicen siempre lo que el otro quiere oír.

Hugo pertenece a ese rol ya muy explotado en Gran Hermano. Es el concursante de alma tranquila, pacífico, trabajador… aquel que no le gusta los líos, el que le cuesta una burrada posicionarse ante una disputa. Gana adeptos por ser guapo y porque se le ve de lejos que es un tío noble. Todavía no ha reclamado su parcela de protagonismo en este juego, optando siempre en convertirse en un espectador en primera línea, que escucha e intenta modificar el devenir de las tramas del concurso con sus sabios y tímidos comentarios: bien en la radio, en la cama-piscina o en la mesa de billar. Es como un jugador de videojuegos que ve lo que ocurre sintiéndolo en primera persona, con la posibilidad de alterar algunas acciones de la narrativa en función si pulsa X o O. Por eso mismo ayer nadie se acordó de él, solo Noemí, aunque tampoco creo que deba temer por su permanencia. Sobrevivirá a esta criba y a otras muchas. Pero o empieza a reclamar su lugar en esta edición o mucho me temo que quedará segundo, como mucho.

Mary Joy, antes mueble, es una de las sí corren peligro. Cayó en la lista porque el grupo al que pertenece no supo organizarse para salvarse todos (Como no supo ningún grupo). Es su tercera nominación, segunda de forma consecutiva y ni dentro ni fuera terminan  de entender a qué juega la pequeña del grupo. Hace un buen equipo con Sindi, Marta y Pepe, y pese a las críticas recibidas la primera semana, Joy ha sabido deslizarse con suavidad hasta convertirse en una de las protagonistas de esta edición. En su contra juega el apoyo de los incondicionales de las historias de amor. Aquellos que abogan por la relación de Noemí y Alexandro, querrán sacarla del juego para evitar que sea el obstáculo de Noemí. Sin embargo creo que se equivocan. Joy está siendo el revulsivo de la canaria, la que en realidad ha despertado el interés en el italiano. De no ser por Joy, Noe jamás se hubiera atrevido a dar más pasos. Es el viejo monstruo verde de los celos.

Juan era uno de los que evidentemente caería en unas nominaciones positivas, posiblemente el más perjudicado con esta vuelta de tuerca. Su carácter conciliador, con indicios de manipulador frustrado, le salvaba de los votos negativos. Pero ha perdido sus grandes aliados, ha quedado solo orbitando por la casa, soltando sus arengas y sus discursos de fe. No molesta e inclusive seguramente sea determinante para ciertas situaciones. Pero no es necesario para ninguno de sus compañeros. Al igual que Hugo, no le veo con firmes opciones a la expulsión y tal vez hasta le venga bien esta exposición a la audiencia. Juan se equivoca siempre en su análisis, mostrando miedo a la nominación, sin ser consciente que para ganar hay que estar nominado, conseguir captar el foco de la luz para que te vean y así despertar ese algo en la gente que le aupe la final. Los que vagan en las sombras, siempre caen en el tramo final del concurso. Si Juan pierde el miedo a la nominación, a ese estado alterado de Gran hermano, podría hacer un juego mejor, más visible y transparente… que al fin y al cabo era lo que buscaba.

Ochoa es probablemente quien se bata en duelo con Mary Joy este jueves. Es la tercera en discordia del grupo de las envenenadas, la traicionada por su propio grupo por el voto de Ariadna a Michael o a Vero (Según se mire). Las tres juntas forman un grupo gracioso y divertido, criticonas y que analizan todo en función de la mira que les interesa. Tienen mucha mala leche, pero en Ochoa se ve con más claridad que con Ari o Vero. Por eso hoy se ve a la riojana a una de las que más posibilidades tienen de salir de la casa. La pregunta ¿nos interesa sacar a uno de los elementos desestabilizadores? Ochoa no es santo de mi devoción, no creo que reúna las cualidades para ser un ganador pero reconozco que veo en ella un elemento necesario, como con Mary Joy. No obstante, otra vez nos quitaremos del medio a un filón.

De Marta poco puedo decir. La chica apenas lleva cinco días. Ha hecho algo de piña con las más jóvenes. Se lo pasan bien, bromean y pasan el rato como buenamente pueden. Sería injusto sacarla tan pronto. Antes veamos si es villana, heroína o simple estantería.

Complicada decisión. En esta tanda me atrevería a decir, gane quien gane, seremos nosotros, la audiencia quien perdamos. Perderemos un hilo argumental sin explorar lo suficiente, y dejaremos a aquellos que no se han atrevido aún a mostrarse.

domingo, 12 de febrero de 2012

Aris nos hizo sentir muchas cosas... pero todas malas

Pepe se comió literalmente a Aris.

No deseaba tanto la salida de un concursante desde… uff, ni me acuerdo.  Cada vídeo que iba viendo de Aris, cada conversación con sus compañeros, con el perro o consigo mismo, iba provocando una sensación casi irracional que muy pocos habían logrado. Aris logró lo más importante, consiguió hacer eso que tanto queremos de un concursante de Gran Hermano: que nos haga sentir, un fallo que hemos visto en muchas ediciones, sin ir más lejos la anterior, donde los ratoncitos a los que mirabamos no nos removían por dentro, pasaban inadvertidos ante la cámara, aportaban bien poco… Pero con Aris no pasó esto. Él con sus monólogos, su pena y su yoismo exacerbado logró removernos por dentro, tocarnos en lo más profundo…. Desde luego que no pasó desapercibido y con una sola semana consiguió despertar una gran cantidad de sentimientos. El problema fue que, lo que nos hizo sentir no era bueno. Todo lo que despertó en nosotros era malo: malísimo diría más bien.

Su expulsión era algo que muchos ya anunciabamos, era una crónica de una muerte anunciada, como el título del libro de Gabriel García Márquez, aunque no negaré que pensé que alguna mano negra movería algunos hilos solo para poder mantenerlo en la casa más tiempo, y más tras pedir la inmunidad durante la semana siguiente. Al fin y al cabo, Aris se había convertido en protagonista absoluto durante su semana de permanencia, se proclamó el malvado de la edición y su pronta salida era perder un filón por explotar.

Salió como se esperaba y se enfrentó en plató a un Pepe que literalmente se lo comió pese a su tartamudez y sus nervios. Pepe dejó bien claro su supremacía en el conocimiento de este juego y supo lanzar las estocadas a los puntos débiles que Aris intentó por disimular. Luego, tras comunicar que finalmente él era el expulsado, Mercedes Milá hizo el resto, convirtiéndose en la voz de muchos de nosotros y dijo en alto lo que todos hubiéramos querido decirle: que su drama nos cansó, que el uso que le dio a la palabra «maltrato» nos repugnó, que solo buscaba fama… Me faltó un vídeo mostrando sus «yo, yo, yo, yo soy una persona…» en lugar del vídeo de amor que pusieron con Torso.

Por suerte, y si una repesca no nos lo estropea, hoy ya dejaré de hablar de Aris, protagonista indiscutible en la semana en la que estuvo, pero protagonista por ser uno de los peores concursantes de la historia de nuestro programa. Un concursante tóxico que diría Pepe de GH7.

La salida de Aris trajo una nueva entrada, la de Marta. De momento hay poco qué decir sobre ella. Me pareció algo alocada y con el toque choni que esta edición no tiene. Habrá que seguirla de cerca…

La última novedad la tuvimos el viernes a mediodía. David, el ‘papafrita’ decidió abanadonar voluntariamente el concurso. Aún no conocemos muy bien las razones, que las veremos esta noche en el debate, aunque parece ser que echaba de menos a sus hijas. Personalmente creo que David, al ver cómo regresaba Pepe, y tras analizar a sus compañeros, comprendió que él se había convertido en un concursante gris y mediocre que aguarda su turno para la expulsión. David se juntó a Juan y Michael y juntos formaban la tríade de la moral, las buenas formas y las costumbres, los que más campaña hicieron contra Pepe acusándole de dormir mucho, de hacer fiesta por la noche, de no colaborar en la prueba lo suficiente… Hubieran hecho una buena piña con Mirentxu, de GH10, junto con Julito y Palomares, aunque me temo que hubieran terminado cancelando una edición así.

Sus críticas al bailaor y a Mary Joy (Que para mí ya no es ningún mueble) son bastante injustas y me temo que fallan en lo primordial. Es esencial pasar la prueba… pero es esencial para ellos. A mí como espectador me da bastante igual. También es importante colaborar con las tareas del hogar, pero es importante para ellos. A mí mientras el mal olor no traspase mi televisión tampoco me importa mucho. Y lo de dormir… los noctámbulos de esta edición se acuestan muy tarde, dando vida a la casa hasta altas horas de la noche, y se ven obligados a levantarse temprano… lo que hace que den cabezadas durante todo el día. Probablemente si juntamos las horas de sueño, David y cia duermen más que los gamberros… por tanto, su crítica tampoco está justificada.

Casualmente su salida ha provocado un acercamiento de Juan con Pepe y los portadores de la moral han quedado muy mermados. Ahora, sin Aris increpando y David amuermando, la casa ha ganado ritmo y dinamismo y encima podemos tener la posibilidad de conocer a alguien que sustituya al ‘papafrita’.

Por último mencionar que me he visto obligado a poner la moderación de los comentarios al blog por el ataque de una persona que inunda las entradas con un comentario mal escrito, lleno de mayúsculas mezcladas con minúsculas, sin espacios y con símbolos +, -, /… se hace llamar Kike y es conocido en los foros de Telecinco porque lleva desde GH10 (Que yo sepa) dando por saco con ese mismo comentario: acusando al concurso de tongo, llorando porque no ha pasado las pruebas, insultando a Mercedes Milá…a mí si es verdad o no, me la suda pero creo que se equivoca de lugar. Aquí no tiene sentido que lo diga o que lo repita hasta el infinito. Pero como veo que no cesa en sus intenciones de contaminar este espacio personal… pues me veo en la obligación de moderar. Si escribís comentarios, luego los público estén o no de acuerdo con lo que yo digo. Mientras se respete a los usuarios, cualquier opinión será bienvenida.

Esta noche debate y mañana la última «última hora» -de momento-, con nuevas nominaciones y entrevista a David. El jueves seguramente ya regresemos a nuestras galas habituales: con su expulsado aún en Guadalix, sus nominados, su entrevista… hubo cambios este año aunque no fueron tan bien recibidos como los recibí yo… y es que España es como en la Comarca de los hobbits: perezosa para los cambios.

martes, 7 de febrero de 2012

El juego sucio de Aris

Este está siendo un año curioso y fascinante. Nada que ver con los últimos años. Estamos ante una edición bastante organizada, preparada y hasta educada. No es que este año no discutan, sino que el volumen de la discusión no es el habitual al que estamos acostumbrados, algo que sirvió de insignia al programa gracias a Bea la Legionaria, Tatiana ó Laura Campos. En GH 12+1 se discute a media voz, muchas veces hasta respetando los turnos y teniendo que soportar las sonrisas del contrincante en una pelea verbal mucho más dura que de costumbre porque, el primero que falte al respeto, pierde. En las otras ediciones esta peculiaridad no se daba porque todos, absolutamente todos, entraban en el insulto barato dejando a la audiencia la potestad de valorar las formas de cada uno. Aquí no, aquí se razona, se expone y se lucha por hacer ver el error en los demás: robos de comida, grado de compromiso con la prueba, horarios de sueño y, evidentemente, educación al perro. Por tanto, la audiencia experta puede profundizar más en la discusión, en lo que se debate. Atrás quedó valorar el nivel del insulto o la bravuconería. Se analiza y se juzga el contenido: lo que de verdad importa.

Tal vez por eso nos chocó a unos cuantos ver el aviso de GH en Twitter que decía que Aris y Pepe casi habían llegado a las manos en una discusión por la educación al perro. Luego, tras visionar las imágenes, nos dimos cuenta que el anuncio había sido “exagerado” para atraer al público. La discusión tuvo lugar y los contenidos que nos dejaron fueron bastante suculentos. Pero de ahí a llegar a las manos quedaba un trecho importante.

Quiero centrarme en esta discusión porque creo que será el eje central de la próxima gala. Las nominaciones de la última hora han puesto en la picota justo a sus dos protagonistas, junto con Mary Joy, esa chica a la que acusamos de ser un mueble pero que lleva diez días dando más minutos que David y el Pater juntos. Por eso, antes de entrar en Pepe y Aris, quiero hacer un inciso en Mary Joy. Primero para detractarme de mis palabras que la acusaban de mueble de Guadalix, solo hay que ver los resúmenes de la Siete para darse cuenta que no es así. Y segundo para hacer un breve análisis de la actitud de la muchacha. Seguramente se habrá convertido en un blanco de los seguidores de Noemí, como lo es de la propia Noemí (La cual la nominó por haberse metido en la misma cama que el italiano). Mary es una joven dulce, sonriente –aunque a veces de expresión hostil– con las virtudes y defectos de una muchacha de 18 años. Es juguetona y pícara. Le gusta sentirse guapa y que los demás se lo digan. Le gusta el juego tonto de una adolescente, emparejar a la gente, toquetear… pero no veo maldad en ella. Tan solo a una niña de 18 años que hace su papel de niña de 18 años. Y puede darnos aún más a este Gran Hermano, siempre y cuando se lo permitamos y no la echemos del concurso.

Y ahora voy a la discusión sobre el can. Ya todos sabréis que Pepe –al cual no le gustan los animales (recordaréis que cuando entró en el confesionario para recibir a Aristides, ya le avisó cuando éste le ofreció coger al perro), dormía plácidamente en el sofá tras encontrarse un poco indispuesto del estómago. El perro, que como cualquier animal doméstico que se precie, caminaba por sus anchas por la casa, teniendo la mala fortuna de acercarse a Pepe para chupetearle la cara. Despierta a Pepe de golpe, y él, en un acto reflejo, lo aparta con el brazo de una manera poco amigable. Por televisión puede quedar fatal esa imagen, pero no dejaba de ser eso. No obstante, Aristides, mártir de los familiares de enfermos de cáncer, criador de perros (el que los vende, no el que los educa) y todo lo bueno y maravilloso del mundo aprovechó para hacerle una llamada de atención. En un juego bastante ruin y tramposo, Aris intentó vender a la cámara que Pepe había agredido al perro, proclamándose ahora también el defensor de los cachorros.

Me sorprendió gratamente Pepe, porque tuvo la habilidad de ver las intenciones de Aris. Entendió que estaba intentando hacerle la cama, venderlo como lo que no era y se plantó firme para desmentirlo. Como se suele decir: “tú difama, que algo queda”, pero Pepe no dejó que el asunto quedara de esa manera. Reconoció que no habían sido las formas, si bien otros concursantes han hecho cosas similares y/o peores. Ahora, si estuvieran educando bien al perro, no dejarían que fuera tras las personas que sienten miedo con este animal, y menos que les chupe. El miedo es algo muy difícil de entender y cotejar, porque a cada uno nos da miedo una serie de cosas diferentes, y siempre en una intensidad que varía de unos a otros.

Aris vendió la moto durante todo un día y al día siguiente quiso vender una moto distinta: la del hombre leal y puro que no quiere malos rollos. Por eso, cuando tuvo la primera oportunidad, le arrojó el guante a Pepe pidiendo olvidar, con siempre esa sonrisa de cinismo en la cara, lo acontecido el día anterior. Si Pepe hubiera rechazado fumarse la pipa de la paz, habría errado. Aris hubiera salido victorioso: "yo quise arreglar las cosas pero él se negó". No obstante, Pepe, descubrimiento allá donde los haya, no cayó en su nueva trampa y aceptó un borrón y cuenta nueva con parcas palabras. Luego llegó las nominaciones y Aris, que decía haber cerrado el encuentro, nominó a Pepe y lo nominó usando esas feas palabras que sugieren que Pepe es un maltratador de animales. Es decir, mintió en decir que el capítulo quedaba cerrado.

Aris ha demostrado que, además de tener 69.100 euros para gastar sin problemas, tiene muy mala leche, que sabe jugar, pero jugar sucio. Por eso yo invito a darle una dosis de humanidad a este tramposo y falso santo, dándole una ración de realismo. Digámosle el jueves que así no se puede ir por la vida: de mentiroso, maquillador de la realidad, de cínico… Como ha dicho Belén Rodríguez en Twitter (Y sin que sirva de precedente): el quería hacer una buena acción. Ya la hizo: debut y despedida. La salida la pagamos nosotros.

viernes, 3 de febrero de 2012

Así no

69.100 euros para decir: «Hola, soy Ari y mi hermano murió de cáncer»

La tercera gala nos ha dejado una sensación muy extraña precisamente por una aglutinación de cambios que no terminan de cuajar: tuvimos expulsado, no hubo nominados, entrevista al nuevo concursante, una gran interacción con la grada de antiguos grandes hermanos como pasó en la última hora… y hasta una prueba al estilo Supervivientes o Acorralados.

Es evidente que el éxito de Supervivientes ha marcado un antes y después hasta tal punto que es ahora Gran hermano quién le sigue detrás, por eso ayer vimos en el pabellón una de esas típicas pruebas de recompensa. Solo faltaba Raquel Sánchez Silva animando el cotarro dando brincos de alegría con cada producto que conseguían.

La expulsión fue la esperada. Azucena había mostrado durante dos semanas un carácter agrio que nos había contagiado. Su actitud contrastaba mucho con el del resto de participantes, provocando que la audiencia castigaría a la vinagre de este año. Lo hizo con un resultado muy claro: 71.2% de los votos. No es poco, dividido entre la tres que estaban en la palestra.  Tal vez fueron muy pocos quienes comprendieron a Azucena: altiva, chula, desconfiada… seguramente cualidades desarrolladas a lo largo de una vida llena de inseguridades y temores. Ya una vez sentada en el plató me terminó inspirando ternura ante los ojos de una Milá crítica pero constructiva. Como pasó con Zule, podría haber dado más juego pero el Game Over llegó pronto para ella. No la veo con posibilidades ante una futura repesca, la verdad, por lo que ya nos hemos perdido lo que podría haber ofrecido y no hizo.

La falta de nominaciones hizo que el inicio fuera lento y algo aburrido. Además de la expulsión, el segundo argumento de la noche estaba en conocer la identidad de Aristidin, el concursante que pujó por entrar en Gran hermano. Había expectación por saber cómo era y qué contaba, y en mi opinión, no pudo tener peor carta de presentación.

Reconozco que no lo tenía fácil, ni dentro la casa ni fuera, e imagino que había que urdir algún plan para lavar esa imagen de ricachón despreocupado. Telecinco empezó a ayudarle en dicha labor con la última hora del pasado lunes, pero una vez dentro todo dependía de él. Y él tomó el camino equivocado.

Entró metiendo con calzador los muertos de su familia a todos y afirmando que venía de una familia humilde. Dijo que con la donación se sentía en paz con la sociedad y que quería vivir la experiencia. Quitando el hecho de haberse dejado tanto dinero por  entrar, que si lo valorase sería en contra de él, su comienzo es bastante torpe. En primer lugar, sus familiares fallecidos. Entiendo el drama familiar que se esconde tras él. Hay veces que la mala suerte se ceba con una misma familia y el cáncer es algo tan serio como, lamentablemente, común en nuestra sociedad. El padre de Azucena, mismamente, falleció de esta enfermedad hace tres años, obligándola a montar un bar parar tener una fuente de ingresos (Bar que cerró por la crisis. Otro dramón ¿verdad?) Que entrara diciendo: «Hola, soy Ari y mi hermano murió de cáncer» me pareció innecesario, ruin y mezquino porque tras ese mensaje estaba otro «Sí, he pagado pero no me nomines porque he sido muy desgraciado». No condeno que lo cuente, tarde o temprano lo habría hecho. Es una convivencia de 24 horas sin salir… hay muchos espacios en silencio, hay conversiones que surgen porque sí, como el accidente de tráfico que se saldó con la vida de la hermana de Ariadna. Pero decirlo según entraba era una manera de chantajearlos.

Luego está el tema de la donación. Creo que hace un uso indebido de esa donación, atribuyéndose él algo que no le corresponde. Si él quería donar, no necesitaba de una puja. De hecho, el pagó por entrar y fue Gran Hermano, y solo Gran Hermano, quién decidió dar el dinero a la Cruz Roja. Aris no saldó su deuda con la sociedad (Ésa que dice tener), solo satisfizo su capricho de entrar en el concurso pagando. Supongo que de otro modo no lo hubiera conseguido. Es de carácter soso, estático y aburrido… Vamos, que el casting no lo hubiera pasado salvo que hubiera pagado… Oh, wait!

Luego está el tema de pertenecer a una familia humilde. No sé que es lo que entiende por humilde, pero alguien humilde no se deja 69.100 euros: lo que tenía ahorrado para un piso, lo de la novia, la familia… Me suena a excusa para que no creamos que se trata de un ricachón que se le antoja viajar a la luna, y eso hace que le crea aún menos.

La entrada de Aris me ha disgustado, mucho. Me ha indignado que venda una enfermedad como el cáncer y se la ponga de bandera, que nos tome por tontos diciendo que es humilde y me parece que su carácter ni siquiera vale para entrar en Gran Hermano. Por eso, por encima de Juan, David, Ochoa o Verónica… necesito que Aris salga expulsado para dejar claro que así no se participa en Gran Hermano.